Por Mónica Delgado
No suele ser moneda corriente el estreno de una película latinoamericana de ciencia ficción en un festival europeo como el de Rotterdam. El cine fantástico actual surgido por tierras centroamericanas o sudamericanas siempre ha estado gobernado por el terror, también debido a asuntos presupuestales y a un nexo rápido con el gusto de los espectadores adepto al cine más comercial. Hacer cine post apocalíptico requiere uso de determinada tecnología, más aún en tiempos de CGI y de IA, aunque las realidades latinoamericanas ya desde el presente anteceden cualquier idea de lo distópico, debido a las crisis económicas, pobreza y devastación que hacen ver a cualquier fantasía sobre la decadencia como algo que vivimos día a día.
Sobre este punto mencionado, añadimos un ejemplo: en 1990 se rodó en Perú una producción sobre un futuro distópico muy serie B de Roger Corman, Welcome to Oblivion, o también conocida como Ultra warrior, que tomaba escenarios urbanos de Lima en tiempos de Sendero Luminoso sin necesidad de retoque alguno para mostrar las consecuencias devastadoras de los ataques nucleares. También valdría la pena mencionar otra producción Corman como Death Race 2050 (EE.UU., 2017), realizada en parte en algunas locaciones de Lima, donde la actual sede del Ministerio de Cultura luce como un bunker semidestruído a cargo de unos enemigos brutales. Y de alguna manera AIRE: Just breathe, el reciente largometraje de la cineasta dominicana Leticia Tonos Paniagua apunta también a imaginar un territorio actual de Santo Domingo con seres extintos y de total decadencia arquitectónica.
La trama de AIRE: Just breathe es muy simple, y también su desarrollo tiene una apuesta minimalista, en cuanto a espacios y personajes. Una científica, encarnada por la actriz franco mexicana Sophie Gaëlle, vive en un cubil subterráneos, en los subsuelos de Santo Domingo, cuidando tanto un vivero como a un grupo de embriones desarrollados in vitro en un tiempo en que la reproducción humana ya no es posible. Todo el sistema de este bunker es administrado por una inteligencia artificial, llamada VIDA, y que es una voz cibernética que lo controla todo (interpretada por la actriz española Paz Vega, quien le da voz). Un día reciben una alerta, que implica la aparición de un tercer sujeto: un aventurero, interpretado por el actor dominicano Jalsen Santana, quien se vuelve el tercero en disputa en un entorno femenino y una amenaza ante la estabilidad del lugar. Se trata de la interacción de tres personajes ante situaciones amenazadoras que ponen en vilo la supervivencia de la especie.
La historia de supervivencia AIRE: Just breathe suena conocida. Hay mucha reminiscencia a los imaginarios de las películas de ciencia ficción, desde 2001: Odisea en el espacio hasta Gravity, y también a la encarnación de la dureza, perseverancia y valentía en las mujeres que lideran estos proyectos salvadores, ya desde los referentes de Hollywood, como del anime japonés. Sin embargo, al ser una producción latinoamericana, coproducida con España, le da un toque particular al modo en que se abordan los localismos: las imágenes que muestran a un Santo Domingo atravesado por la corrosión y extinción, un tipo de angustia que podría sonar familiar en tiempos post pandemia, y también como reversión de los motivos filosóficos de un Hall 9000 a una VIDA marcada por celos lésbicos.
Estrenada en la sección Big Screen Competition del reciente Festival de Rotterdam, AIRE: Just breathe es una obra que responde a sus ambiciones y limitaciones técnicas. Leticia Tonos Paniagua sale bien librada al aprovechar los recursos pertinentes para una película sci-fi y low-fi de este tipo: centrar las acciones en limitados escenarios o locaciones, el uso de un vestuario y utilería con ecos de serie B, concentrar los dilemas éticos de los personajes en diálogos puntuales y el uso de un trabajo visual marcado por el infrarrojo o el neón. Aunque los que esperan mucha acción o un espectáculo a lo Hollywood quizás saldrán decepcionados.
AIRE Just breathe
Sección Big Screen Competition
Dirección: Leticia Tonos Paniagua
Guion:Leticia Tonos Paniagua, Junior Rosario, Rodolfo Báez
Fotografía:Luis Enrique Carrión
Editor:Gina Giudicelli
Diseño de producción: Cristobal Valecillos
Diseño sonoro: Fede Pajaro
Música: Pablo Mondragón
Reparto: Sophie Gaëlle, Jalsen Santana, Paz Vega
República Dominicana, España, 2024, 91 min