LIMA INDEPENDIENTE 2017: ATLAL DE DJAMEL KERKAR

LIMA INDEPENDIENTE 2017: ATLAL DE DJAMEL KERKAR

Por Aldo Padilla

Búsqueda de Ouled Allal en Google: 1. Quizás quisiste decir: Oulad allal; 2. Varias páginas de mapas y meteorología en francés; 3. Un artículo de LeMonde del 2005 “En Algérie, dans la Mitidja, ni pardon ni oubli”, ni perdón ni olvido, parece decir. Un largo recorrido en los reinos de Google nos lleva a algunos desperdigados artículos en francés, que nombran en unos cuantos párrafos al pueblo dentro de una serie de masacres durante la guerra civil argelina en los años noventa, algunas imágenes que parecen ser sacadas de un VHS, mapas y más mapas. Es posible que si seguimos recorriendo Google nos topemos en algún link con la opera prima de Djamel Kerkar, aunque solo sea una posibilidad, ya habremos recorrido lo suficiente para entender que Ouled Allal está enterrado en medio de toneladas de información, que de los recuerdos de algo que pasó hace solo veinte años solo quedan ruinas, igual que el título del film, igual que ese pueblo fantasma arrasado por una guerra de guerrillas a tres bandas.

Las ruinas parecen extender sus tentáculos más allá de esa pequeña localidad y de la información sobre la masacre. También parece haber llegado estas ruinas a las imágenes que recuerdan el hecho: tomas de VHS que se ven al inicio del film y que parecen estar a punto de caerse por su propio peso, de una historia de horror soportada en un formato que parece que en tan poco tiempo se ha hecho tan frágil. Imágenes que recorren a un pueblo víctima del fuego cruzado entre el nacimiento del islamismo radical en dos ramas distintas y de la brutalidad militar gubernamental. Imágenes que representan a un solo pueblo pero que penosamente pueden extrapolarse a las decenas de masacres perpetradas en Argelia y que en el film es recordado por diferentes generaciones, con distintas visiones del hecho, algunos más viejos tratando de normalizar su vida y los más jóvenes viviendo las consecuencias de hechos cuya solución parece ser el escape. Imágenes como una especie de consuelo frente a la ausencia total de la memoria, y que Rithy Panh enfrentará usando figuras de barro para representar el régimen de los Jemeres rojos en Camboya en L’image manquante.

Nuevamente las ruinas se extienden, las nuevas generaciones parecen sentirse como parte de los restos del conflicto, una consecuencia más que ser parte del desarrollo. En algún momento uno de esos jóvenes sentado sobre un techo habla sobre el aire como una representación de la esperanza, aire que el estado da a gotas, 25 miligramos en la mañana y 25 miligramos en la noche. Sentados frente al fuego parecen disfrutar del crepitar de la madera consumiéndose, escuchan música que habla sobre penas de amores, otros simplemente hablan livianamente de fugaces conquistas, con el frío como trasfondo que se manifiesta en el color. Un joven con un rostro afectado habla con una voz un tanto distorsionada y pareciera indicar que las ruinas también afectan a las palabras.

En medio de un monólogo un tanto superficial uno de esos jóvenes que deambula por Oulad allal expresa la idea de irse a Europa mediante esas complejas rutas de las que tanto se habla hoy en día.  Europa, cuya culpa parece haberse disipado, luego de casi un siglo entero de saqueo en toda África y una descolonización a medias y mal hecha, dejando a casi todos los países en manos de dictadores que en la actualidad parecen alternarse con organizaciones político-religiosas radicales. Las ruinas vienen desde más atrás y a escala más grande, un pueblo que se debate entre un complejo desarrollo o el incierto escape hacia una Europa que parece no recordar que es artífice de parte de esas ruinas.

Competencia internacional
Dirección y guión: Djamel Kerkar
Fotografía: Bilel Madi, Djamel Kerkar
Edición: Corentin Doucet, Djamel Kerkar
Sonido: Antoine Morin
Reparto: Farid X, Ammi Lakhdar, Ammi Rabah, Lakhdar,  Mohammed, Rouaf, Abdou Bennou, Moundhir, Mounir, Nouaaman
Producción: Debzi Jaber (Prolégomènes), Narimane Mari, Olivier Boischot et Michel
Argelia, 2016