Por Mónica Delgado
Panal, abeja reina, miel, comunidad y un apicultor que trabaja con detalle, planos precisos que ubican la analogía de la extracción de un momento o de un detalle en la vida de dos hermanas adolescentes que se repelen en la ausencia de los padres, mientras las une una relación de amo y criado. Una de ellas está con la pierna enyesada, lo que la obliga a estar en casa en pleno verano de 1987 y solicitar de mala gana la atención de su hermana mayor, a quien le gusta despertarse temprano e ir a nadar. Así, el motivo de las abejas que plantea la cineasta al inicio aparece como una posibilidad de correspondencia simbólica, pero también como una pista real del curso que tomará la película en su sensibilidad y acercamiento en un entorno fuera de la capital.
A pesar de los motivos de estilo que parecen un lugar común del cine argentino reciente, de jóvenes perdidos y agobiados, la cordobesa Inés María Barrionuevo nos presenta a partir de diálogos propios de la modosidad e ingenuidad de un mundo adolescente aún virgen, a este par de jóvenes mujeres en medio de un entorno casero y apático, para ir añadiendo personajes que van a ir marcando la ruta de afirmación de deseos, conocimiento y frustración.
El título de la película formula el entorno de correspondencias simbólicas entre estos personajes en el preámbulo del descubrimiento amoroso y sexual, pero desde un punto claro de fragilidad e indecisión, donde el sexo se traduce en relatos entre susurros de amigas sobre besos y caricias (lo que me recuerda alguna película de Eustache, Mes petites amoureuses, pero guardando las distancias de estilo obvimente, pero rescatando ese espíritu libre de un lado malsano o enviciado -gastado también- sobre imaginarios fílmicos del despertar sexual). Quizás el interés de esta película de Barrionuevo esté en el modo en que plasma los límites de esta liberación, donde el desparpajo y desenfreno están ausentes. Mas bien le interesa describir desde las figuras de sus heroínas su corporeidad y feminidad, como desde la oscuridad de la casa, la pierna enyesada o el día de piscina.
Y así como sucede con el lugar mítico, en la historia de Atlántida, las posibilidades de materialización del espacio estable y perfecto quedan a flote desde la intimidad familiar de estas muchachas, y que a diferencia de otras películas de aprendizaje, se frustran o abren por voluntad de otros. A Barrionuevo le interesa mostrar la relación entre sus personajes, en sus miradas sobre todo, y cómo van establando entre ellas la ensoñación de un aprendizaje sexual casi en extinción.
COMPETENCIA ARGENTINA
Dirección: Inés María Barrionuevo
Guión: Inés María Barrionuevo
Reparto: Melisa Romero, Florencia Decall, Sol Zavala, Guillermo Pfening.
Producción: Germina Films, Paola Suárez
Productor asociado: Edgar Tenembaum
Fotografía: Ezequiel Salinas
Música: Atilio Sánchez
País: Argentina
Año: 2014