LA ERA OLVIDADA DE CÉSAR MIRANDA

LA ERA OLVIDADA DE CÉSAR MIRANDA

Por Mónica Delgado

En La era olvidada, ópera prima del cineasta peruano César Miranda, el Bosque de Piedras de Huayllay, ubicado en las alturas de Pasco, abandona su referente para convertirse en la fisonomía que cobija el mal en un tiempo y espacio indeterminado donde se emula el oscurantismo del medioevo. La locación se vuelve un eco anacrónico, donde bosques andinos pueden convivir en un mismo entorno donde hay castillos construidos como si fuera el siglo XII europeo. Si las calles del centro de Lima pueden servir de escenario para ficciones postapocalípticas desarrolladas en Kansas City como sucede en Ultrawarrior (1990), de Kevin Tent y Augusto Tamayo San Román, o como sucede en Death Race 2050, dirigido por G.J. Echternkamp, donde el Museo de la Nación, con su estilo brutalista, se convierte en materia de un futuro carcomido por el capitalismo y sus juegos del hambre en un país supuestamente gemelo de los Estados Unidos de América, otros lugares del Perú también pueden ser escenarios de fantasías épicas sobre traiciones y brujerías.

En la imaginación del cineasta peruano César Miranda, quien ha estudiado cine en Polonia, algunos paisajes del territorio andino evocarían universo góticos, donde la magia, las maldiciones y profecías parecen ser los motores del mundo. El realizador construye un andamiaje simbólico autónomo donde hay héroes, villanos, brujas y pobladores multiétnicos en un pasado indeterminado. Y este perfil de cineasta peruano interesado en un tipo de fantasía épica y la fascinación por condimentos de la Europa medieval, desde los códigos de género o desde un tipo de “cine-arte” histórico, es lo que más llama la atención, puesto que tiene cortometrajes y este largometraje desde esta tónica. Sobre todo, porque este perfil aparece dentro de un panorama de cine peruano donde la mayoría de cineastas opta por el documental, la no ficción o las estéticas de los usuales dramas festivaleros. Podríamos decir que es un punto a favor, ya que dentro del ámbito local puede lucir como inédito, novedoso o distinto. Pero, lamentablemente eso no basta. Veamos.

Con estreno mundial en el Festival Al Este, que se desarrolla anualmente en Lima, esta ópera prima de César Miranda es una aproximación a la fantasía heroica, o una variación que explora el género fantástico. Por un lado, es un film que propone una épica desde un tipo de imaginería medieval, donde Anastasia (Agata Turkot), León (Pietro Sibille), Ania (Muki Sabogal) buscan vengarce de un ser cuasi sobrenatural denominado El Heredero (encarnado por el actor peruano Elio Zevallos), quien los persigue por territorios invernales e inhóspitos. Los primeros minutos, que plasman de manera acertada un tratamiento visual de colores desaturados y uso pleno de panorámicos, marca la estética del film, que transmite la hostilidad del clima y los efectos de una naturaleza inhóspita. Mientras que por otro lado, ese trabajo visual se va desmoronando debido a constantes huecos o vacíos argumentales, que están lejos de ser elipsis o estructuras narrativas sugerentes.

Si bien el inicio, a cargo de la animadora polaca Sofya Nabok, se convierte en un resumen de las causas que han enemistado a los protagonistas, parece que la densidad y emoción del film se queda allí, para luego ver un desarrollo opaco de los personajes, demasiado esquemático, sin profundidad, donde queda la impresión de estar viendo solo esbozos. La relación del protagonista (Sibille) y su antagonista (Zevallos) luce caricaturesca, en la medida que el encuentro apenas se espera, y desde que cualquier tensión dramática se difumina por la puesta en escena que contiene varios sinsentidos (extras o personajes secundarios que aparecen y desaparecen sin ninguna aclaración de por medio, por ejemplo), o un uso poco orgánico de la música o el diseño sonoro, donde se abusa de la voz en off del protagonista tratando de explicar lo que sucede.

Cuenta la leyenda que La era olvidada tomó diez años en hacerse, sobre todo porque la ambición o pretensión del film ha requerido recursos e ideas no tan fáciles de ejecutar (vestuarios, maquillajes, decorados, utilería, etc.), sin embargo, lo más problemático de esta obra no está necesariamente en la coherencia interna del guion o su puesta en escena sino en lo que la historia misma quiere transmitir o, simplemente, para decirlo de manera básica, contar. Juntar el Bosque de Piedras de Huayllay y el polaco Castillo Ogrodzieniec no solo era un reto expresivo de un gesto creativo que pudo ser fascinante, sino también el hecho de lograr que la historia no se construya desde una leyenda de alguna forma infantilizada -ya ni siquiera como un cuento de hadas tradicional-que quizás pueda funcionar en el papel. Salimos del film con la sensación de haber asistido a una pretensión sin pretensión (si vale este tipo de paradoja); solo armadura sin carne ni fibra.

La Era Olvidada (The Forgotten Age)
Director: Cesár Miranda
Productor: Cesár Miranda
Guion: Cesár Miranda
Sonido: César Centeno
Fotografía: Jaime Barrios
Música: Juan Enrique Ahon
Reparto: Pietro Sibile, Muki Sabogal, Elio Zevallos
Perú, Polonia, 80 min, 2023