CÁMARA: MATERIA Y PRESENCIA EN ON THE SILVER GLOBE Y HARD TO BE A GOD

CÁMARA: MATERIA Y PRESENCIA EN ON THE SILVER GLOBE Y HARD TO BE A GOD

Por Mónica Delgado

¿Cuáles son las semejanzas, más allá de lo argumental, en On The Silver Globe y Hard to be a God? Tanto en el film de Andrzej Zulawski como en el de Aleksei German se parte de la ciencia ficción, para narrar hechos de naturaleza científica en dos planetas similares a la Tierra. En ambas películas hay personajes obligados a vivir en nuevas comunidades, o fundarlas, donde los procesos históricos vividos en la Tierra son replicados bajo la misma dialéctica de lo social y de lo humano. Universos distópicos y pesimistas, donde la indagación e investigación se vuelven foco y ojo narrativo.

En On The Silver Globe, la llamada cuarta pared se rompe constantemente, pero porque el relato se basa en imágenes recuperadas de una grabación tras la llegada de unos astronautas a ese nuevo planeta. El estilo footage cobra la dimensión de lo testimonial, a la manera de re historizar cómo los seres humanos se integran y destruyen, en esa lucha íntima entre niveles de lo dionisiaco. En cambio, en Hard to be a God, existe otra función para el ojo que filma, pero que no se aleja mucho de lo que propone Zulawski: ser parte de un proceso investigativo, donde todos están conscientes de ese “personaje” que todo lo registra, que asiste a Don Rumata, en su incursión en el planeta Askanar.

Si la disolución de la cuarta pared es un aprendizaje o parte de una convención (hacer de cuentas que estamos inmersos invisiblemente dentro de la historia que se nos revela), su materialización en estos dos films responde más a la necesidad de hacer físico y tangible a este un nuevo personaje: en la de Zulawski, astronautas o sobrevivientes que graban todo lo que acontece, y en la de German, un apoyo fantasmal a la mirada del personaje de Don Rumata, que en algunos escasos momentos logra mirar a la cámara, asumiendo con conciencia su existencia.

Así, la cuarta pared se vuelve en la necesidad de crear un nuevo ser que logra transmitir otro tipo de sensibilidad de la época, evitando la identificación del espectador como receptor de ese mensaje, puesto que los personajes no dialogan con “nosotros” frente al écran, sino con un mediador, que graba, aprehende y perenniza.