Pablo Gamba
El programa 3 del festival de cine experimental Crossroads, de la Cinemateca de San Francisco, “Consideren esto como una señal”, presentó nueve cortometrajes de Jodie Mack, Bruno Valera, el Colectivo los Ingrávidos, Callum Walter, Im Youngzoo y otros realizadores, agrupados en torno al tema de la comunicación y que tienen en común otros tópicos, como la ciencia ficción y las plantas. Estas últimas son criaturas desafiantes para el cine porque su movimiento propio se limita, casi exclusivamente, a cuando crecen, florecen o dan frutos. Convertirse en vegetal es un particular tipo de terror para el hombre moderno, explotado en las dos versiones del clásico La invasión de los usurpadores de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers, 1958 y 1978), pero las plantas también han sido un tema recurrente del cine experimental, desde Glimpse of the Garden (1957), de Marie Menken, hasta el Arboretum Cycle (2018), de Nathaniel Dorsky, por poner dos ejemplos.
La película mejor lograda del programa, por lo que respecta a la ironía del “movimiento” e incluso el “drama” de las plantas en un cine métrico –un cine del fotograma y no del plano–, es el segundo corto, sin sonido, de la serie Wasteland de la cineasta británica radicada en los Estados Unidos Jodie Mack, titulado Hardy, Hearty (2019) –sobre el primero, Ardent, verdent (2017), José Sarmiento Hinojosa escribió una nota en este sitio web–. El comienzo parece francamente humorístico, lo que siempre se agradece en el cine experimental, con el uso del hielo como posible metáfora de la imagen “congelada” y de una planta de raíces sacadas de la tierra que hace pensar en el “desarraigo”, a lo que acompaña, en el texto de presentación, una cita de Bambi, no la película de Disney (1942) sino la novela de Felix Salten (1923).
El “relato” surge aquí del encuentro de lo métrico y lo material, en un collage de movimiento parpadeante que cuestiona los fotogramas que engañan al espectador con la falsa ilusión de un movimiento análogo al natural en la animación hegemónica. La “historia” también sigue el ritmo de la naturaleza, yendo de un “invierno” al florecer de una “primavera”. En todo caso, se trata de investigar hasta dónde se puede llegar en esto de hacer una película de plantas que se transforman, lo que no deja de recordar las preguntas sin respuesta en torno a lo que se llama “vida” y su relación con el movimiento, y la cuestión de cómo lo que es tiene que dejar de ser para poder cambiar.
Corteza neón (2019), de Varela, es otra de las pieza que sobresale en el programa. El cineasta mexicano reúne aquí diversos fragmentos filmados en 16 mm y Super 8, en un montaje en el que la tradición contemporánea del cine métrico se conjuga con las ideas de la vanguardia soviética de los años veinte por lo que respecta al ritmo basado en la duración de los planos, la amplitud de campo, la angulación, los contrastes de color y el movimiento con que se filma en cada plano, cuando son del sol, la lluvia o la vegetación.
Pero el interés que puede despertar este cortometraje no se agota en sus características formales, como sí parece ocurrir con el otro film, más corto, de Varela incluido en el programa, cada vuelta que da una cosa enrollada alrededor de otra (2019), que da la impresión, además, de ser como un apunte en el camino hacia Corteza neón. La película que aquí se comenta es también un documental poético sobre la resistencia indígena en México, que incluye fragmentos sonoros del saludo de la marcha del Ejército Zapatista de Liberación en 2001 cuando llegó al estado de Oaxaca. Se trata de un film que recurre a una técnica de contrapunto que recuerda a la de Pier Paolo Pasolini en Apuntes para una Orestíada africana (1970), y que es la de superponer a las imágenes una narración de ciencia ficción psicodélica que pareciera no tener ninguna relación con el tema político hasta que aparece la mención a la “gente hormiga” en el relato y se ven las primeras personas en la pantalla.
