Por Mónica Delgado
Con atmósferas de cine negro y de Nouvelle Vague, Raúl Perrone apela a la sátira para dibujar el reverso de los festivales de cine, a través de la cita y el guiño, pero también apelando a la frivolidad del mundo de las redes sociales, donde ni el mismo Bafici se salva. Como en Cump4rsita, Ragazzi o Corsario, para mencionar algunos ejemplos de su cine reciente, aquí la médula es la referencia, el cine dentro del cine, donde la metatextualidad se vuelve condimento necesario para esta conspiración contra la sociedad líquida y del espectáculo.
Un grupo narciso y egocéntrico de actores, actrices, guionistas, productores y cineastas convierten a Ituizangó, la provincia donde vive Raúl Perrone, en el centro utópico del cine, en el foco de su decadencia y vacuidad. En este terreno de bares, fiestas y ferias, este grupo de personajes dialogan sobre financiamientos, castings, productoras y vicios festivaleros, donde el “Bafuchi” o “Cane” son los puntos de encuentro de negociaciones y estrenos. Y dentro de este ambiente, Perrone no teme autorrepresentarse, como el cineasta que está detrás de este universo ficcional, que evoca claramente al 8 1/2 de Federico Fellini (incluso hay una recreación de la famosa escena de la Fontana di Trevi).
Ituizangó V3rit4 está pensada desde la farsa y la exageración, como aquella escena grotesca donde aparece un pasaje de Sueños de una noche de verano de Shakespeare, y allí radica la diferencia con los otros trabajos del cineasta, que también se observa en su abandono a estética del cine silente. Sin embargo, Perrone recupera bastante su marca a través del ritmo de su banda sonora, entre jazz, cumbias y aleluyas.
En un blanco y negro saturado, Perrone interpreta aspectos de una sociedad que repele, a punta de situaciones nonsenses y de intercambios nocturnos que incluyen menciones cínicas a Breaking Bad o Game of Thrones. Perrone ha mostrado esta desazón en sus redes sociales, donde despotrica contra el mismo Facebook y sus mecanismos exhibicionistas y enajenantes, y esta actitud la traslada muy bien en esta dinámica de egos y divos, donde también hay espacio para la crítica política, a través de los rezagos peronistas que resume en un par de máscaras en algunas escenas. Y como en Cínicos o Expiación, este micromundo se vuelve un espejo social, de una Argentina -o Buenos Aires- que hastía, en este entorno decadente donde la metáfora que lo define es la del simulacro y el desborde.
Con Ituizangó V3rit4, Perrone restriega en el rostro del cine independiente argentino algunas de sus poses y las vuelve motivo de burla. No hay temor, no hay productor al cual incomodar, no hay financiamiento que atrapar, y es esa libertad plena, desde el modo de producción, en su elección estética y en su imposible condescendencia, que Perrone logra una comedia sublime, sobre el anti-cine que profesa y que permanece inmenso en un gran fuera de campo.
Competencia argentina
Dirección: Raúl Perrone
Guion: Raúl Perrone, Fernando Sdrigotti
Música: DJ Negro Dub, Che Cumbe, Andrés Villaveiran
Fotografía: Raúl Perrone, Lara Seijas, Alejandro González (B&W)
Reparto: Gustavo Prone, Sofía Gelpi, Nerina D’Ambrosio, Inés Urdinez, Sandra Paz,Cristian Jensen
Argentina, 2019, 92 min