DOC BUENOS AIRES 2022: DE LOS 84 DÍAS DE PHILIPP HARTMANN Y UNA SERIE DE PROBLEMAS MATEMÁTICOS DE MARIANO DONOSO

DOC BUENOS AIRES 2022: DE LOS 84 DÍAS DE PHILIPP HARTMANN Y UNA SERIE DE PROBLEMAS MATEMÁTICOS DE MARIANO DONOSO

Por Pablo Gamba

Descubrir diálogos posibles entre las películas que se ponen juntas en un festival puede ser una tarea compleja y que requiere una fina intuición del programador, si se descartan las relaciones obvias. Un ejemplo se vio en el Doc Buenos Aires, en una función del largometraje alemán-boliviano De los 84 días, de Philipp Hartmann, y el cortometraje argentino Una serie de problemas matemáticos, de Mario Donoso. Las dos son películas sobre la dinámica de comportamientos de colectivos de personas y cómo el cine necesita dirigir a ellos su atención para poder filmarlos adecuadamente.

De los 84 días es más obra de la Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos (OEIN) de Bolivia, el ensamble de solistas PHØNIX16 y el dúo Noiserkroiser que del cineasta. Hartmann la hizo en respuesta al azar que confinó a los sudamericanos durante casi tres meses en la Academia de Música de Rheinsberg. La causa fue las medidas tomadas debido a la pandemia de la COVID-19, por la que se canceló una gira de conciertos del grupo en Alemania y no pudieron regresar tampoco. En su país, además, había ocurrido un golpe de Estado y el “gobierno interino” recortó los “gastos” en cultura y dejó sin presupuesto a la OEIN. Hartmann explica que era un problema qué hacer con los trabajadores extranjeros varados que eran los integrantes de la orquesta y cómo conseguir fondos para cubrir los gastos de estadía. Para ello se organizó un programa de actividades con el grupo alemán y la película. El arte, hay que recordarlo, es la forma de ganarse la vida que tienen algunos profesionales.

El trabajo de la orquesta es notable porque no usa los instrumentos nativos para hacer música tradicional indígena sino de compositores académicos contemporáneos que trabajan con la improvisación, como Karlheinz Stockhausen y John Cage. También tienen creaciones propias que siguen esta línea. No es algo para nada ajeno a la cultura latinoamericana, en particular a la andina, en la que diversas racionalidades liberadoras coexisten en tensión unas con otras, según el sociólogo Aníbal Quijano. La “partitura” de Stockhausen que se muestra es un breve texto que da instrucciones a los músicos; la de Cage consiste en marcas de tiempo. Sobre bases como estas, la creación improvisada es un diálogo que se va dando entre los subgrupos en los que se dividen los músicos y en el interior de cada uno de ellos. Si algún ejecutante toma el liderazgo, los demás buscan acompañarlo, explican los bolivianos. Es una tarea compleja, porque no solo exige habilidad para tocar sino, sobre todo, para escuchar lo que los demás están tocando, y se extiende a la consideración de la relación del sonido con el espacio y el ruido del ambiente, que es parte integral de esta música.

Hartmann entra también en este juego, haciendo de la filmación de los músicos que improvisan otra forma de improvisación. El dispositivo dominante en esto es la puesta en cuadro y, en particular, los movimientos de la cámara. Con ella sigue los detalles de los instrumentos y la interpretación que llaman la atención por sí mismos. El mejor ejemplo es el piano preparado, emblemático de John Cage, con diversos objetos puestos en su interior para intervenir las cuerdas y el mecanismo de percusión, y que no solo se toca con el teclado sino también como el “arpa” que parece tener dentro y de otras maneras. El arco de un violín puede usarse para frotar una campanilla y una guitarra eléctrica pude tocarse con palillos chinos para el pelo. Pero el cineasta va más allá de esta actitud curiosa y filma planos en los que mirada de la cámara con la que improvisa está en contrapunto con la “conversación” entre los músicos. Se integra a lo que la improvisación tiene de arte de la escucha, con una disciplina que lo lleva a evitar búsquedas disonantes de un vanguardismo fílmico propio cuando se trata de estar entre otros artistas.

