EL CICLO DEL ALIENTO: UN DICCIONARIO DE ETIMOLOGÍAS Y ALFABETOS FONÉTICOS A TRAVÉS DEL FESTIVAL DE GUADALAJARA

EL CICLO DEL ALIENTO: UN DICCIONARIO DE ETIMOLOGÍAS Y ALFABETOS FONÉTICOS A TRAVÉS DEL FESTIVAL DE GUADALAJARA

Por Valentina Giraldo Sanchez

  1. La etimología es el campo de estudio que se centra en el rastreo del origen de las palabras, explicando su significado y su forma.
  2. La fonética es una parte de la lingüística que estudia los fonemas y los sonidos vocálicos y consonánticos que forman una palabra.
  • En Guaraní, ñe´é significa palabra y también significa alma. Algo así como decir en español palabralma. Hace unos meses, en una conferencia se nos enseñaba a las asistentes que  la enfermedad es algo que llega al cuerpo cuando la palabra y el alma se separan.
  • En el idioma Potawatomi se emplea Yawe como el verbo ser animado. Es decir, Yawe se usa para hablar “de aquellos poseídos por la vida y el espíritu”[1]. Todo aquello que está animado: nosotras, las montañas, las rocas, los ríos, el tigre mariposo y los mosquitos.

(cuando me siento a escribir pienso en todo lo que a esta lengua le falta para florecer y conjugar -a la vez que conjurar- un verbo para todo aquello que está poseído por la vida, una palabralma que le corresponda al movimiento animado de eso que mis ojos ven cada vez que voy a un cine)

En el tarot que dibuja Pamela Colman, el arcano mayor 14 es La Templanza y está justo en medio de La Muerte y de El Diablo. Esta carta, cuando sale, se asocia con tomar un respiro, sentar el pensamiento y observar. Tiene un pie en el agua y otro en la tierra: un punto intermedio en el que los opuestos parecen ser uno. Justo en el pecho la templanza lleva el nombre del dios cristiano en hebreo: (YHWH). Según el mito, el nombre de dios en hebreo es impronunciable ya que sus vocales nunca fueron reveladas, la traducción, con el tiempo ha sido “Yahweh, Yahvé”. Hace unos años, mi amiga Mariana me explicaba que el sonido más cercano al nombre de dios en hebreo era la respiración. Para cruzar un abismo necesitamos un puente templado, si este está demasiado tensionado se reventará y si está demasiado suelto, se caerá. Por eso la templanza implica paciencia y quietud, implica respiro.

Robin Wall Kimmerer escribe: “¿Qué azar o confluencia lingüística ha llevado al Yahvé del antiguo testamento y al Yawe del nuevo mundo a coincidir en la lengua de los piadosos? ¿Y acaso ser no significa eso? Ser, llevar en el propio seno el aliento de la vida(…)”

En el Tarot Andino la carta de La Templanza se llama Hampiq, que en Quechua significa “médico, curandero”. El aliento, el respiro, la palabralma, la cura. La lengua nos habla de nuestra calidad de vivientes en medio de un mundo viviente.

Me pregunto cuál será el azar que lleva a que le pongamos a la película un nombre, una palabra que a la vez es respiro, es aliento que sale de un cuerpo.

Siento-pienso: El cimiento del lenguaje es el alma, a esta boca que nombra la traspasa el viento, ese aliento del paisaje en el medio del cual estoy.

La palabra dicha es algo así como la manifestación final del ciclo del aliento: Hay un bosque de formas y vidas que respiran, ese aire de esas formas lo respira una y entonces el habla es una posesión. Puede ser que entonces la palabra es también el alma, ese gesto sonoro de lo que está vivo. Las palabras, que son animales que nunca se repiten, tienen raíces, sonidos y formas. Cuando una va y busca resulta que una palabra está compuesta de otras que a su vez están compuestas por otras. La palabra tiene también un sonido, un cantar.

Pienso en Victor Jara: “aquí se encajó mi canto, como dijera Violeta”.

Estas palabras son la urdimbre sobre la cual se tejerá una cobertura de algunas de las películas que están proyectándose en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara. Un tríptico de cantos. Una triada de la cooperación: tres películas dirigidas por mujeres. Esto será una especie de búsqueda botánica de la palabra: indagar en las raíces (en esas otras formas previas del nombre). Una búsqueda por la palabra previa y el sonido que le da forma.

Yo siento que cuando una le pone un nombre a algo es como si un deseo se le metiera en la lengua. Pienso también que el cine y su voz airean la vida. Por eso, esta cobertura partirá, también, de esas palabras que le dan el título a las películas.

La palabra nace en la entraña
El sueño (y cuando digo sueño, quiero decir también película) es aliento de luz

Se supone que Cine proviene de la voz de origen griego “kine” que significa movimiento, y por eso cuando quiero decir cine, quiero decir movimiento (también).

