BAFICI 2019: LOS TIBURONES DE LUCÍA GARIBALDI

BAFICI 2019: LOS TIBURONES DE LUCÍA GARIBALDI

Por Pablo Gamba

Los tiburones es otra película que llega al Bafici luego de haber pasado por el festival de Sundance. Lucía Garibaldi ganó el premio a la mejor dirección en la Competencia Internacional de Ficción del festival estadounidense por su ópera prima en el largometraje, que luego recibió el Premio Especial del Jurado y el de mejor guion, y compartió el de mejor actriz por el trabajo de Romina Betancur, en la Competencia Iberoamericana del Festival de Guadalajara.

La rebeldía de su mirada femenina, con respecto a los tópicos impuestos por la masculinidad, es lo que hace de Los tiburones una película sobresaliente. Tiene un correlato en el cuerpo y la interpretación de Betancur que se hace patente desde la presentación de su personaje: corre perseguida por su padre hasta el mar, como consecuencia de una de las cosas indebidas que hace.

Hay dos aspectos que se destacan en la protagonista. El primero es el miedo que causa en los hombres la mujer que toma la iniciativa con respecto a sus deseos sexuales, como ocurre frente al joven que le atrae. El título viene del correlato entre esa reacción y el rumor de que inesperadamente han aparecido tiburones en la localidad playera donde la historia se desarrolla, en verano. También es una metáfora sobre el ser humano que trata de sumergirse porque es considerado “animal”, a la que se añade una perra extraviada.

En esta alusión a los tiburones hay varias citas del clásico de Steven Spielberg. Incluyen desde los restos de un ataque y la lancha que parte a la caza del monstruo, hasta aquel peligro en el mar y lo que eso representa para una localidad que, como la isla de Tiburón (1975), es un lugar de veraneo. Se le añaden otros, que no tiene que ver con peces pero sí con el gobierno y la economía: las fallas del servicio de agua y la estrechez que atraviesa la familia.

El otro aspecto resaltante de la protagonista es su mirada: le gusta ver, en vez de disponerse para que la vean. Eso es motivo de fricción con el chico que le atrae, además de la circunstancia de que es la hija de su jefe. También es una singularidad que resalta el contraste con su hermana, la cual sí se presta a la mirada masculina. Antes de que comience el relato ha ocurrido entre las dos algo que terminó con un ojo herido de la que quiere ser mirada, y, en consecuencia, tiene que llevarlo cerrado con un parche. Ella parece más preocupada por cómo se verá el ojo cuando se le cure, que por si podrá ver.

No hay en Los tiburones el virtuosismo de la dirección que hace de Tiburón una obra maestra. Pero tiene una dosis de sentido del humor y una frescura con la que podría aspirar a conquistar un público más amplio que el de un film independiente latinoamericano, y que además rompe con los estereotipos sexuales hegemónicos de la televisión y el cine. Es un camino para seguir explorando en una cinematografía que ha producido filmes sobre muchachos como 25 watts (2001) de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll, y Acné (2008) de Federico Veiroj, y en un mundo en el que cobra fuerza el feminismo.

Competencia Internacional

Dirección y guion: Lucía Garibaldi
Producción: Isabel García, Pancho Mangou Arnábal
Fotografía: Germán Nocella
Montaje: Sebastián Schjaer
Sonido: Mercedes Tennina
Música: Fabricio Rossi, Miguel Recalde
Interpretación: Romina Betancur, Federico Morosini, Fabián Arenillas, Valeria Lois, Antonella Aquistapache
Uruguay-Argentina-España, 2019