Por José Sarmiento Hinojosa
La recuperación de la identidad, ese sentido de pertenencia tan etéreo que puede ser borrado por el tiempo. La inmaterialidad, el soporte de la memoria y el ejercicio de dos profesoras de escuela intentando realizar un juego entre generaciones para grabar aquellos nombres, personajes e historias que le inyectaron vida y que son parte del nacimiento, construcción y cimiento de un territorio. Puerto Pirámides es un pueblo con calles sin nombre, pero con muchas historias. Un pueblo donde las direcciones no pertenecen, pero con personajes que han sido parte y siguen siendo parte de su vida. El testimonio como latido de un lugar, calles como vasos comunicantes de la memoria.
Esta didáctica de la ficción documental que parte de un esfuerzo de escuela para recoger testimonios de un espacio y buscar dotar de nombres a las calles del mismo, es el punto de partida de la argentina Las Calles, proyecto de la cordobesa María Aparicio, una búsqueda de recoger y ficcionalizar el proceso de esta especie de censo y votación entre los habitantes de Puerto Pirámides. Un pueblo costero, de marisqueros, buceadores y pescadores, gente migrante que depositó sus pies hace décadas en el lugar y hoy forman parte de ese mar, juiciosamente filmado por Aparicio, la fuente materna de todos sus habitantes.
Hay un gesto notable en el filme de Aparicio, y es el de no sobresensibilizar un tema que fácilmente podría habérsele escapado de las manos. Las Calles es tierna y nostálgica, pero no sensiblera ni cursi. Es un filme donde la búsqueda de identidad es tomada por distintas generaciones: los estudiantes, los maestros, los habitantes, en un esfuerzo en común en integrar lazos y de esta forma, darle la palabra al territorio por medio de sus historias. Un filme grato.
Dirección: María Aparicio
Guión: María Aparicio, Nicolás Abello
Producción:Natalia Gamarro
Fotografía: Cesar Aparicio
Actores: Eva Bianco, Mara Santucho, Gabriel Pérez
Argentina, 2016