(Pienso que quizá  habrá que dejarse dormir con el aliento de la luz,
soñar la respiración del proyector y entonces el nudo de la luz
se desatará  en el aliento del cine, de la partícula, del pixel: amanecerá
como el aliento del movimiento que después se volverá palabra escrita.)

El habla es la respiración del paisaje, la palabra el suspiro del viento. En la palabra, la vida circular de la tierra termina: por eso escribir

amiga del granizal
raudal-de-la-vida
la palabra se extiende como conjuro que se posa sobre la grieta: mano-de-la-selva, liana-hermana-de-la-luz.

La palabra: hermana-del-movimiento, y cuando quiero decir que la palabra es hermana del movimiento, quiero decir que la palabra es hermana del cine.

Primer soplo: O Mar Também É Seu

Hace un tiempo soñé que estaba embarazada, tenía una panza grandota.
Mi bebe estaba por nacer pero yo no quería dar a luz.
Toda la gente que estaba en el sueño me decía que tenía que parir,
parir y ser una buena mujer.
Parir bien
Hincarme bien y hacer nacer bien a mi hijo
ser una buena mujer
Yo lloraba.
Tenía una panza grandota, redonda y vital, y no quería dar a luz
Lloraba.
Cuando me desperté seguía enferma, las manos de mis amigas le ayudaron a mi cuerpo a ponerse de pie.

 

La palabra “Mar” viene del latin “Mare” que significa “masa de agua”. De Mar se desprenden alientos como “maremoto”, “marejada”, “marea” y “marear”.

Del mar se desprenden olas, algas, piedras

En el cortometraje O Mar Também É Seu, dirigido por Michelle Coelho, caminamos a través de sueños y rezos los recuerdos de un aborto. Una mujer que se sueña feral, que de entre las piernas se saca una coágulo con el que fecunda la tierra.

Las imágenes iniciales parecieran los ojos de un animal nocturno: luces de barcos que titilan, apenas parpadean. La certeza de los sueños, sus pistas y secretos. Como si fueran líneas de canto, este cortometraje va tejiendo acontecimientos que a su vez son conjuros: un puñado de arroz, unas campanas que suenan sobre el río Almendares y un Baniano de raíces inmensas.

O Mar Também É Seu se despliega en la pantalla como un espejo de agua que moja los ojos y los pies. Serpentea como un río y sus imágenes son como un acervo de orientaciones lumínicas hacia los senderos opacos del cuerpo. Pienso en eso de verse de cuerpo entero frente a un espejo e imaginar sobre el vientre la palabra soberanía. Pienso en eso de que en la mayoría de países en Latinoamérica es ilegal abortar.

Son muchas las palabras que de la palabra “mar” se desprenden. Con la historia, el lexema se ha desbordado: marinera, mariscos, marisma. Pienso: nuestra lengua apunta al mar. El mar es un dialecto. Pienso: el mar es entonces un gran vientre.

La transcripción fonética de la palabra “mar”, en español, es:

“La manifestación de la cólera divina es femenina”, dice una de las mujeres.

En su sonido, la palabra “mar” nace de un vibrar intenso en el pecho: mmmmmmmmmmmmmmmm

Con la vocal el mar sube a la garganta: mmmmmaaaaaaaaaa

Con la última consonante el mar se desata en la lengua: mmmmmaaaarrrrrrr

Entre el sueño y la vigilia las manos de las mujeres sostienen las raíces del cuidado. La brujería es también una manera de defendernos. O Mar Também É Seu, como la palabra, es un soplo que nace en el pecho y se desata en la lengua.

Entré a la sala de cine con el pañuelo verde anudado en la mano izquierda.

Un pañuelo que dice “vivas nos queremos”

Con mi abuela lo hablamos en secreto: a veces una se da a luz a sí misma. A veces una decide alumbrar con ese propio ojo del sur, esa propia boca que habla mirando a la tierra (que es la vagina), otra cosa.

Con mis amigas recordamos: El 21 de febrero del 2022 se despenalizo el aborto en Colombia (y ese mismo dia, aca en Mexico, se celebra el dia de la lengua materna). Lloramos, y mientras nos abrazamos, nuestros cuerpos se movían como las olas. Éramos una marea verde frente a un juzgado. El mar también es nuestro.

