Por Mónica Delgado
¿Una Juana de Arco headbanger? ¿Si Norman Jewison hizo su Jesucristo Superstar hippie y psicodélico, por qué no imaginar un musical con una heroína santa a punta de metal y glam? Esta vez Bruno Dumont registra con austeridad de planos y el campo como escenario abierto, la infancia y adolescencia del icono francés, desde los códigos de la ópera rock, pero sin coreografías elaboradas ni el virtuosismo que caracteriza a este tipo de musical.
Dumont traslada su fascinación por la gestualidad fantasmal de los actores no profesionales que han gobernado la mayoría de sus films, tanto en L’Humanité o en P’tit Quinquin, a una manifestación alegórica sobre la determinación de Juana de Arco en su futura lucha contra la ocupación inglesa. La Doncella de Orleans es mostrada en breves acrobacias rítmicas, cantando en medio de ovejas loas a Dios como su gran impulsor en su llamado a la guerra, en su convicción y mística. Vemos a una Jeannette niña y luego adolescente, en variaciones de una misma fijación, en su amor a Dios (que Dumont identifica como el sol y el cielo), y su relación con su mejor amiga, y sus parientes, hasta su despedida del lugar bucólico.
Dividido en tres partes, Jeannette l’enfance de Jeanne d’Arc es un musical absolutamente inusual pero a la vez es una película muy Dumont. Su estilo está claramente reconocible en la dirección de los actores, en sus fisonomías “medievales”, en la economía de la puesta en escena, y también en la clara familiaridad con la comedia de toques absurdos y rabelaisianos que ha realizado en los últimos años. Un trabajo libre y creativo, que devuelve de manera maravillosa a un Dumont iconoclasta y renovado.
Director: Bruno Dumont
Productor: Jean Bréhat
Música: Gautier Serre
Fotografía: Guillaume Deffontaines
Script: Bruno Dumont, Charles Peguy
Producción: 3B Productions,ARTE, Arte France
115 min
Francia