Por Pablo Gamba
Otra de las películas que se estrenó en el Festival Ecrã de Río de Janeiro, Out of the Blue, es el más reciente largometraje de Holly Fisher, una cineasta experimental y montajista que ha estado haciendo películas desde mediados de los años sesenta y que se ha destacado en particular por sus ensayos de forma extensa. Entre estos figuran Bullets for Breakfast (1992), premiado en el Festival de Ann Arbor, y Eveywhere at Once (2008), narrado por la actriz francesa Jeanne Moreau, que se estrenó en el Festival de Tribeca. Restrospectivas de su cine han sido presentadas en el MoMA y en Anthology Film Archives, en Nueva York, en 1995 y 2019, respectivamente.
Una serie de videos grabados con un iPhone desde la ventanilla de un avión, a lo largo de un vuelo trasatlántico de Berlín a Nueva York, crean una tenue línea narrativa de regreso a casa en tiempos de la pandemia del COVID-19 sobre la que se desarrolla Out of the Blue. Es una perspectiva aérea que se presenta irónicamente como ideal, además, para que lo personal se conjugue con la reflexión acerca del estado del mundo que, con los atentados del 11 de septiembre de 2001, cambió inesperadamente –out of the blue podría traducirse con esa palabra– y que continúa bajo nuevas amenazas como la estrafalaria presidencia de Donald Trump o el coronavirus. Traen de vuelta el peligro de destrucción que por primera vez se hizo tangible en 1945, cuando una bomba atómica arrasó la ciudad de Hiroshima. “La yuxtaposición y el contraste son mi modus operandi”, ha declarado Fisher, y es evidente por la manera como va añadiendo al relato fragmentario del viaje otros materiales. Principalmente lo hace mediante el texto escrito en la pantalla, creando “ventanas” que superponen imágenes en el plano o al agregar el sonido a la imagen. De esta manera se va construyendo un pensamiento del montaje en este largometraje.
Las numerosas referencias que hay a los textos de Jean-Luc Godard, los fragmentos citados de Nombre: Carmen (Prénom Carmen, 1983) y la referencia que también hay a la forma de los ensayos de este cineasta dan otra clave para acercarse al estilo de la película de Fisher. David Bordwell describe las construcciones narrativas del cineasta suizo como “paradigmáticas”. Con el auxilio de la lingüística, esto se explica como un dominio de las relaciones entre los dispositivos que pueden reemplazarse unos a otros en los enunciados sobre las que se establecen entre aquellos que se han unido para conformar los enunciados. Las relaciones paradigmáticas siguen una lógica de selección –“esto o esto”–; las sintagmáticas, de combinación –“esto y esto”. En el estilo narrativo clásico y en la forma más convencional del documental –con una voz narradora que articula la película–, las relaciones sintagmáticas son dominantes para lograr el tipo de claridad que se busca en el relato de la historia o la exposición del tema. Cuando las relaciones paradigmáticas dominan, el pensamiento del montaje aspira a lograr algo distinto, que incluye “lograr efectos sin precedentes”, expresión que David Sterritt usa para describir el estilo de Jean-Luc Godard. A esto también puede hacer referencia el “inesperadamente” del título traducido del inglés. Parece algo complejo, pero es sencillo.
