Por Mónica Delgado
Hacer un evento internacional en Cusco para hablar de cómo articular y preservar al cine peruano mientras probablemente una copia de Kukuli, la película cusqueña más emblemática, podría estar tirada y olvidada en una lata oxidada. Perú siempre ha sido un país donde se comprueban paradojas. Mientras en estos días en Cusco se reúnen expertos y autoridades en el primer Encuentro Internacional de Cinematecas: Historia, preservación e institucionalización de la memoria audiovisual del Perú, organizado por el Ministerio de Cultura en la región, con el fin de discutir el diseño de una política para la creación, por fin, de la Cinemateca Peruana, aparece la noticia del estado lamentable y completo abandono de lo que fue la Cinemateca Universitaria de la Universidad Agraria. ¿Qué significa esto? Que más de 500 rollos han sido hallados a punto de ser tirados al tacho por culpa del desinterés y la ceguera burocrática.
El cineasta Francisco Adrianzén hizo pública una carta dirigida a las autoridades del Ministerio de Cultura, en la cual denuncia el desinterés por el estado de films que le pertenecieron a la Cinemateca Universitaria, que inexplicablemente no es considerado patrimonio fílmico en el país, y que como indica la misiva, está deteriorado, y que estuvo a punto de ser tirado a la basura. ¿Es posible que, por un lado, se muestre un interés en diseñar una política pública para la construcción e implementación de la tan añorada cinemateca peruana, y por otro, material avinagrado de más de una centena de films siga a su suerte, huérfano del interés estatal? ¿Qué importa más? ¿Qué papel cumple el Ministerio de Cultura para llevar a cabo acciones que no sean floro burocrático y que sí revelen un real interés en la preservación del cine peruano?
Copio la carta de Francisco Adrianzén:
CARTA A LOS PARTICIPANTES AL ENCUENTRO INTERNACIONAL DE CINEMATECAS
Distinguidos invitados nacionales e internacionales
Señores autoridades
Señores funcionarios del Ministerio de Cultura
Señoras y señores presentes
En primer lugar, reciban mis saludos y agradecimiento por participar en este encuentro. A pesar de haber sido invitado, lamento no poder estar presente por razones de salud y debido a compromisos adquiridos con mucha anticipación que me han llevado al extranjero.
Sin embargo, me resulta gratificante que estén reunidos en la bella ciudad del Cusco intercambiando pareceres acerca de un tema sumamente importante para el cine, nuestro cine y la cultura peruana: la necesidad de una Cinemateca; la misma que yo quisiera entender de alcances nacionales, dotada de autonomía, presupuesto, infraestructura, planes y proyectos que la hagan merecedora del nombre de Cinemateca Nacional del Perú.
Ojalá así sea. La creación de la Cinemateca Nacional es una imperiosa y urgente necesidad desde hace ya muchos años. A pesar de todas las voces que nos venimos manifestando, nuestro pedido no encuentra la atención suficiente en políticos, autoridades y funcionarios para concretarse en una realidad, por razones que no alcanzamos del todo a comprender.
Cada día que pasa se suma una película más a la lista de obras perdidas. Colecciones enteras son destruidas o vendidas fuera del Perú con destinos inciertos o desconocidos. Desde 1972, en que se promulgó la primera ley de cine importante en el Perú, la 19327, Ley de Promoción a la industria cinematográfica, dos generaciones de cineastas físicamente han desparecido y con ellos sus obras. Nuestra generación, producto principalmente de esta ley, va asimismo sintiendo el peso de los años.
Permítanme su tiempo para contarles un hecho recientemente ocurrido que grafica muy bien lo expresado anteriormente. Hace poco mas de un mes, el 15 de agosto, un mensaje por las redes sociales nos llamó poderosamente la atención al comunicar lo siguiente:
“Estimados contactos, alguien sabe quién puede valorar rollos de películas antiguos (muuuy antiguos), en la Universidad Nacional Agraria, La Molina hay rollos de películas antiguos que no se sabe su contenido (y que de repente tienen un valor histórico) y que se van a eliminar. Por favor, si alguien tiene alguna idea o contacto, que me avise.”
Tras recibir el mensaje lo primero que pensamos es que correspondían a algunas películas que tal vez hayan estado ahí medio perdidas, y esperábamos que de ninguna manera se tratara de las películas que pertenecieron en algún momento a la Cinemateca Universitaria del Perú, institución que concibió, creó y sostuvo con enorme esfuerzo, esmero y dedicación personal el Dr. Miguel Reynel Santillana por mas de 40 años y que funcionó principalmente en la mencionada universidad.
Sabiendo además que el 1 de setiembre de 2017 el Ministerio de Cultura había expedido una Resolución Ministerial que creaba una Comisión que iba a inventariar los bienes fílmicos en diversas entidades: La Biblioteca Nacional, el Archivo General de la Nación, IRTP (Instituto de Radio y Televisión del Perú, entiéndase Canal 7 o TVPerú) y otras entidades más entre las cuales se encontraba la Cinemateca Universitaria del Perú. Por esta razón, nos negábamos a la posibilidad de que se trataran de estas películas.
