Por Mónica Delgado
En 3 Faces, Jafar Panahi hace brotar algunos motivos del cine de Abbas Kiarostami a modo de homenaje. Como en los temas del cine de su paisano, Panahi establece un choque o interrelación entre clases sociales, en un versus del mundo ilustrado y el entorno rural, pero aquí sobre concepciones y prejuicios sobre el rol de las mujeres y las posibilidades de desarrollo y libertad en el mundo actual. En cuanto a la puesta en escena, es inevitable los guiños a El viento nos llevará o A través de los Olivos, a partir de esos panorámicos que permiten explorar el paisaje, los caminos y carreteras precarias, y a los personajes que caminan a lo lejos.
El inicio de 3 Faces es contundente y marca el detonante del film. Una estudiante de teatro de un pueblo rural pide ayuda a una actriz de un modo inusual: envía un video a través del teléfono móvil donde pide ayuda, ya que su familia se opone a que estudie actuación y por eso decide suicidarse. Luego del pedido, se ahorca. La actriz, Behnaz Jafari interpretándose a sí misma, conmovida y escandalizada, le dice a Panahi, quien también se interpreta a sí mismo, que el video quizás no es real, y se ven obligados a iniciar una investigación para dar con el paradero de la muchacha y aclarar el asunto.
Como en Taxi, la cámara es parte de la interioridad del auto, dejando por mucho rato en fuera de campo a Panahi y centrando los diálogos en el personaje de Behnaz Jafari, angustiada y con una serie de incógnitas sobre qué ha pasado con esta estudiante. Viajan al noreste, a Azerbaiján, al pueblo donde vive la estudiante, lugar donde comprueban la poca empatía de la comunidad con el deseo de estudiar de la muchacha. La labor de Jafari será la de convencer a la familia, y que Panahi va describiendo a través de panorámicos y fuera de campos.
Si bien Panahi podría optar por denunciar la visión cerrada de este pueblo y sus familias que se niegan a que las mujeres estudien, su óptica más bien no acusa sino que trata de comprender las interacciones, logrando incluso momentos de bastante sentido del humor, sin burlarse, sino que detecta algunos sentidos comunes que para Occidente pueden resultar trillados o premodernos.
Pareciera que 3 Faces es un film solo de técnica o de dispositivo (la cámara en el auto, la visión del cineasta-chofer), sin embargo su valor radica en cómo va describiendo a este pueblo, a partir de los personajes que van apareciendo en escenas, desde niños, estudiantes, campesinos, madres. La proeza de un film como 3 Faces está en el punto de vista que emplea Panahi, como si estuviera obligado a permanecer casi siempre dentro del auto. Desde su ángulo o vista es que observamos los campos, adivinamos el interior de las casas o comprendemos parte de la rutina comunitaria del pueblo. Y cuando la cámara sigue a ambos personajes, al director y a la actriz, es para acceder a algunas pistas, a conversar cara a cara con los personajes de este pueblo atorado en el tiempo.
Por otro lado, la prensa en Cannes ha celebrado el lado feminista de esta película irani en competencia, y que Panahi ha realizado desde la clandestinidad debido a su arresto domiciliario, lo que me parece un poco exagerado. Más bien la mirada del cineasta apunta a una razón más bien distinta de una lectura desde el feminismo, y propone al diálogo como vía de convencimiento, aunque los estamentos machistas sigan férreos y el estatus quo de la mujer tenga un cambio lento o quizas imperceptible. La magia de Panahi para dejar abierta esa posibilidad con un poco de humano optimismo.
Dirigido por: Jafar Panahi
Guión: Jafar Panahi, Nader Saeivar
Cast: Behnaz Jafari, Jafar Panahi, Marziyeh Rezaei, Maedeh Erteghaei
Fotografía: Amin Jafari
Edición: Mastaneh Mohajer, Panah Panahi
Producido por: Jafar Panahi Film Production
Iran, 2018