Por Aldo Padilla
Agarrar un hilo del cual aferrarse en el cine de Hong Sang Soo no siempre es fácil, en especial a la hora de redactar las ideas sobre un nuevo film, ya que son por demás conocidas sus temáticas y herramientas a la hora de hacer cine. Lo verdaderamente complejo parte de descifrar esos matices que hacen única a la película de turno, en especial ahora que se encuentra en una etapa particularmente prolífica con cuatro films en el intervalo de un año.
El último de sus films, Grass, se centra en la ambigua línea que separa el mundo de la mente del escritor y su entorno. ¿Cuánto de las situaciones que plantea un artista en una obra narrativa son inventadas? o ¿cuántas son vividas directamente o en segundo plano? y todo esto narrado desde la incertidumbre de esas ocasiones, donde ambos mundos se cruzan y no es posible saber si lo vivido es fruto de la mente.
El film de Sangsoo es posiblemente uno de los más limitados en espacio y tiempo de su filmografía, ya que la mayor parte de su obra deja fluir la narrativa a través de distintos espacios, para así centrarse en los personajes más que en el entorno. En Grass, el espacio está limitado a un pequeño café y sus alrededores de forma que adquiere un protagonismo parcial, además de definir su personalidad mediante melodías clásicas muy reconocibles, lo cual parece ser un gusto personal que refleja el cineasta coreano, quien se transforma en una especie de DJ que va eligiendo melodías que se van cruzando con la intensidad de diálogos de amantes o parejas frustradas, que van evadiendo los temas centrales por los cuales están allí. En el caso de la protagonista, encarnada por Kim Min Hee, funciona más como una especie de bisagra entre las distintas parejas, aunque a la vez mantiene ese rol que la ha caracterizado en los últimos films de Hong, definido por una fuerte honestidad con su entorno de manera de que las verdades desnudas salgan a la luz.
Hay una valiosa exploración en Grass respecto al comportamiento de las parejas tanto cuando están solos o en grupo, una especie de defensa de la intimidad donde ambos buscan mantener un discurso a pesar de posibles diferencias en privado. Desde parejas reconciliadas, a aquellas que no podrán ser y otras que recién dan sus primeros pasos, Hong buscan confluir en la variedad de espectros de las relaciones de pareja limitando el tiempo y el espacio, y logrando una interacción entre ellas, de esta forma demuestra que las reglas que construyen su universo son ilimitadas a pesar de su sencillez.
El final de la película regala a sus espectadores un pequeño homenaje al cine clásico, que no había usado en sus anteriores films, y que deviene en una especie de resumen, donde se nota a un Hong muy relajado, lo cual se refleja en un trabajo con un tono distendido con sus actores habituales y también en la duración de su film (66 minutos), lo cual le hace bien a sus films como obras.
No todo lo que hace Sangsoo necesariamente debe entrar en las secciones principales de los festivales. Es posible disfrutar de sus películas desde la intimidad, sin mayor pretensión que disfrutar un film que a pesar de contener ciertas recetas siempre logra ese matiz que convierte a Hong en uno de los grandes maestros de la actualidad.
Forum
Dirección y guion: Hong Sangsoo
Director de fotografía: Kim Hyungkoo
Edición: Son Yeonji
Sonido: Kim Mir
Productor: Hong Sangsoo
Corea del Sur, 2018, 66 min