Por Mónica Delgado
Es inevitable asociar la atmósfera de Adiós Entusiasmo a los primeros trabajos de Yorgos Lanthimos, más aún cuando se trata de describir ambientes familiares enrarecidos. Esta asociación con el cineasta griego parte del clima que el colombiano Vladimir Durán propone para su ópera prima, a partir de una historia sobre un hogar formado por mujeres y un hijo pequeño, donde la tensión se sostiene en la invisibilidad de una madre que permanece encerrada y fuera de campo. La intimidad del hogar, la llegada y salida de extraños, amigos y familiares, la descripción de una casa a partir de planos cerrados, y desde diálogos que dan una versión lúdica de lo real, permiten dotar al film de un entorno inusual, a la manera de una parábola que da cuenta de un micromundo femenino tenso.
La historia gira sobre una madre enferma que permanece encerrada en una habitación mientras las tres hijas van componiendo el mundo familiar, con débil presencia masculina, a partir de su resistencia con el entorno exterior. Para lograr este clima raro, Durán apuesta por una dirección de arte que recurre a la atemporalidad, al anacronismo, permitiendo un tiempo difuso, donde pululan VHS, grabaciones caseras y canciones sesenteras. Y este espacio perdido entre décadas se acentúa con un hecho que demanda la madre: la celebración de su cumpleaños por adelantado. Así se da cabida a otro elemento importante dentro de este entorno familiar: los juegos y ritos, que Durán describe desde la crueldad o insanía sutil o ingenua de los personajes. Y este es otro punto que me permite asociar esta coproducción argentina al universo de Lanthimos, donde el corazón de la familia no escapa de elevar lo más oscuro del ser humano.
Presentada en la sección Forum, Adiós Entusiasmo, pese a su trabajada dirección de actores, no puede desligarse de las reminiscencias a algunos postulados del teatro del absurdo, es decir, a concentrar la irracionalidad o el nonsense que mueve a los personajes, sobre todo a partir de sus diálogos, como motor total que explica la soledad, la extrañeza o vulnerabilidad de esta familia casi de mujeres. Por otro lado, la composición de los personajes, su manera de definirlos, de mostrarlos en sus interacciones, la histeria de la madre, la indiferencia de una hermana, la indeterminación de la otra, aluden a arquetipos, lo que no podría ser un problema, pero que en diálogo con la puesta en escena resultan enfáticos dentro de este clima de por sí enrarecido por el espacio, las situaciones o por una madre que encerrada e invisible logra desestabilizarlo todo.
Forum
Director: Vladimir Durán
Guión: Sacha Amaral, Vladimir Durán
Fotografía: Julian Ledesma
Editor: Ana Godoy, Laura Bierbrauer
Sonido: Emilio Iglesias
Productores: Vladimir Durán, Servo Cine, Alexis Durán, Imaginaria Films, Jerónimo Quevedo, Un puma, María Victoria Marotta, Joyce Ventura
Argentina, Colombia, 2017