Por Mónica Delgado
En esta película hay mucha gente de vacaciones en verano, menos las protagonistas. Se trata de un film sobre la alienación del trabajo, sobre lo que hay ‘detrás de cámaras’ de la vida laboral, sobre la imposibilidad del desencanto ante la decisión de un trabajo sin feriados, pero también es un retrato sobre una mujer intensa que vive día y noche entregada a complacer como pieza de entretenimiento a unos clientes en un hotel “todo incluído”. También es un fresco contemporáneo. Si la obra se hubiera hecho en otros tiempos, sería como una versión de La strada, donde ya no una mujer en soledad, sino un troupé entero, como en Freaks, tiene que ponerse al servicio del ocio de unos pocos, simular alegría y felicidad pese a las penurias para servir de espectáculo ante una masa anónima. Pero como estamos en el siglo XXI, ya no estamos ante el backstage de un circo o de un show de variedades itinerante, sino ante un grupo de migrantes, desclasados, de Polonia, Ucrania, Kazajistán o de la misma Grecia, convertidos en trabajadores ocasionales e informales que, gracias a sus números amateurs de danza, mimo, títeres, fonomímica y hasta bailes de hip hop y demás música urbana, logra sobrevivir como atracción en un hotel para turistas en alguna isla griega.
En Animal, de la cineasta griega Sofia Exarchou, Kalia (una estupenda Dimitra Vlagopoulou) es una bailarina que lidera a un grupo de artistas amateurs todo terreno, quienes se unen por temporadas de verano para trabajar como acompañantes en este hotel de clase media. Duerme de día y trabaja durante toda la noche, no solo en la parte de las terrazas y piscinas del hotel, sino también en discotecas y bares, donde los huéspedes esperan pasar buenos momentos. Ella luce desfachatada, jovial, muy alegre, y siempre atenta a las intenciones de clientes, hombres y mujeres. Luego, al grupo de bailarines, se une Eva (la actriz Flomaria Papadaki, también en una interesante performance), quien ve en Kalia a una maestra en el entorno de fiestas, alcohol y sexo casual. Eva es tímida, y parece que a sus 17 años viene huyendo de alguna situación. Así, dentro de esta relación de aprendizaje y conocimiento en el mundo nocturno de bailes y entretenimiento, ambos personajes van tejiendo una leve conexión, aunque las correspondencias sean de otro tipo, sobre todo desde el modo en que la cineasta Sofia Exarchou establece desde su puesta en escena jerarquías dentro del grupo, desplantes, juegos o simples encuentros frente al mar. Eva centra su mundo en Kalia, pero ella suele estar indiferente ante cualquier acercamiento.
Como dice el título, además nada sugerente, estamos ante el perfil muy directo, por momentos descarnado, de un personaje pasional, que entrega todo para que el trabajo salga excelente. Sin embargo, la motivación monetaria o la relación con los regentes del lugar es apenas mencionada. Sofia Exarchou concentra toda su puesta en escena, su dirección de actores, dirección de arte, musicalización y locaciones, en las dimensiones afectivas del personaje outsider de Kalia con relación a ese trabajo, y en ese sentido es una obra “corporal”, no solo de coreografías o borracheras, sino desde lo que implica trabajar cada noche desde la contención y el desparpajo físicos. Por ello, cuando el personaje de Kalia canta en un karaoke una canción setentera de Baccara (Yes Sir, I can boogie), simulando que puede ser alguna vez algún huésped con derecho al ocio, sucede una suerte de catarsis (todo además mediado por el sobresaliente trabajo fotográfico de Monika Lenczewska).
Animal es el segundo largometraje de Sofia Exarchou y se presentó como parte de la competencia en el reciente festival de Locarno, donde obtuvo el premio principal a la mejor performance para su actriz protagónica Dimitra Vlagopoulou. Exarchou ha dirigido dos cortometrajes, Distance y Mesecina. Y su primer largomentraje Park (2016) participó en varios festivales internacionales de cine (Rotterdam, BFI, Tesalónica, etc.). En estas obras, como en Animal, ella estuvo a cargo de los guiones, quizás por ello hay una centralidad en el desarrollo de los personajes femeninos, abordados desde lo gestual, desde un ámbito expresivo más allá de las palabras, y desde relaciones intrafemeninas, un tópico que la cineasta ya ha abordado previamente. Y en este sentido, en este último trabajo, hay un logro en la dirección de las actrices, componente desde el cual se van mostrando con acierto libertades y temores aunados a esta dimensión física, pero también a una cuestión de clase, con lugar a la marginalidad, la pobreza y el subempleo. Así, Kalia se vuelve una antiheroína de estos tiempos del ‘todo incluido’, que resiste, y que sin querer, dejará suplentes, porque el trabajo nunca debe detenerse.
Concurso Internacional
Animal
Directora: Sofia Exarchou
Guion: Sofia Exarchou
Reparto: Dimitra Vlagopoulou, Flomaria Papadaki, Ahilleas Hariskos, Voodoo Jürgens
Productor: Maria Drandaki, Maria Kontogianni
Fotografía: Monika Lenczewska
Edición: Dragos Apetri
Sonido: Odo Grötschnig, Vasileios Alexandris, Giorgos Kanoupakis
Diseño sonoro: Sebastian Watzinger, Rudolf Gottsberger
Música: Wolfgang Frisch
Grecia, Austria, Rumania, Chipre, Bulgaria, 2023, 116 min