FRONTERA SUR 2021: MARIA K DE JUAN FRANCISCO GONZÁLEZ

FRONTERA SUR 2021: MARIA K DE JUAN FRANCISCO GONZÁLEZ

Por Mónica Delgado

Por un lado, Juan Francisco González, parte del colectivo de cine documental MAFI (Mapa Fílmico de un País), realiza con Maria K (2020) un trabajo en solitario para adentrarse en las formas de un retrato sencillo de un personaje complejo. Y por otro, nos acerca a una figura cuasi desconocida, a modo de redescubrimiento cinéfilo, de la cineasta búlgara radicada hace muchos años en Francia, Maria Koleva, quien ha dirigido más de una docena de documentales desde inicios de los años 70, entre largos y cortos, y que se ha mantenido estos años como realizadora militante, trabajando más en formatos de video o digital ( tiene incluso un canal de Youtube y Fan page con declaraciones o entrevistas a líderes sindicales o chalecos amarillos).

Koleva nació en Sofia en 1940, vivió en Estados Unidos y Alemania, hasta que se instaló en Francia en 1971. Estudió cine en Vincennes y en 1972 comenzó a hacer sus primeros films.Ha dirigido obras como Paroles tues ou Aimer en étrangère à Paris (1991), Cinq leçons de théâtre d’Antoine Vitez (1978) y Le voiture (1983). Su film L’état de bonheur … permanent (1982) obtuvo reconocimiento en el Festival de Belfort. Se trata de un film ensayo de cuatro horas que encaja en la categoría que ella establece para algunas de sus películas documentales: el film-libro. En este trabajo y de modo cómico o irónico, Koleva entrevista a su hermana Iskra, con quien vivió el inicio del régimen comunista en su país, para reflexionar sobre su infancia allí, pero también para hablar de la dificultad que encuentra para hacer cine independiente en Francia.

Si bien en el retrato de Juan Francisco González no se habla explícitamente de los films ni de su vida en Francia, tampoco se menciona que en 1989 Koleva hizo una huelga de hambre de 45 días, para pedir que el cine independiente pudiera tener distribución en la televisión francesa.

En Maria K, visto en la sección chilena del reciente Frontera Sur, Juan Francisco González parte de una idea muy simple: llegar a la casa de la cineasta ya de 80 años e ir adentrándonos a su personalidad a partir de un espacio único, su departamento en el barrio Latino de París. Koleva, quien desde el primer minuto luce su personalidad excéntrica, se luce con bromas absurdas y esboza un tipo de relación con la cámara y con el cineasta chileno. Koleva está abierta a compartir algunos recuerdos, pero también a describir objetos que pueblan su pequeño hogar: una vieja y enorme cámara de estudio, afiches, fotos y dibujos que forman una nueva piel para la pared de este lugar, así como un ventanal que se abre ante una calle concurrida donde un viejo árbol funge de pequeño bosque. La cineasta va indicando cómo es que quiere verse registrada, va indicando en varios momentos al realizador chileno cómo es que debe encuadrar, qué debe observar, y evitando también aceptar las sugerencias de guardar silencio: “yo siempre estoy hablando, si me pides silencio será inútil” advierte la mujer en modo muy alegre. Esta relación que Juan Francisco González acoge con cámara en mano, va permitiendo construir una idea de Koleva desde su vejez, recuerdos y notalgias, como las citas tanto verbales como visuales a su amigo Sergei Daney, con quien compartía modos similares de entender el cine. la escena donde se incluye un registro filmado por Koleva, donde se ve a Daney y a ella interactuando “dramatúrgicamente”, recupera el espíritu de aquellos años de fulgor político y cinefilia.

En algunos momentos, Juan Francisco González agrega insertos de Maria Koleva entre algunas manifiestaciones de demandas laborales en París, en el contexto de los chalecos amarillos, donde se le ve asumiendo una posición pacifista, que no resta a su espíritu combativo ya reflejado en sus films o percepciones sobre esta realidad puestas en evidencia en varios momentos de este cortometraje.

Maria K recupera gratamente a este personaje perdido del cine francés más independiente, y también ofrece una mirada sobre ella, por un lado, de admiración, pero por otro de revelación sobre esas relaciones inesperadas que captura el dispositivo documental, de esa extrañeza de dejarse llevar por las indicaciones del entrevistado (o sujeto de observación o registro) como situación poco común, de alguien que logra imponer su perspectiva, que modela el modo en que quiere ser visto, contemplado, materializado.

Sección Como me da la gana
Guión y dirección: Juan Francisco González
Producción: Ateliers Varan
Fotografía: Juan Francisco González
Edición: Anne-Sophie Philibert
Sonido: Abdelhaq Kass, Elsa Bailhache, Noémie Devely Dessiguier, Tomislav Jancar y Olivier Amour
Francia, Chile, 2020, 35 min