Por Aldo Padilla
Sanfield es el segundo cortometraje de Kevin Jerome Everson sobre la vida militar de la comunidad afroamericana, luego de Recovery (2020). En este nuevo trabajo, el director ahonda un poco más en una base militar en Mississippi, uno de los estados con mayor porcentaje de población afroamericana y que a través de los planos que se van repitiendo a lo largo del corto, como una especie de mantra, se replantea la relación de esta comunidad con el ejército, una de las piedras angulares de EE.UU. y que de cierta forma ha ido relegando a la población afro a puestos de subordinación.
La idea de la repetición va dando vueltas sobre el film, ya que uno de los soldados va replicando una secuencia de números y que más que monotonía transmite la esencia de la vida militar que se basa en protocolos que se repiten una y otra vez. Algo similar se ve en Soldado (2017) de Manuel Abramovich, donde la rutina se estiliza de cierta forma, sin dejar de expresar en la puesta en escena, aquello que representa un ejército.
Luego de una etapa donde Everson ha ido explorando el cuerpo, los eclipses e incluso la abstracción a través del baile, es interesante ver cómo el director ha vuelto a la exploración del trabajo de los afroamericanos, el cual ha sido uno de los principales hilos conductores de su inabarcable filmografía, y en el caso de Sanfield, replantea un mapa de la fuerza laboral en América.
La mirada antropológica de Everson permite construir una identidad del pueblo afroamericano, mas allá de los estereotipos que se han ido imponiendo en el cine, y que se construye no solo a través de lo social, sino también a través de su relación con la artificialidad o la tecnología.
Los films en barcos han sido uno de los subgéneros que ha marcado el cine observacional de la ultima década, con planos dominados por peces agonizantes o la grandilocuencia visual del tamaño de los barcos, donde sus tripulantes parecen desaparecer al ser engullidos al igual que la pesca. El encierro y turnos de varios meses en medio de la nada transforma a esos barcos en un micro universo que tan bien han captado la dupla Paravel y Castaing Taylor en Leviathan (2012) o Mauro Herce en Dead Slow Ahead (2015), a través de una silenciosa mirada, como para no interrumpir el sonido del mar, la caída de los peces y las enormes máquinas que se conjugan en una sinfonía terrorífica.
El cineasta iraní Amin Behroozzadeh parte de una premisa similar para recorrer las entrañas del Parsian Shila, uno de los barcos pesqueros más grandes del mundo, aunque se concentra un poco más en los tripulantes y en las duras condiciones de trabajo de los jóvenes africanos que tripulan en su mayoría el enorme barco. Entonces, el Fish eye que explicita el título no solo son los ojos de los atunes que van muriendo de cara al sol, sino también de los marinos que se consumen en una plataforma del barco, y cuyos ojos ven de forma amplificada el mar que rodea absolutamente todo su entorno.
La sopa de idiomas que se escuchan a lo largo del film es un resumen del capitalismo actual, una mezcla de trabajadores precarios de distintos lugares del mundo, separados totalmente de un entorno familiar, que hace que el trabajo sea su único norte, y que dialoga con el actual contexto de pandemia. El barco es en sí una enorme cadena de producción aislada del mundo y concentrada solo en producir, y que puede asemejarse al sueño húmedo de varias voces que controlan la economía que quisieran usar ese modelo en sus fabricas.
Frente a las duras condiciones de trabajo en el transatlántico, el ultimo tramo del film logra captar una leve distracción de los marineros como un punto de fuga que muestra a los trabajadores en celebraciones y canciones que posiblemente no suaviza el durísimo tono del trabajo, pero que permite dar un respiro y conocer una faceta diferente de los protagonistas, y que recuerda a Lonely Rivers (2019) de Mauro Herce, que muestra a los tripulantes del barco de Dead Slow Ahead alejados de las enormes maquinas y su paisaje casi brutalista, en medio de karaoke y festejos.
Competencia internacional de corto y mediometraje
SANFIELD
Director: Kevin Jerome Everson
Productora: Madeleine Molyneaux
Estados Unidos, 20’, 2020
Premier Mundial
Competencia internacional de largos
FISH EYE
Director: Amin Behroozzadeh
Productora: Mina Keshavarz
Irán, 70’, 2020
Premier Mundial