Fuera de este contexto, hay planos en los que Hartmann sí busca romper, como “solista”, las convenciones del cine. La respuesta de los músicos a la participación del cineasta fue la incorporación de imágenes de una película suya a sus interpretaciones. No se trataba de hacer una banda sonora en vivo sino de responder musicalmente a ella, de dialogar con el film. De los 84 días, en síntesis, es una película sobre cómo interactúa un pequeño grupo de personas para hacer arte de improvisación colectiva, y sobre el tipo de registro que debe hacer el cine para no tergiversar esa realidad. Por ejemplo, no se la usa como “insumo” para la fabricación de un videoclip, que es el género hegemónico del audiovisual musical.

En Una serie de problemas matemáticos, la cuestión análoga es cómo filmar fielmente a ese colectivo tan vagamente definido que es el pueblo. Mariano Donoso retoma un motivo de Buenos Aires al Pacífico (2018). Es un notable largometraje de modesta producción pero de aspiraciones épicas a seguir la historia de un país, Argentina, a lo largo del recorrido un tren que lo atravesó y que cayó en el abandono, con una estructura fragmentaria que no le impone una coherencia. Allí el director planteaba posibles relaciones entre el pueblo, el peronismo y las fuerzas de compresión que mueven la maquinaria industrial en torno a la cual se forma la clase obrera. Aquí recurre a los procesos estocásticos, los que tienen un desarrollo en el que intervienen factores azarosos que los hacen impredecibles. Se interesa por las cadenas de Markov, que se usan para establecer la relación de probabilidad entre un evento y lo que lo precede, con fines de control.

El dispositivo dominante en el corto es el montaje. De allí, entonces, la ironía que se anuncia en el epígrafe de Jorge Luis Borges respecto a quienes aspiran a abarcar lo real con el tipo de mapas que también son los modelos matemáticos. Si bien hay planos en los que percibe un claro paralelismo entre las imágenes visuales y los ejemplos que se desarrollan en los intertítulos, junto con las explicaciones y las fórmulas, lo imprevisto se presenta como dominante en la conformación de las cadenas de planos. Estas también comprenden saltos de Argentina a Chile y de un taller de reparación de trenes a situaciones completamente diferentes. En síntesis, si las convenciones del cine pueden llevar a la invención de nexos de una lógica narrativa o documental entre las imágenes, y es lo que generalmente ocurre, esta película hace ironía de eso al traer a colación el problema que plantea con respecto a las dinámicas de lo real, al menos tal como ha intentado describirlas la estadística. El plano final de Una serie de problemas matemáticos es de dos músicos populares que tocan juntos. Se equivocan en su interpretación y la pieza se interrumpe. Es un ejemplo de que incluso lo real que puede desarrollarse con arreglo a una partitura escrita o aprendida de oído es una cadena de Markov. Que una nota siga a la precedente es algo en lo que siempre interviene, en alguna medida, el azar. El cine, por tanto, necesita desarticularse para poder ser fiel a las cosas y es lo que ocurre con el montaje en esta película de modo análogo a la puesta en cuadro en la de Hartmann.

Sección Planos de todo el mundo
De los 84 días
Dirección, fotografía y producción: Philipp Hartmann
Montaje: Philipp Hartmann, Timo Kreuser
Sonido: Alex Baskind
Música: OEIN, PHØNIX16, noiserkroiser
Alemania-Bolivia, 2021, 105 min.

Una serie de problemas matemáticos
Dirección, fotografía y montaje: Mariano Donoso Makowski
Guion y producción: Mariano Donoso Makowski, Mariana Guzzante
Sonido: Alejandro Manuel Alonso
Argentina, 2022, 25 min.