FESTIVAL DE CINE DE LIMA 2014: KINDERGARTEN TEACHER

FESTIVAL DE CINE DE LIMA 2014: KINDERGARTEN TEACHER

Por Mónica Delgado

El protagonista de Kindergarten teacher, un niño de cinco años, mira frontalmente a la cámara mientras recita, hasta que la toca con la frente, rompe la idea de la “cuarta pared”, porque está viviendo un estado de magia o iluminación que va más allá del encuadre y de su contacto tosco con el ojo que lo mira. Nadiv Lapid va a usar este recurso de cercanía una y otra vez, no para confrontar directamente al espectador, sino para establecer una correspondencia con ese otro espacio donde nos sustituimos con ese interlocutor que imaginan los personajes dentro de la coherencia de la historia.

Desde la escena de inicio, asistimos al entorno casero de la profesora del jardín de niños, encarnada por una estupenda Sarit Larry, en la relación con su esposo quien ve la tele, mientras la cámara genera una rara manera de mostrar esa interioridad fragmentada, en planos que van describiendo lo común y corriente mientras se ve un programa de frivolidades. Desde estos primeros minutos, la maestra deja entrever su interés por este niño que tiene en el aula y que recita, augurando un prodigio, mientras el marido no ve nada anodino en ello. Luego, asistimos a la presentación del niño, a partir de la aparición de la nana que lo cuida y lo va a recoger a la escuela, dejando entrever que Yoav (un desconcertante Avi Shnaidman) viene de un hogar problemático su manera de ser.

Con este despegue y el modo de reacción de los personajes, Lapid propone que el tono del filme no será la búsqueda del porqué este niño tiene ínfulas de poeta, sino cómo ese don permite descubrir el submundo emocional de esta profesora, alimentado por la normalidad de un Israel de hoy. El personaje de Sarir Larry ve en Yoav una posibilidad de cambio de su propio yo, en su papel de redentora, en el espejo que encarna el niño sobre lo que ella no logra, en su obsesión por encontrar al elegido en un contexto donde la sabiduría es lo menos valorado, como pasaba en tiempos ancestrales.

Yoav tiene estos momentos de iluminación y recita poemas, que él mismo ha creado. La profesora del jardín de niños se siente intrigada y llamada a protegerlo en un país y mundo donde la poesía es un despropósito. Pero Yoav, el pequeño prodigio habla en sus poemas de Agar, la primera esposa de Abraham para los árabes (y la madre/el origen por ello), y luego de eso la profesora invita a la clase a cantar una canción de loas a Judas Macabeo (una de las mejores escenas del filme, que logra una atmósfera insana). Para la profesora existe por momentos la opción de que haya alguna contaminación en el imaginario del niño, que el tío poeta haya influido, pero la misma palabra Agar que el niño recita una y otra vez, al final de cuentas es invisibilizada, arrancada de su acepción histórica, dejando de ser la referencia de toda la cultura árabe, para convertirse en la fantasía sexual de un tallerista de poesía, o solo una pregunta entre asistentes a un recital de poemas.

Si en Policeman, Lapid entraba de lleno en la psique del control y el fanatismo, aquí se convierte en un agente corrosivo sobre algunos modos de la educación, a la espera del elegido y del llamado de dios. No existe en el cine israelí actual, alguien que haya ido contra lo más visceral de su misma cultura de modo tan inteligente como Nadiv Lapid. Un cineasta que ha mostrado una evolución notable, y que juega mucho con capas de significado, que se van acumulando pero que  permiten al espectador ir sacando una por una, hasta encontrar una realidad desnuda, nada conciliadora y decadente.

Semana de la crítica de Cannes

Director: Nadav Lapid
Reparto: Sarit Larry, Avi Shnaidman, Lior Raz, Hamuchtar, Ester Rada, Guy Oren, Yehezkel Lazarov, Dan Toren, Avishag Kahalani
País: Israel
Año: 2014