Por Mónica Delgado
¿Cómo establecer una relación entre memoria, archivos y presente que escape a usuales sentidos comunes del documental de tipo histórico? ¿Cómo acercarse al género biográfico sin apelar a los clásicos elementos narrativos donde la interpelación queda afuera? ¿Cómo describir la sensibilidad y bagaje del archivista en este proceso de recuperación y de reinterpretación de memoria? En Un souvenir d’archives (2021), Christophe Bisson propone una estética particular, de acercamientos muy detallados y desde voces que van creando un sentido del mundo y de los personajes a los cuales se enfoca. De alguna manera, las interrogantes que propongo aparecen como parte de los dispositivos que Bisson elige para adentrarnos en la figura de la filósofa Sarah Kofman, quien se suicidara en 1994.
En la sección de films franceses de la reciente edición de Cinéma du Réel pude ver este nuevo mediometraje de Christophe Bisson, artista, docente y cineasta, quien a través de cuarenta minutos muestra a la archivista e investigadora Isabelle Ullern reflexionando sobre pasajes en la vida de la filósofa francesa, hija de polacos, Sarah Kofman, mientras revisa sus archivos, agendas o fotos en una sala de lectura de alguna institución. A partir de planos muy cerrados, tanto del rostro de Ullern como de los objetos o papeles que ella revisa, el film se compone de la ilación entre las impresiones de la investigadora y los garabatos, dibujos o apuntes de Kofman.
Desde estas reflexiones nos vamos acercando a Sarah Kofman, cuya vida estuvo marcada por la desaparición de su padre en Auschwitz y las consecuencias del Holocausto. La archivista considera que este hecho la marcó definitivamente, además que fue el tema principal que atraviesa su libro autobiográfico Smothered Words, publicado en 1987 y que podría entrever el clima que goberno su vida hasta sus últimos días. Aunque la misma filósofa dijera en varias entrevistas que su mejor autobiografía estaba en sus obras mismas como sus ensayos sobre la obra de Freud y Nietzsche (las primeras escenas del film nos remiten precisamente a anotaciones de Kofman a ediciones de estas publicaciones).
El cineasta se ubica en los interiores de la sala de lectura, en la Abadía de Ardenne, en el Institut Mémoires de l’Edition Contemporaine (IMEC), donde Isabelle Ullern revisa los archivos de la filósofa que allí estan resguardados. El acto de tocar, de ver, de reflexionar delicadamente a partir de estos vestigios es lo que Bisson intenta capturar de modo muy cercano y sentimental, desde las manos y lupas de la archivista. Y por momentos pareciera que Bisson se interesara más en las sensibles apreciaciones de Ullern sobre su labor como archivista, en un trabajo que requiere lentitud, observación, darle sentidos nuevos a objetos mil veces auscultados. Sin embargo, poco a poco, Ullern va cediendo a aquello que estos objetos despiertan íntimanente, desde su humanidad, tristeza, entrega o compasión y desde el ojo notable de Bisson. Y así va emergiendo la figura de Kofman, desde los pequeños detalles, desde textos de su puño y letra, desde su visión de mundo construida desde lo familiar, privado, pero también, inevitablemente, desde el horror. Tanto Bisson como Ullern dispuestos a aportar sus miradas desde las estrategias que penden del pasado.
Selección francesa
Dirección: Christophe Bisson
Guion : Christophe Bisson con la participación de Isabelle Ullern
Fotografía, sonido: Christophe Bisson
Edición: Claire Atherton
Francia, 2021, 45 min