Volviendo a Bordwell, los “paradigmas”, o conjuntos de dispositivos que se seleccionan para ser combinados en los planos o en la sucesión de planos en Out of the Blue, serían, en orden decreciente de relevancia: 1) los medios de transporte y los viajes por el mundo: el mencionado vuelo de Europa a América y el del avión que arrojó la bomba atómica en Hiroshima, entre otros, pero también recorridos en bus, automóvil, etc. 2) la música: la pieza No encuentro palabras (Words Fail Me, 2005), de Lois V. Vierk, principalmente, y además Adiós Nonino (1959), de Astor Piazzolla; Ruby’s Arms (1980), de Tom Waits, y Las bodas de Fígaro (1786), de Mozart 3) el cine: la mencionada Nombre: Carmen y también Everywhere at Once 4) la historia y los problema de la actualidad: la bomba atómica, y el peligro nuclear, las guerras de Corea en el pasado y en Siria hoy, y la pandemia del COVID-19. También la cuestión de lo real en un mundo construido con imágenes mediáticas, planteada por fragmentos de documentales y material de los medios informativos 5) las imágenes de la naturaleza, a lo que se añaden los lazos naturales entre las personas: los de amistad y familiares 6) el arte y la literatura: la instalación Tributo de luz (Tribute in Light, 2002), creada para el vigésimo aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, y citas de escritores. Significativamente, no se incluye la pintura entre los elementos de este paradigma, lo que marca una diferencia con Godard. El procedimiento de construir el montaje sobre la base de estos conjuntos paradigmáticos está implícito en una frase de la realizadora en la película. Haciendo referencia a una imagen de guerra aérea que cree haber guardado, pero que no encuentra, Fisher escribió: “Cuando lo haga [es decir, cuando la consiga], la montaré en cualquier secuencia en la que esté trabajando”. Es un ejemplo que puede ilustrar el dominio de las relaciones paradigmáticas sobre las sintagmáticas: importa más que la imagen pertenezca al paradigma de la historia que el lugar donde se la pondrá. De esto pueden resultar combinaciones insólitas en Out of the Blue, como la del paso de un auto por un lavadero de vehículos, la vista desde el avión y la música de Las bodas de Fígaro en el mismo plano, o cuando la cámara del celular hace un paneo vertiginoso del paisaje aéreo, visto por la ventanilla, a la película musical que pasan en el avión –Los caballeros las prefieren rubias (Gentlemen Prefer Blondes, 1953)–, en contrapunto con el texto sobre un niño cuya madre murió por un bombardeo en la Guerra de Corea, a lo que se refiere la imagen que no encuentra.
Fisher no incurre en la saturación a la que puede llegarse en los collages de Godard por la acumulación de dispositivos diversos. El uso de la música y los silencios de la parte media de la película crean un espacio para que el espectador pueda pensar en las asociaciones intrigantes o de un sentido más claro. Un ejemplo de estas otras es el paralelismo entre la frase “estar tranquilo, nada más” (just stay quiet), el silencio y las imágenes de la naturaleza, y su contrapunto con el regreso agitado de la música, los movimientos de la cámara en un viaje en bus y el motivo de la mano sobre la pantalla, que puede interpretarse como metáfora de la angustiosa necesidad de recuperar el contacto con lo real por vivir en un mundo de imágenes. “Tienes que buscar las cosas, compañero” (You have to look for things, buddy) es otra frase citada.
Hay también un claro discurso en Out of the Blue, que se remonta a las primeras películas de Fisher, además. Es el que confronta las imágenes del mundo natural con los problemas sociales contemporáneos como expresión de resistencia de la vida frente a ellos. Con esto podrían relacionarse también los vínculos naturales de amistad entre las personas y familiares, que se traen a colación en la película en un contexto que los relaciona con la lucha por sobrevivir de un pequeño restaurante. En un texto reciente de Desisfilm se escribió sobre una resistencia análoga en otra de las películas que integraron la selección del Festival Ecrã: Los Estados Unidos de América (2021), de otro realizador independiente estadounidense: James Benning. No obstante, la preocupación explícita por el control de las armas nucleares por gente “desorganizada”, como se dice que es el expresidente de los Estados Unidos Donald Trump en una entrevista, o los ataques terroristas de Nueva York o la epidemia del coronavirus, solo parecen tener como respuesta una cita de Everywhere at Once en la voz de Moreau: “La línea entre dormir y estar despierto… Necesito vivir en esa confusión unos días. Estar tranquilo, nada más”. Es una confesión de impotencia y deseos de evasión a la que se añade la importancia que en la película tiene el tango. Se lo describe como “un pensamiento triste que se baila” citando a Jorge Luis Borges.
Pero hay que poner esta cuestión del estado entre la vigilia y el sueño en relación con los encuentros insólitos entre elementos diversos en película: ambos tienen como denominador común que son lugares comunes del surrealismo. Out of the Blue se hace eco, así, no solo de una resistencia de la naturaleza sino también del llamado de las viejas vanguardias de comienzos del siglo XX a hacer un arte que pueda cambiar la vida, un reclamo que sigue haciendo el pasado a la débil fuerza mesiánica de hoy.
Dirección, cámara y montaje: Holly Fisher
Mezcla de sonido: Greg Smith
Música original: Lois V. Vierk
Estados Unidos, 2021, 90 min.