Por Mónica Delgado
Si en la película para televisión de Roberto Rossellini, los ritos sociales fueron fundamentales en el gobierno de este célebre rey, dado a la invención de protocolos y nuevo sentido de la moda, en La mort de Louis XIV, Albert Serra introduce esta característica de manera notable, pero no solo centrado en este tema de cuidado de las formas, sino que este tipo de ceremoniales ha logrado incrustrarse incluso desde la mirada de la ciencia y la medicina.
Sobre el atavismo, hay un momento emblemático en el film de Serra: en plena madrugada, el rey se despierta pidiendo agua a gritos, ya que se ahoga, quizás a causa de una pesadilla o la enfermedad que lo traiciona. Le traen tras una demora, una copa de metal y él se resiste a recibirla, ya que la desea de cristal. Este hecho revela esta necesidad de lo ceremonial, del cuidado de las formas, que se perpetua como marca de este periodo histórico pleno de frivolidad y que Serra plasma desde un plano detenido para observar el trajín de los sirvientes mientras el rey se muestra agitado.
Sobre este tipo de transposición de lo protocolar a la visión de la ciencia, que en el film se muestra como ruptura ante la charlatanería y el oscurantismo, también está plasmada dentro del respeto de reglas, de espera de la anuencia del monarca, lo que en suma limita el proceso de curación. Su séquito de médicos está supeditado a la aparición de nuevas “modas” curativas, a mejunjes y hierbas, y evitar también acabar con una gangrena, que dejaría al rey tullido.
Lo excepcional de La mort de Louis XIV está en su puesta en escena que se circunscribe a una estética del encierro, a una fotografía devota de los pintores de la época, el lucimiento de la luz de las velas, de planos que van describiendo idas y venidas, de nobles y prelados, a la espera del desenlace. La habitación se vuelve en el único espacio de acción, donde apenas hay un par de fugas hacia los jardines como si se trataran de breves añoranzas. La mirada de Jean Pierre Léaud hacia la cámara, en trance, fija, plasma todo ese entorno de su pleno gobierno, donde su voz lo rige todo. Serra propone este notable film sobre la muerte casi como si se tratara de un lento suicidio, un ritual de casi dos horas, donde la voluntad del rey se dibuja como camino certero hacia la tumba. Una de las obras maestras de Cannes 2016.
Fuera de competición
Director: Albert Serra
Guión: Thierry Lounas, Albert Serra
Reparto: Jean-Pierre Léaud, Patrick d’Assumçao, Marc Susini, Bernard Belin, Irène Silvagni
Productora: Capricci Films
País: Francia, 2016