BERLINALE 2024: DAHOMEY DE MATI DIOP

BERLINALE 2024: DAHOMEY DE MATI DIOP

Por Mónica Delgado

En octubre de 2021, aún en tiempos de pandemia y como parte de las acciones del gobierno de Emmanuel Macron, el museo etnográfico Quai Brainly-Jacques Chirac inició un proceso de devolución de 26 piezas del reino de Dahomey a Benín, saqueadas como parte de la colonización francesa en 1892. Este suceso es retomado por la cineasta franco senegalesa Mati Diop, quien en apenas 67 minutos construye en Dahomey (Francia, Senegal, Benín, 2024) una lectura sobre el recibimiento de las piezas, como una oportunidad para la discusión sobre la historia, la colonización misma, las memorias y los actos de reparación simbólica desde las ex potencias colonizadoras.

Diop diseña un trayecto entre Francia y Benín, a partir del seguimiento de corte documental del traslado de las piezas, que se vuelve toda una maquinaria de protección ante obras de más de 130 años. Y por otro lado, agrega una dimensión fantástica al darle voz a uno de los tótem antropoformizado, saqueado del palacio del rey Behanzin en el siglo XIX. Esta voz, que se produce desde los aportes de los sonidistas Corneille Houssou y Cyril Holtz, y del diseñador sonoro Nicolas Becker, se convierte en una figura reflexiva, no solo sobre el tiempo atrapado en un museo francés, sino sobre su condición de ente bestial que retorna a los orígenes. Esta estatua de madera adquiere una presencia incómoda, en la medida que es ingresado a una caja, que luego es sellada para ser trasladada a África. El recurso de la voz transforma al ídolo en un ser que rompe con el sistema de cosificación de la pieza de museo. La pieza se humaniza, se vuelve en una entidad espiritual del pasado marcado también por otro de tipo de jerarquías y sistemas de poder .

La cineasta muestra el sistema cuidado del traslado de las piezas, el recibimiento apoteósico y sentido por autoridades y ciudadanos en Benín, y luego se detiene en un componente importante, que disloca la estructura narrativa previa: pasajes de un debate universitario sobre el retorno de las piezas al país. Las diversas posiciones críticas de los jóvenes, hombres y mujeres, plantean una contrahistoria, la búsqueda de una identidad desde la materialidad misma de estas piezas, y también un cuestionamiento a la naturaleza misma de las piezas que pertenecieron a un reino que avasalló otros pueblos. A Diop no le interesa solamente la descripción de los actos protocolares o el “favor” de la devolución del gobierno francés, sino indagar en las sensibilidades que despierta el retorno de las 26 piezas, entre ellas la estatua de madera del rey Ghezo, no como un gesto político o simbólico a modo de subsanación de culpas coloniales sino como un derecho a la memoria, sea cual sea su naturaleza.

El final de Dahomey recuerda a esas transiciones de realidad y fantasía desde la noche y sus neones de Atlantique, y propone una continuidad sobre los aspectos míticos que forman parte de la imaginería de algunas culturas africanas, lejos de exotizaciones, y dentro del mismo universo expresivo de Diop. Y también resulta interesante que el film cierre con alguna frase de la entidad que encarna esta voz del rey Ghezo, que cuestiona la institucionalidad del museo, como espacio de oscuridad.

Competencia internacional
Dahomey
Directora: Mati Diop
Guion: Mati Diop
Fotografía: Josephine Drouin Viallard
Edición:Gabriel Gonzalez
Música: Wally Badarou, Dean Blunt
Diseño sonoro: Nicolas Becker
Sonido:Corneille Houssou, Cyril Holtz
París, Senegal, Benín, 2024, 67 minutos