Desistfilm was born in Peru, in 2012. It was born out of a vacuum, seeking to counteract our weariness towards a local film criticism with a shared agenda and linked to the commercial billboard. A vacuum that eight years later continues to grow, despite the emergence of the democratization of information via Internet, which has allowed the most independent, experimental, risky, political cinema to become visible and accessible outside the feud of a few.
We confront this paradox in times of the torrent file, in times where virtual platforms, programs, festivals – and the sometimes illicit distribution of the moving image – have managed to approach us to a different cinema, despite it being seldom written and commented by. In times of hyper information, we continue to live the phenomenon of invisibility of new directors and artists, of new works, in a country where the protagonists remain the same as twenty years ago. We live in a country with more opportunities for access to cinema, but with few spaces for discussion and political evaluation, especially for new and young audiences. We started, and we keep writing in the margins.
In Desistfilm, we propose a critique that seeks to break with the institutionalized logic of the traditional exhibition space that creates a stable and mediocre circuit, the prototype of a tired community. We criticize that which is presented as an act of permanent struggle to confront this Leviathan that governs theaters with the same serial and ready-to-eat product, a Leviathan that numb brains, pens and podcasts, and that alienates the viewer’s gaze amidst a culture of hyperactive consumption, which is part, unwittingly or not, of that vicious circle that nobody wants to question.
Desistfilm proposes, in some way, to follow a different dialectic of production, distribution and exhibition of cinema, where the main figure of the filmmaker as the manager of his own work is paramount: a filmmaker as the architect of DIY, an often lonely entity, but with will and leadership to share his own poetics in this vital space that welcomes us.
We are not a territorial magazine either. We were born in the Peruvian context, but when we opted for a non-profit publication, we did it in thoughts of becoming a window that would bring films and filmmakers closer to the Peruvian audiovisual community, which is slowly coming out of its lethargy. Therefore the commitment to publish in a bilingual format, based on our interest with readers from other latitudes and their own interest in visualizing a Latin American and Peruvian panorama based on information from local and regional productions. Another type of transaction.
Desistfilm is not only a space of criticism, but also a living laboratory of thought and dialogue, of exposition and controversy, of rapprochement and creation of communities. Our commitment does not end with the digital text; it expands dimensions through workshops, local and international programs, conversations, curatorships, interviews, publications and networking. Within the political atmosphere that renders the cult of individualism as synonym of progress, we insert ourselves into the system as an apparatus of resistance that anchors groups of people in orbit to the same passion: the moving image.
We are encouraged by the commitment to continue feeding this great community of criticism, where we have no borders or nationalities, but where we do have and defend our philias and affiliations, such as those who fifty years ago defended the cinema of Hawks, Ford or Hitchcock. We are encouraged by the influence of a Brakhage, a Deren, an Anger, a Mekas, or a Godard, as well as that of a Martel, a Rocha, an Akerman, a Caldini or a Hirsch.
We are also encouraged by the compromise of the difference, of not following the simple string that is born of easy criticism, of the review of best photo and best director, of the concession or indifference to the production systems that reproduce a class-based, sexist or elitist cinema.
Our bet is with the cinema that shelters us and makes us part of a better world.
January 14, 2020
Mónica Delgado Chumpitazi and José Sarmiento Hinojosa
Directors
Desistfilm nace en Perú, en el año 2012. Nace a partir de un vacío, para contrarrestar el hastío hacia una crítica de cine local con una agenda compartida y supeditada a la cartelera comercial. Un vacío que, ocho años después, sigue creciendo, a pesar del surgimiento de la democratización de la información del Internet, que ha permitido que el cine más independiente, experimental, arriesgado, político se haya hecho visible y accesible fuera del feudo de unos pocos.
Nosotros confrontamos esta paradoja en los tiempos del torrent,en épocas en que las plataformas virtuales, muestras, festivales -y la distribución a veces ilícita de la imagen en movimiento- han logrado acercarnos a un cine distinto, pero del cual se escribe y comenta poco. En tiempos de la hiperinformación, seguimos viviendo el fenómeno de la invisibilización de nuevos directores y artistas, de nuevas obras, en un país donde los protagonistas siguen siendo los mismos que hace veinte años. Un país con más oportunidades de acceso al cine, pero con pocos espacios para su discusión y su valoración política, sobre todo para nuevos y jóvenes públicos. Empezamos, y seguimos escribiendo en el margen.
En Desistfilm, proponemos una crítica que busca romper con la lógica institucionalizada de la exhibición tradicional que crea un circuito estable y mediocre, el prototipo de una comunidad cansina. Hacemos crítica que se presenta como un acto de lucha permanente para confrontar este Leviatán que gobierna salas con el mismo producto seriado y listo para consumir, que adormecen cerebros, plumas y podcasts, y que alienan la mirada del espectador de una cultura de consumo hiperactiva y ociosa, que forma parte, sin querer o no, de ese círculo vicioso que nadie quiere cuestionar.
Desistfilm propone, de alguna manera, seguir una dialéctica distinta de la producción, distribución y exhibición del cine, donde aparece como figura principal la del o la cineasta como gestor de su propia obra, el artífice del DIY, un ente muchas veces solitario, pero con voluntad y liderazgo para compartir su propia poética en este espacio vital que nos acoge.
No somos tampoco una revista territorial. Nacemos en el contexto peruano, pero cuando apostamos por sacar una publicación sin fines de lucro, lo hicimos pensando en ser una ventana que acerque películas y cineastas a la comunidad audiovisual peruana, que lentamente viene saliendo de su letargo. Por ello, el compromiso de publicar en formato bilingüe, que parte de nuestro interés con lectores de otras latitudes y su interés por visualizar un panorama latinoamericano y peruano a partir de información de producciones locales y regionales. Otro tipo de transacción.
Desistfilm no es solamente un espacio de crítica, sino también un laboratorio vivo de pensamiento y diálogo, de exposición y controversia, de acercamiento y creación de comunidades. Nuestro compromiso no termina con el texto digital, se expande en el espacio mediante talleres, programas locales e internacionales, conversatorios, curadurías, entrevistas, publicaciones y creación de redes. Dentro de la atmósfera política que le rinde el culto al individualismo como materia de progreso, nos insertamos en el sistema como aparato de resistencia que ancla grupos de personas en órbita a una misma pasión: la imagen en movimiento.
Nos alienta el compromiso de seguir alimentando esta gran comunidad de crítica, donde no tenemos fronteras ni nacionalidades, pero donde sí tenemos y defendemos filias y filiaciones, como aquellas de hace cincuenta años que defendieron el cine de Hawks, Ford o Hitchcock. Nos alienta tanto el influjo de un Brakhage, una Deren, un Anger, un Mekas, o un Godard, como el de una Martel, de un Rocha, de una Akerman, un Caldini o una Hirsch.
Nos alienta también el compromiso de la diferencia, de no seguir la retahíla simplona que nace de la crítica fácil, de la reseña del check a mejor foto y mejor director, de la concesión o la indiferencia a los sistemas de producción que reproducen un cine clasista, machista o de élites.
Nuestra apuesta es con el cine que nos abriga y nos hace parte de un mundo mejor.
14 de enero de 2020
Mónica Delgado Chumpitazi y José Sarmiento Hinojosa
Directores