MÁRGENES 2015: LA SOMBRA DE JAVIER OLIVERA

MÁRGENES 2015: LA SOMBRA DE JAVIER OLIVERA

Por Mónica Delgado

La Sombra no es solo un ensayo sobre el espacio de lo familiar y la memoria, sino es también el retrato del entorno desde las ausencias de un padre famoso, el cineasta y productor argentino Héctor Olivera. Javier Olivera reconstruye pasajes de la historia de su familia a partir de un hecho inevitable: la demolición de la mansión que cobijó su infancia, recibió invitados de lujo en las reuniones exclusivas de su padre y que incluso sirvió de escenario para alguna película de Serie B. Esta inmensa casa que vemos descomponerse, permite en paralelo la construcción de diversos hechos que aluden al ensueño de esta Xanadú de un hombre de negocios exitoso, en una suerte de analogía que confronta precisamente la premisa con la que Olivera hijo arranca este documento: la mención al griego Simónides y la relación entre memoria y espacio, y que el cineasta toma como punto de partida para su inmersión en esta mansión que le devuelve los lugares exactos de aquellos que la habitaron.

Esta recuperación de la memoria a partir de los fragmentos de esta casa que va desapareciendo, surge más bien como oposición a la figura de un padre poderoso, y como analogía de la destrucción simbólica de un capital social desaparecido. Todo lo que hay en la casa alude a un pasado lejano, de fama y fortuna, de lujos y sirvientes, de vida solitaria y de encierro en tiempos de dictadura. Pero la casa adquiere la dimensión de lo humano, a partir de insertos en Super-8 y video donde aparece el mismo cineasta de niño, jugando junto a su hermano o vigilado en los primeros pasos junto al padre.

La casa que se viene a bajo, y que Olivera registra a través de planos fijos que siguen la rutina de los obreros en demolición, también es percibida desde una composición sonora, que incluye sutiles mash up a cargo de Zypce (ex Entre Ríos), como aquel leit motiv a partir de una conocida canción de Leo Dan, que insufla al relato de la memoria de un halo de reminiscencias pop. Si bien en este apartado de lo sonoro, la narración en primera persona del cineasta, algo desdramatizada o fantasmal, aparece acorde con el espíritu lánguido de reencuentro con la figura paterna, este conjunto de sonidos y sentidos permite crear toda una atmósfera de perdida, de esa casa que se hace pedazos, que diluye con ella estas presencias que también son parte de la historia fílmica de un país.

Competencia Internacional

Dirección: Javier Olivera
Guión: Javier Olivera
Edición: Javier Olivera
Fotografía: Javier Olivera
Sonido: Zypce
Producción: Javier Olivera
Productora: Walden Productora Audiovisual
País: Argentina
Año: 2015
Duración: 72 min