Por Mónica Delgado
En esta edición 76° del Festival Internacional de Cine de Locarno, el cineasta francés Bertrand Mandico presentó dos cortometrajes, los cuales comparten un mismo universo temático y expresivo, y que se desprenden de su tercer largometraje Conann, presentado este año en Quincena de cineastas en Cannes y también parte de la selección fuera de competencia. Se trata de Nous les Barbares y de Rainer, a Vicious Dog in a Skull Valley. En esta oportunidad comentaremos este último, puesto que estuvo en la competencia de cortos del festival, y nos permite comentar sobre el nuevo rumbo en la obra de este autor.
Rainer, a Vicious Dog in a Skull Valley comienza con una mención necesaria: se hizo en pandemia y responde a una urgencia o problemática de suspensión en la que entraron los cineastas en esta crisis. Así, Mandico da a entender que hay algo en el film que responde a una coyuntura (y que sabemos por diversas entrevistas), puesto que la idea partió de un pedido que le hizo una productora teatral para adaptar Conan el Bárbaro, la obra pulp de fantasía heróica creada por Robert E. Howard. Fruto de este proceso, realiza un largometraje y estos cortos que dotan al imaginario de la serie literaria de un aura bizarro y estridente. La leyenda de este Conan (que en nuestro recuerdo fílmico es materializado por Arnold Schwarzenegger en el film de John Milius) es replanteada a partir de una trama “posmoderna”. Conan ya no es tal sino que ahora se llama Conann y es un personaje que es interpretado por media docena de actrices distintas en un universo distópico, anacrónico, lejos del mundo de hechiceros y espadas. Más bien se vuelve un relato de cariz lésbico (en un reverso extraño, enloquecido y blasfemo de Xena, la princera guerrera), donde la lucha de poderes es inherente al universo de pulsiones y tensiones que ha patentado el cineasta a lo largo de varios cortometrajes.
En este cortometraje, como señala el título, aparece Rainer, un perro antropomorfizado, con voz de mujer (ya que en este mundo hay solo mujeres), encarnado por la actriz fetiche de Mandico, Elina Löwensohn, y que es una suerte de demonio que transforma el clima del lugar. Su labor es tomar fotografías de manera indiscriminada ante una serie de mujeres que mueren por ser Connan, en una obra, cuyo protagonista debe ser encarnada por una única mujer. Comienza una lucha de poderes, y que remite a parte del argumento del largometraje Conann. Así, Rainer, a Vicious Dog in a Skull Valley funciona como una variación del film y de su protagonista (narrador además en el largometraje mencionado), y que como dice Mandico, lleva ese nombre en homenaje a Fassbinder (aunque la analogía suene jalada de los pelos).
Como suele caracterizarse el cine de Mandico, estamos ante una obra sostenida por sus atributos teatrales, por sus ecos del vodevil, y por la construcción de una fantasía lésbica desde el desborde y el glamour pop. Filmada en 35 mm, y gracias al talento de Nicolas Eveilleau, logra transmitir todo un mundo de fantasía extraña, por momentos sádica y oscura, que incluye mutilaciones y canibalismo. Ya de por sí la idea de una versión de Conan en femenino, y con la imposibilidad de recrear una idea del héroe dentro de un patriarcado, permite extender toda una veta creativa del cienasta, aunque algunos recursos luzcan demasiado familiares.
Pardi di domani: Corti d’autore Competition
Director: Bertrand Mandico
Guion: Bertrand Mandico
Fotografía: Nicolas Eveilleau
Edición: Laure Saint-Marc
Música: Pierre Desprats
Reparto: Christophe Bier, Elina Löwensohn,Clara Benador,Claire Duburcq,Camille RutherfordJulia RiedlerSandra ParfaitKaroline Rose Sun
Francia, 2023, 23 min