Por Mónica Delgado
La Folie, canción de la banda inglesa The Stranglers, aparece de pronto para unir aquello que estuvo separado por dos tipos de opuestos: la ficción y lo real, la soledad y la compañía. Una escritora que ha vivido como ermitaña por un tiempo en algún lugar rural de Portugal, es visitada por un exconvicto que fue protagonista de una de las novelas que escribió. Esta frágil relación entre si este personaje que regresa del pasado es meramente parte de una fantasía o si esta irrupción pertenece a la vuelta de lo real, como reflejo de un quiebre de vida en soledad, hacen de Cinzas e Brasas de Manuel Mozos una experiencia alucinada.
Esta inmersión que propone Mozos se corresponde con la de un mundo de atmósferas anacrónicas, donde el personaje del exconvicto parece no haber sido afectado por el tiempo, mientras la fisonomía de la escritora se divide en dos momentos precisos, en el actual, donde vemos su rutina solitaria mientras toma té o decide lanzar unas cenizas de un familiar fallecido al lago; y en el pasado, de cuando era joven investigadora que visitaba al reo en un celda para recoger su testimonio y establecer a la vez una relación amorosa en claustro. Esta presencia de lo fantástico es empleada de modo sutil y alegórico por Mozos (director de Ruinas y João Bénard da Costa: Outros amarão as coisas que eu amei), donde precisamente el tema de The Stranglers, el único momento de musicalidad del film, otorga bajo el tono kitsch de la melodía, esta cuota de realidad intervenida.
Este encuentro de los personajes desde el pasado y presente no aparece fácil o empático, ya que están inmersos aún dentro de una resistencia, como si la verosimilitud estuviera en juego. ¿Se trata de un fantasma? ¿Por qué regresa? ¿Qué lo trae de vuelta? Algunos interrogantes parecen asomar pero desde el personaje de Isabel Ruth, la escritora, quien se muestra ambivalente ante su deseo mismo de dejarse atrapar por este amor antiguo. ¿Qué ama en realidad? ¿Al ser o al personaje?
Hay una intención metatextual en este cortometraje de Mozos, y tiene que ver con la referencia de la protagonista, que encarna a la escritora portuguesa Dulce Maria Cardoso, dotando al trabajo de un nuevo significado, a modo de ensayo, sobre la permeabilidad de las ficciones, esa verdad de las mentiras que va emergiendo como fantasma hacia lo real. Quizás la mayor analogía esté presente en las cenizas y brasas que se hace mención en el título, ya que todo parece ser parte de un proceso de combustión que termina en el mismo fin, la permanente lucha contra la disolución o el olvido, que uno encuentra en la literatura misma o en la revisión histórica. Otro tipo de vuelta al pasado.
Competencia Vanguardia y Género
Director: Manuel Mozos
Guión: Luís Mário Lopes
Fotografía: Iana Ferreira
Edición: Manuel Mozos, Luís Nunes
Sonido: José Pedro Figueiredo, Mário Dias, Nuno Carvalho
Producción: João Viana
Compañía Productora: Papaveronoir Filmes
Reparto: Isabel Ruth, Ana Ribeiro, Gustavo Sumpta
Año: 2015
Color: Color
Minutos: 21
País: Portugal