Luego de muchas coordinaciones, nos apersonamos a la Universidad a verificar de qué material fílmico se trataba, encontrándonos con la sorpresa -ingrata en cierta forma- que efectivamente era el acervo fílmico completo de la Cinemateca Universitaria del Perú: más de 100 películas, es decir mas de 500 rollos, en su mayoría de largometraje tanto en 16 mm como en 35 mm. acumuladas durante cerca de 40 años. Al día de hoy, el material nos ha sido entregado como: DONACION DE CINTAS FILMICAS DADAS DE BAJA POR EVIDENTE DETERIORO, según reza el ACTA DE ENTREGA – RECEPCION.
Las películas que nos han sido donadas estaban almacenadas tal cual como las dejó el Dr, Miguel Reynel en el año 2004, momento en que se jubiló. El tiempo había hecho su labor deteriorándolas, hasta que se tomó la determinación de disponerlas en un relleno sanitario de seguridad debido a los peligros que podrían traer consigo. Afortunadamente, el buen discernimiento de algunos funcionarios de esta casa de estudios los llevó a colocar en las redes el mensaje que les hemos leído y las películas hoy tienen otro hogar, no un relleno sanitario. Entre ellas se encuentran copias de: Cine Soviético: La Huelga, La Tierra, La madre, El hombre con la cámara, El acorazado Potiomkim, Dura lex, y un largo etc. Películas de Carl Theodore Dreyer procedentes de la Cinemateca Danesa, El Proceso de Orson Welles, Lola Montes de Max Ophuls. En fin, una larga lista de títulos en su gran mayoría fundamentales en la Historia del Cine, en 35 mm como en 16 mm, extranjeros, latinoamericanos y nacionales. Y entre estos rollos de películas debe de estar una copia de Kukuli, el emblemático largometraje de la Escuela Cusqueña realizado por Luis Figueroa, Eulogio Nishiyama y Hernán Velarde, con la participación de Judith Figueroa y Víctor Chambi.
Nos preguntamos entonces, ¿la Comisión del Ministerio de Cultura creada el año 2017, se contactó alguna vez con la Universidad Agraria? No lo sabemos, pero el suceso descrito hace que nos quede muy en duda si logró cumplir su encargo; a pesar de que según parece presentó un informe, que nunca ha sido hecho público por escrito.
Sin duda alguna, este “singular rescate” dice mucho de la labor de preservación de nuestro patrimonio fílmico y por coincidencia cobra singular importancia en estos días en que se realiza la reunión en el Cusco, con la intención de crear una Cinemateca cuyos alcances no conocemos totalmente.
Pensemos ¿hasta dónde el estado, vía Ministerio de Cultura, está dispuesto a asumir el desafío de crearla y sobre todo con qué nivel de compromiso real? Si al 2019 no se han hecho públicos los resultados de dicha comisión y mucho menos se han hecho estudios serios acerca de la labor, organización, composición y presupuesto necesario para la creación de una Cinemateca Nacional.
Desde hace un largo tiempo, un numeroso grupo de personas vinculadas a la Cinematografía y Cultura, políticos y público en general venimos demandándole al estado peruano la creación de una Cinemateca Nacional. Nuestro reclamo hecho en público y con todas las formalidades en privado, ha recibido hasta ahora solamente respuestas burocráticas dilatorias evidenciando un marcado desinterés al respecto.
Por eso, nos preguntamos ahora ¿qué nivel de seriedad puede tener el anuncio de la creación de una Cinemateca en el Cusco?
El Perú necesita una Cinemateca Nacional real, con la misma categoría que la Biblioteca Nacional, dotada de autonomía de gestión y presupuesto, que responda directamente al Ministro de Cultura y no a una dirección de segunda línea. No quisiéramos una Cinemateca que sea un membrete colgado en la puerta de una oficina perdida de alguna dependencia de Cultura con un escritorio y cuatro anaqueles conteniendo algunos rollos de película y seguramente muchos DVDs.
Se necesita una Cinemateca Nacional con planes de desarrollo, proyectos y local acondicionado de acuerdo a sus múltiples necesidades y sobre todo que se proyecte a la comunidad con personas capaces, comprometidas en su nacimiento y crecimiento, que hagan de su gestión su razón de ser y de su capacidad de entrega un ejemplo para las futuras generaciones de conservacionistas, restauradores y programadores que vendrán.
Lo sucedido con la Cinemateca Universitaria del Perú demuestra lo poco que importa el patrimonio fílmico en nuestro país y, hay que decirlo, un sentimiento de vergüenza e indignación nos invade. Sabemos que hoy por hoy, y desde hacen un buen tiempo, existen razones y condiciones de más para crear una verdadera Cinemateca Nacional; sin embargo no podemos decir lo mismo de la voluntad política para hacerla.
Muchas gracias por su atención.
CINEMATECA NACIONAL AHORA!!! CON COMPROMISO Y DIGNIDAD.
Francisco Adrianzén Merino
DNI 07235900
30 de setiembre 2019