Hace unas semanas me soñé de nuevo embarazada.
Tenía, otra vez, una panza grandota, redonda y vital.
Estaba sola,
no había nadie.
Estaba sola y estaba muy feliz de estar sola.
Alumbrar sola.
Me hincaba y abría mis piernas como una rana
Mi vientre anfibio, marítimo, chispeante, no me dejaba verme los pies.
Estaba sola e iba a parir sola
Estaba muy feliz de parir sola
Y no me importaba si lo que fuera a salir de mi vientre, por entre mis piernas, fuera un hijo, un maremoto,
un huracán,
o yo misma.
Estaba feliz de agacharme sola
Sin que nadie me dijera que tenía que ser una buena mujer

Segundo soplo: Su voz esta dentro

 Del castellano antiguo voz, y este del latín v0cem, del protoindoeuropeo – (“hablar”).

  1. Sonido producido por las cuerdas vocales del ser humano.
  2. Sonido emitido por algunos animales.
  3. Sonido producido por ciertos fenómenos naturales.
  4. Línea melódica de los cantantes o instrumentos en una obra musical polifónica.

Su voz está dentro, de Mariana Flores Villalba y Claudia Becerril Bulos, es un cortometraje construido a través de los relatos de diferentes mujeres sobrevivientes de violencia doméstica.

Pienso en el título “Su voz está dentro”.

Pienso en la voz, esa voz, que retumba dentro del cuerpo, este cuerpo.

Pienso en la voz, que es palabra.

Pienso en las palabras

pienso en las imágenes

pienso en la película

Los relatos se van entretejiendo con diferentes fotografías analógicas que muestran sombras y cuerpos borrosos que se difuminan con paisajes. Nombrar la violencia, definirla, delimitarla, reconocerla y combatirla, es muy difícil. A veces la violencia parece ilegible: una maraña de heridas. A veces innombrable: sonidos de un cuerpo cansado.

La voz se produce por una corriente de aire que es expulsada por la laringe y hace vibrar las cuerdas vocales. Voy viendo la película, y pienso en ese retumbar interno que hace que una pueda decir una palabra. Este cortometraje está hecho a voz y luz: las escucho.

haycosasqueparecenindeciblesparecenimposiblesyangustianyangustianyangustian
piensoenmisamigasenmismadresenmisabuelasenlasseñorasdelbarrioenelquecrecì
enesasmujeresquemecriaronyhabìandejadodesaliralacalleporque
susmaridosselostenìanprohibidopiensoysigopensandoyobservoytiembloyelcine
ylapantallaylamemoriayentoncespiensoenesoqueunaaprendeatravès
delcuerpocolectivo: el cuidado no es negociable

Se supone que esta cobertura es un recorrido por el aliento vocal de la articulación cine-palabra. Con “Su voz está dentro”, recordaba que la garganta y el útero tienen una fisonomía muy similar. Pensaba entonces en cómo nace la palabra, en que la formación laringe-glotis-lengua es un órgano sexual. Pensaba también en la importancia de todo lo que de nuestras bocas sale.

Recuerdo a mis amigas decir: “no sabemos cómo, pero acá seguimos
y estamos muy vivas”

En la pantalla: fotografías y siluetas con bordes borrosos. Un pie. Una mano. Un torso. Un espejo. Hay mucha valentía en todo eso: los relatos de estas mujeres, son también el testimonio de su resistencia.

“Su voz está dentro” aborda múltiples tipos de violencia de género. Hay una impunidad social generalizada sobre la violencia que vivimos las mujeres y esta misma no es un problema únicamente nuestro, sino que también es social y es estatal. La representación de este tipo de temas a través del cine suscita afectos que a veces siento, en mi caso, son poco claros. Mientras escribo pienso: cuidar la vida NO es algo metafórico y que tengamos que seguir saliendo a las calles a decir que nos queremos vivas es una mierda. Pienso en la película: la lucha de las mujeres siempre ha sido una lucha por la vida.

Estos cuerpos hablantes manifiestan:
su violencia no ejerce control sobre nosotras

“El miedo es muy cabrón”

El miedo es muy cabrón y la rabia lastima.

La rabia (también) pone límites

Pienso de nuevo en la palabra “voz”: en què voz darle a este escrito, què aliento o soplo o canto. Pienso y pienso y se me cae la lengua.

Se me cae la lengua porque a veces digo “ternura” y me sangra la boca.

Se me cae la lengua, porque sigo sin saber cómo se supone que una habla y escribe sobre la violencia.

Se me cae la lengua y me pregunto que si acaso cuesta tanto darle palabra a la violencia, puede que sea porque juntas elegimos darle palabra a la vida.

Hacia el final de la película: Ellas hablan de estar vivas y las sombras de los cuerpos se superponen con las imágenes de bosques. Ellas hacen amanecer con la primera alborada, el soplo vital de su palabra hermanada con la luz.

Tercer soplo: Ciudad a la espalda

La palabra “espalda”  proviene de la voz patrimonial del latín spatula ‘espátula’, ‘pala de ciertos instrumentos’, ‘omóplato’, por comparación entre la forma plana de estos objetos y la del hueso. Del mismo origen que espátula (V.), en español antiguo pasa a designar toda la parte posterior del tronco.

