Por Mónica Delgado
El cineasta argentino Jonathan Perel encuentra una vía para expresar una distancia entre el plano sonoro y el visual, y a la vez, esta propone un modo de interpretar una lejanía entre la omisión de la responsabilidad histórica y su representación. En Responsabilidad empresarial (Corporate Accountability, 2020), Perel reúne más de una veintena de planos fijos, registrados desde dentro de un automóvil, como si se tratara de la observación de algún espía o periodista en trabajo de investigación. Todos los planos observan, por tiempos dilatados, fachadas de fábricas o empresas de todo rubro industrial, mientras el cineasta en voz en off lee fragmentos literales provenientes de los dos tomos del “Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad”, publicados en 2015, por el Ministerio de Justicia y de DDHH de ese país.
En su narración, Perel va leyendo un relato burocrático, bajo las formas de los escritos de las instituciones públicas, que va dando cuenta de la culpabilidad de diversas empresas que ayudaron a la dictadura, vivida en los años setenta, a través de aportes o de acciones que ayuden a disolver sindicatos o desaparecer a agremiados. Más allá de este recuento de carácter jurídico o judicial, lo que Perel refleja es que la imagen solo puede reflejar la incapacidad de esos textos por trascender aquello que se muestra. Las empresas solo están allí para ser contempladas, desde esa distancia, como un modo de ratificar que esa “responsabilidad empresarial” sí se cumplió a cabalidad, sobre todo por el nivel de impunidad, y por otro, porque parecen ser territorios intangibles.
Como en sus anteriores trabajos, Toponimia o El predio, en Responsabilidad empresarial, la estructura es fundamental. Si en El predio, el travelling in se vuelve recurso inicial para dar cuenta de un museo de la memoria, y luego dar pase a los interiores de un edificio en transformación; en Toponimia, los letreros viales, a través de planos fijos, dan cuenta de un modo de organizar el espacio o el territorio. Sin embargo, este último trabajo se alinea más a las formas de 17 monumentos, donde el cineasta contempla esculturas como marca de memoria en espacios que fueron campos de exterminio durante la dictadura de Videla. Es decir, Perel se ha mostrado coherente a lo largo de sus trabajos con esta estética donde el tiempo y su densidad son capitales, más allá si se inspira en James Bening o del John Gianvito de Profit motive and the whispering wind. Por ello, este nuevo film, que tuvo estreno mundial en la sección Forum de la Berlinale, propone una lectura política desde el modo en que se concadenan estos planos fijos, que dejan como objeto distante a estas empresas libres de culpa en el tiempo actual. ¿Cómo filmar aquello que no tuvo ninguna sanción porque hay una mecanismo institucional que lo impide? La tesis de Responsabilidad empresarial responde esta pregunta. La distancia y el tiempo distendido que permiten conectar con el pasado, y a la vez, una extrañeza por el reflejo de esta “responsabilidad empresarial” cumplida con orgullo.
Sección Forum
Dirección, guion y fotografía: Jonathan Perel
Fondo Nacional de las Artes
Argentina, 2020, 68 minutos