Por Mónica Delgado
Con más de seis largos en su haber, la cineasta austriaca Jessica Hausner regresa una vez más a Cannes, pero en esta oportunidad con un largo en la competencia oficial: un ejercicio de ciencia ficción pero también con cuotas de drama familiar, estilizado y devoto de escenas con cuidadas tonalidades en diversas paletas de colores. Una ciencia ficción con toques de horror depurada y elegante.
Lo que prima ante todo, más allá de su tema, es el clima y geometría que Hausner dota a su film. Con guiños a las atmósferas enrarecidas de un Yorgos Lanthimos (producto del uso de lentes con más profundidad de campo), y con ecos al cine de serie B como La invasión de los usurpadores de cuerpos o La Tiendecita del horror, la cineasta desarrolla una puesta en escena sumamente trabajada, donde la dirección de arte y la fotografía de Martin Gschlacht enriquecen la historia de un laboratorio que realiza experimentos genéticos con plantas con fines comerciales. Una de las científicas, madre soltera con un hijo púber, lleva una de las plantas a casa, a la que llama Little Joe, a través de la cual comprobará algunos daños (mentales) de la investigación.
Hausner centra la tensión en el personaje de Emily Beecham, la científica, ya que se vuelve testigo de los cambios psicológicos en las personas (las vuelve “felices”o insensibles) que tienen contacto con el polen de estas plantas y flores mutantes. Y así, el film no solo va describiendo la transformación de los personajes, sobre todo el del hijo de la científica, sino que Hausner va dotando de un código especial de colores a cada escena y a cada situación: verdes y blancos para la asepsia del laboratorio, rojos y verdes para el hogar, y así, va urdiendo una geografía especial del color, y quizás este punto sea lo más destacable del film.
Hay un uso atosigante de la banda sonora, que evoca melodías minimales de instrumentos asiáticos (con ladridos de perros incluidos, a modo de extraño “noise”) y que rompe la conciliación de los usuales componentes del género (y que Hausner ya trabajó con esmero en Hotel o Lourdes), y que logra distanciar al espectador de esta historia de gente que enloquece como analogía de la alienación en los mundos capitalistas hiperconsumistas.
Competencia oficial
Dirección: Jessica Hausner
Guion: Géraldine Bajard, Jessica Hausner
Fotografía: Martin Gschlacht
Reparto: Emily Beecham, Ben Whishaw, Leanne Best, Lindsay Duncan, Kerry Fox, David Wilmot, Kit Connor, Goran Kostic, Andreas Ortner, Andrew Rajan, Sebastian Hülk, Phénix Brossard, Yana Yanezic
Austria, 2019, 100 minutos