La espalda: instrumento de trabajo, sostén de la vida, centro primordial del cuerpo.

Como se ve el sonido de la espalda:

“Con la ciudad a la espalda”, dirigida por Paola Rodas, es la historia de Maria e Isabel, dos mujeres que trabajan como recicladoras en la ciudad de Quito.

Maria lidera una lucha colectiva desde su gremio e Isabel comparte sus saberes del cuidado sobre el medio ambiente mientras cría a sus hijas.

En Quito no existe un sistema de reciclaje.

Quito queda sobre las montañas aledañas a la gran espalda de América del Sur: la cordillera de los Andes.

La etimología de la palabra “cordillera”: La palabra cordillera que designa a una hilera de montes enlazados se hace derivar de cordel y este vocablo es adaptación del catalán cordell o cordill (cordón). Este vocablo catalán viene del latín cordellum, diminutivo de chorda, que nos da la palabra cuerda.

La ciudad civilizada nace ya muerta, pienso. Sin embargo, escucho a Maria e Isabel y sus palabras son una lección de cuidado. Ellas hablan de esa herencia por dejar: la educación, la enseñanza como herencia materna, la enseñanza como palabra común, la enseñanza como dardo al poder, la enseñanza como idioma (cada madre es un dialecto, dice Liliana Bodoc). La enseñanza como la memoria de las manos: pienso en mis madres, ellas que me enseñaron todo lo que sé: hacer arroz, cocer camisas, desgranar arvejas. Pienso en la enseñanza de las manos de las mujeres, y pienso que esta es a su vez, una enseñanza que invita, constantemente, a que nuestros corazones sean semejantes a los suyos: lo que sostiene la vida es el tejido común de la cooperación. Y eso es algo muy político.

Veo la película, pienso en el aliento cantado de la espalda que es instrumento: el cine es una mancia, cada corte un icaro cantado. Veo la película: la urdimbre del tejido social es el trabajo cooperativo de las mujeres. La enseñanza mutua, la organización y la ternura operante que trastoca las tramas políticas, sociales y culturales.

Un recuerdo: Hace unas semanas en la plaza de Bolivar de Lima hablaba la señora Margarita en un megáfono. Ella señalaba al edificio del congreso y decía que ninguno de los hombres que estaba allá adentro, ocupando cargos gubernamentales, sabía lo que era la gobernanza de la vida. La señora Margarita hablaba de que solo las mujeres conocen el gobierno cooperativo de la vida: saber desgranar el maíz, brindar la leche, calentar la olla para todxs. Pienso en “Con la ciudad a la espalda” y pienso en la gobernanza del cuidado. Maria Galindo escribió “Nuestra utopía es sencilla y se reactiva cada día: aquí todo el mundo come, y come caliente y come sabroso”.

Nuestro atentado contra el capital había sido, por esos días, tomarnos de las manos

Este largometraje y su canto, su suspiro, ese habla antes del habla, dibujan con luz la historia de dos mujeres que acontecen esa compleja articulación entre violencia y economía. Hay un sistema de mundo que hace rentable la guerra y la precarización. Y todo esto tiene mucho que ver con las montañas de basura, que por lo general, suele producir en su mayoría una clase social específica. “Con la ciudad a la espalda”, es también el trabajo de años que Paola lleva realizando con Maria e Isabel como antropóloga. “Con la ciudad a la espalda”, trenza diferentes formas de la soberanía de las mujeres, entendiendo a ésta como una discusión que no solo es doméstica, sino también económica, etnico-racial, cultural, social y política. Porque no se trata de lo que construye las ciudades, sino de lo que las sostiene: Dos mujeres separando botellas, hojas, cartón. Fabricar la historia es saber prender una hoguera. Preparar el bagazo. Encender una rama y alejar a los malos espíritus.

Hace unos años aprendí en una clase de costuras que hay un grupo de tejidos que dibujan figuras laberínticas, estos tejidos son un amuleto: se tejen figuras complejas para confundir a los malos espíritus. Viendo esta película recordaba esos tejidos, recordaba las molas, la capa sobre capa sobre capa, que dibuja formas animales. Pensaba en el cine, en la cooperación de las mujeres, en el cuidado (que es la vida) y en la palabra como conjuros para confundir a los malos espíritus. Esta película termina así: “dedicado a todas las mujeres que sostienen la vida con sus cuidados”.

[1] Robin Wall Kimmerer explica esto, con mayor claridad y corazon, en su ensayo “Aprendiendo la gramatica de lo animado” que puede descargarse en: https://www.researchgate.net/publication/366414281_Aprendiendo_la_gramatica_de_lo_animado