Por Mónica Delgado
En esta edición de Cannes bromeamos muchas veces entre críticos y periodistas sobre el motivo zombi que se había apoderado, sin querer, de las pantallas este año: la inauguración con el film de Jarmusch, la película de Bertrand Bonello en la Quincena de Realizadores o los entes adormecidos de la ópera prima de Mati Diop. Y Sick, sick, sick (Sem Sue Sengue) de la brasileña Alice Furtado, sigue esta vía.
Sick, sick, sick es, ante todo, una historia de amor obsesivo. Y Alice Furtado evade cualquier ruta convencional para mostrarlo y apela a un tono enrarecido, de luces de neón y post rock (se oye a las gran Rakta), para desplazarse en climas de búsqueda y ansiedad de una adolescente (Luiza Kosovski) que acaba de perder a su novio. Lo que podría describirse como el relato de un duelo, Furtado lo va abstrayendo y convirtiendo en pura atmósfera de dolor soterrado, que vira hacia situaciones extrañas donde el vudú y la sombra de La isla mágica, el libro de William Seabrook, crónicas de viajes en Haití que se volvió un hito y que usó por primera vez el término zombi en 1929, lucen determinantes.
Si bien el film tiene momentos que lucen sueltos o que no terminan de aportar bien a la historia, poco a poco el final logra dotar de sentido a todas las pistas entregadas, y la protagonista nos va mostrando desde su inexpresividad un modo de resolver el luto o su resistencia. Todo en Sick, sick, sick se concentra en el cuerpo y sus pulsiones, aunque el modo en que Furtado lo muestra no es directo, ya que apela a detalles, sugerencias, insinuaciones. La protagonista enferma, no come, no parece disfrutar nada, y decide alejarse en una playa lejana, con el fin de curar sus heridas, sin embargo, todo no es lo que parece, y el viaje se convierte en un ruta hacia el encuentro simbólico con la muerte.
Lo más logrado de esta ópera prima de Furtado, presentada en la Quincena de Realizadores, es el uso de la banda sonora, que le ayuda a configurar una puesta en escena colorida o bizarra (que por momentos recuerda a algunos usos en el cine de Yann Gonzalez), donde el neón (bajo el ojo de Felipe Quinteras) marca una vía hacia la ensoñación y abre las puertas completas del más allá.
Quincena de Realizadores
Dirección: Alice Furtado
Guion: Alice Furtado, Leonardo Levis
Música: Orlando Scarpa Neto
Fotografía: Felipe Quintelas
Reparto: Sílvia Buarque, Luiza Kosovski, Lourenço Mutarelli, Ismar Tirelli Neto, Juan Paiva, Nahuel Pérez Biscayart, Digão Ribeiro
Productora: Estúdio Giz / BALDR Film / IKKI Films
Brasil, Francia, Holanda, 104 minutos, 2019