Hay un problema con el uso de subtítulos para narrar esa historia. Si bien la idea parece ser que el espectador los “escuche” con su voz mental y se haga partícipe, así, de lo que se cuenta, mientras que sí suena la voz del orador zapatista, la inserción de letras es un elemento que no deja de distraer al ojo de las imágenes, sobre todo en una película como esta, en la que seguir con atención la velocidad del montaje puede resultar un desafío. También es problemática la acumulación de tantos recursos. Lleva a pensar en un “pastiche” experimental, que sería expresión de un escepticismo posmoderno en torno a la capacidad actual del cine de hacer verdaderos hallazgos y elige el camino del remix, como buscando, al menos, combinaciones novedosas de lo conocido. De esta actitud parece desprenderse la elección de producir en abundancia, como quizás ocurre también en el Colectivo los Ingrávidos. En este programa se incluyó otra de sus numerosas piezas políticas de este grupo, Tear Gas (2019), que ya fue comentada por Mónica Delgado en Desistfilm.
Entre las películas reunidas en este programa se destaca, también, un corto que claramente se enmarca en el género de la ciencia ficción. Se trata de Meridian (2019), de Callum Walter, que tiene como protagonista a un vehículo de exploración que parece desempeñar, en la Tierra, una misión análoga a la de los enviados a otros planetas por los terrícolas. Lo que hace de esta una obra relevante es el trabajo con el punto de vista subjetivo del aparato, que revierte la pregunta acerca de lo que se está viendo y lleva a preguntarse por qué clase de cosa es la que mira, dado que se desplaza por la superficie, como un vehículo con ruedas, pero también puede volar.
Lo más importante es que la principal fuente de información acerca de este observador invisible son los efectos que causa en lo que lo rodea, bien sea la perturbación de las aguas por el que pareciera ser el motor que le permite volar o, simplemente, lo que es capaz de alumbrar con su luz direccional. Meridian se convierte, así, en algo más que un relato entretenido, para plantear interrogantes en torno a la ilusión de “transparencia” en el documental de observación y en la televisión informativa. Pero lo hace en el marco de un film de género, lo que limita el alcance de estas preguntas.
Cabe comentar, finalmente, el video Starry Starry (2017), de la artista coreana Im Youngzoo. Es la obra irónica que más claramente se inscribe en el concepto de “señales” –el título del programa fue tomado de un subtítulo de esta pieza–, con referencias al código Morse, a las transmisiones del Apollo 13 y, en contrapunto con esa y otras referencias al espacio exterior, un texto para ayudar a la meditación que habla de los ojos, la nariz y la boca. La cuestión de los mensajes es problematizada por la materialidad que se hace manifiesta en el glitch y en otros tipos de distorsión, y también en el loop, lo que trae a colación cuestiones tratadas por la cibernética, por ejemplo. Pero, quizás, la más profunda ironía es la que se desprende de que Starry Starry sea una obra concebida para exhibición en galerías y, por tanto, no deja de tener un sentido y finalidad absolutamente claros en un circuito de otro tipo: el del arte.
El programa incluyó también Angular Momentum (2019), de Michael Betancourt, un video abstracto hecho con la técnica fotográfica del cianotipo, combinada con técnicas digitales para unir las imágenes; la videodanza Sacred Geometry (2018), de la actriz y bailarina Anna Cecilia Seaward, e It Was Summer When (2019), de la serie Into de Midst of Things, de Gloria Chung. Pero no es posible extenderse sobre ellos en esta breve reseña.
Crossroads 2020: programa 3
Wasteland n.° 2: Hardy, Hearty
Realización: Jodie Mack
Estados Unidos, 2019, 7 min.
cada vuelta que da una cosa enrollada alrededor de otra
Realización: Bruno Varela
México, 2019, 3 min.
Corteza neón
Realización: Bruno Varela
México, 2019, 14 min.
Tear Gas
Realización: Colectivo los Ingrávidos
México, 2019, 2 min.
Angular Momentum
Dirección: Michael Betancourt
Música: Jean-Philippe Feiss
Estados Unidos, 2019, 5 min.
Sacred Geometry
Dirección e interpretación: Anna Cecilia Seaward
Música: Cad Goddeu
Estados Unidos-Hungría, 2019, 4 min.
Meridian
Dirección, fotografía, montaje, sonido y música: Callum Walter
Producción: Zack Barner, Rose Dickson
Interpretación: Gail Walter
Estados Unidos, 2019, 16 min.
Starry Starry
Realización: Im Youngzoo
Corea del Sur, 2017, 11 min.
It Was Summer When
Realización: Gloria Chung
Estados Unidos, 2019, 1 min.