BERLINALE 2024: RAIZ DE FRANCO GARCÍA BECERRA

BERLINALE 2024: RAIZ DE FRANCO GARCÍA BECERRA

Por Mónica Delgado

Junto con Willaq Pirqa, Raíz propone un acercamiento a la cotidianidad del mundo andino desde la mirada de un niño quechua. Por ello, el universo que se construye tiene la marca de la ingenuidad y de la transparencia propias de la edad, desde una narración simple que permite atrapar la sensibilidad de las infancias. Este nuevo trabajo del cineasta cusqueño Franco García Becerra transmite aquello que le entusiasma a su protagonista, de la mano de un entorno bucólico donde la presencia de la minería es una amenaza.

Presentada en la sección Generation Kplus de la Berlinale, y ganadora de una mención especial del jurado, Raíz relata parte de la vida de Feliciano (el debutante actor Alberth Merma), un niño pastor de ocho años que pasa sus vacaciones ayudando a sus padres en el campo y que sueña con ver a la selección de fútbol de Perú ir al Mundial en Rusia 2018. El juego y su pasión por el fútbol se vuelven motores de su día a día, que suele ser solitarios en las alturas, junto a sus dos mascotas: el perro Rambo y la alpaca Ronaldo. Este trío logra una química especial, debido a pequeñas anécdotas como llevar por los caminos a otras alpacas orientadas o controladas por Rambo, o los “monólogos” de Feliciano sobre temas mundanos que Ronaldo no puede responder. Así, el paisaje, desde los primeros minutos, cobra una función dominante, en la medida que es el telón de los días y tardes que pasa Feliciano cerca a montañas o apus. Incluso el inicio del film tiene que ver con esta mirada que va a gobernar todo el film: un plano que observa a contraluz a la alpaca, que luego sabemos se llama Ronaldo, y que sintetiza la mirada de cariño del protagonista por este animal.

El subgénero del drama sobre la amistad entre niños y animales es un tópico recurrente en el cine familiar o infantil. Es decir, la fórmula que aplica Raíz no es novedosa. Allí están los ejemplos de films clásicos como El niño y el toro (1956), Mi amigo Flipper (1963), El hombre que susurraba a los caballos (1998) o Celestial Camel (2015), para mencionar algunos. Sin embargo, considerando el ámbito del mercado internacional en el cual se presenta el film peruano, la amistad entre un niño y una alpaca resulta anodina, novedosa, pocas veces abordada en el cine peruano y mucho menos en películas de otros países, salvo la llama Disney en Las locuras del emperador (2001). Por ello, las escenas de interacción de Feliciano con su alpaca resultaron las más celebradas por el público infantil durante la proyección en la Berlinale (y también se trata de las escenas mejor logradas, plenas de sentido del humor y de reflejo de la ingenuidad y creatividad del personaje de Feliciano). Recordemos que la sección en la que compitió Raíz tiene como público objetivo a infancias y familias. Incluso la proyección se pasó con doblaje en vivo al alemán, para poder llegar incluso a la comprensión de niños y niñas de kinder. Es decir, Raíz funciona como película para niños, esa es su ambición, y el cineasta sabe cómo mostrar las pequeñas acciones de su personaje en los Andes, en un ambiente familiar tranquilo, como si se tratara de una arcadia perdurable. Pero cuando Raíz quiere añadir elementos del universo adulto, como el problema de la minería, la película trastabilla.

En muchas películas infantiles, el mundo adulto genera un desbalance e irrumpe para desestabilizar la arcadia de los protagonistas. Esto pasa en Raíz, como sucede con otros films similares donde el ataque al medio ambiente, la explotación animal, la depredación o los rezagos del capitalismo quiebran el espacio de paz o de alegría. En el mundo de Feliciano no todo puede ser amable, por eso, dentro de la trama se agrega un plot point, que hace que la unión entre Feliciano-Ronaldo-Rambo se pierda. Dentro de este conflicto argumental, la minería se vuelve el marco hostil debido a extorsiones que afectan al pueblo y a las familias, y por ende afecta el entorno inmediato de Feliciano. Y allí entra un elemento interesante, más allá de la intención del director, y que tiene que ver con las motivaciones de Feliciano ante este problema. Para este personaje, la minería es un problema del mundo adulto, y mientras él conserve su universo intacto, ya sea por rezos u obra y gracia de los apus o dioses de la montaña, todo lo demás queda fuera. Para Feliciano importa el fútbol y sus animales, y en ese sentido, materializa la opción conservadora de mantener -de manera inconsciente, claro- un status quo.

La aparición en los créditos finales de los rostros de los comuneros, que miran a la cámara, y de textos que hablan de la problemática de la minería y su extractivismo en el Perú, luce desconectada de la propuesta del film, de la mirada misma de Feliciano. Es la forzada presencia del mundo adulto que no quiere quedar fuera, y que quiere permanecer dentro del cuerpo del film, aunque sea siendo un pie de página, un colofón o una retórica en la parte de los agradecimientos. También este cierre es la cuota exotizante para un film que no lo requería. De todas formas, Raíz, cumpliendo con su propósito de ser una obra para la niñez y las familias, permite nutrir al cine peruano hablado en quechua de lecturas con pertinencia a la sensibilidad de sus protagonistas.

Sección Generation Kplus
Raíz
Director: Franco García Becerra
Guion: Annemarie Gunkel, Alicia Quispe
Fotografía: Johan Carrasco
Edición: Franco García Becerra, Juan Francisco González
Música: Daniel Castro
Diseño sonoro: Amador Del Solar
Sonido: Amador Del Solar
Dirección de arte: Edilberto Merida
Vestuario: Karina Lines
Maquillaje: Karina Lines
Casting: Amaru Cardenas, Abel Anccalle, Carolina Niño de Guzman, Annemarie Gunkel
Productores: Diego Sarmiento, Jorge Constantino, Annemarie Gunkel, Franco García Becerra
Coproductor: Juan Francisco González
Reparto: Alberth Merma, Nely Huayta, Richard Taipe, José Merma, Rubén Huillca
Peru/Chile, 2024, 83 min