MEDIA CITY FILM FESTIVAL 2022: FOCOS DEDICADOS A BEATRIZ SANTIAGO MUÑOZ Y XIMENA CUEVAS

MEDIA CITY FILM FESTIVAL 2022: FOCOS DEDICADOS A BEATRIZ SANTIAGO MUÑOZ Y XIMENA CUEVAS

La cabeza mató a todos

Por Pablo Gamba

Dos de los focos del Media City Film Festival están dedicados, respectivamente, a la puertorriqueña Beatriz Santiago Muñoz y a la mexicana Ximena Cuevas. Los trabajos de la primera tienen una orientación etnográfica; los de Cuevas se inscriben en una vertiente dedicada a la apropiación de Hollywood y de la industria cultural mexicana.

El título de El cuervo, la yegua y la fosa, de Santiago Muñoz, parece evocar las fábulas. Es una ironía, sin embargo, porque no se trata de una historia que reúne a dos personajes para hacerles cumplir la función de transmitir una moraleja. La dominante en esta pieza es un tipo de montaje que proviene de las vanguardias y que crea relaciones insólitas entre las imágenes, y entre estas y las dos voces. Como principio poético, se extiende a la composición de algunos planos, por ejemplo, el que encuadra parte del cuerpo de la yegua junto con un montón de piezas de automóvil.

El resultado es la conformación de un conjunto cuya diversidad no se funde en un todo coherente. Son posibles, por tanto, varias “lecturas” simultáneas de El cuervo, la yegua y la fosa. Es como el género de poesía épica en sánscrito citado al comienzo por el dramaturgo haitiano Guy Régis Jr, en el que se cuentan dos historias a la vez.

El video plantea preguntas sobre la unidad del espacio y el tiempo. Reflexiona acerca del “ahora”, que solo puede existir cuando más de un interlocutor da testimonio de su copresencia, según la voz femenina no identificada: “Nos miramos el uno al otro, y estamos en la misma temporalidad”. Esta constatación también puede dar cierta certeza del aquí y ahora, de lo real, lo que pone en cuestión la posibilidad de una realidad globalizada o cósmica: “¿Es real algo que ocurre en una galaxia distante?”

Por lo que respecta a la continuidad del tiempo, agrega que, sobre la base de conexiones causa-consecuencia no se puede diferenciar el futuro del pasado. Todo es continuidad del mismo mecanismo. Para que otro tiempo exista, algo tiene que romper eso: “la entropía, el desorden”, dice la mujer. Esto significa que el tiempo de la copresencia, que da certeza del ahora y lo real, y que por definición es discontinuo, es un desorden de ese otro tiempo, continuo, que queda fuera de campo en la pieza.

Entre los motivos presentes en el video está la magia, una práctica que también se resiste y perturba la continuidad mecánica del tiempo que impone el progreso. La acompaña un sutil desordenamiento del registro etnográfico y, por ende, científico. Pero la magia no es lo principal aquí sino en el otro video de Beatriz Santiago Muñoz incluido en el programa del festival: La cabeza mató a todos. Lo protagoniza la artista del performance Mapenzi Chibale Nonó. Junto con sus hermanas, integra el colectivo Las Nietas de Nonó, que dedica su trabajo a los problemas de la marginación y la discriminación racial de los afrodescendientes en Puerto Rico.

La cabeza mató a todos centra su mirada en el cuerpo andrógino de la intérprete, que medita mientras fuma en una hamaca, en medio del monte y de una noche en la que se anuncia tormenta. Después, se sube a un árbol, baila y así hace un conjuro que explica la narradora –una gata–. La mujer es negra, y la languidez y el movimiento de su cuerpo en trance parecen un desafío al sometimiento a la esclavitud o a la disciplina del trabajo asalariado, con lo que puede relacionarse también la huida al monte, la cimarronería. Los planos cerrados segmentan su cuerpo y cuestionan el dominio de la parte que piensa sobre el todo. Pero, por otro lado, la individualizan.

La ruptura se establece, por tanto, entre el ritual mágico de un individuo que se margina de un espacio social que queda fuera de campo, igual que el tiempo mecánico, que es el único tiempo continuo en el que el desorden podría darse. Sin fragmentos que hagan referencia a desórdenes de la continuidad de ese tiempo creados por colectivos en el pasado, o por las dos personas que hacen falta, como mínimo, para que haya certeza de un “aquí y ahora” –la gata podría ser la otra, pero no hay un plano de los dos personajes juntos–, la ruptura mágica no puede entenderse sino como una abstracción, igual que la guerra y la bomba nuclear lejanas a las que hace referencia el conjuro. No es una opción de cambio real, ni aquí ni en El cuervo, la yegua y la fosa. Se trata de un desorden sin futuro, extático y, por ende, estático.

Cinépolis, la capital del cine

La guerra pasa a ser un motivo central en Cinépolis, la capital del cine, uno de los dos videos que integran el programa dedicado a Ximena Cuevas. Hay también allí una ironía en el título, que hace referencia a la tercera cadena mundial de cines por lo que respecta al número de salas que opera en 15 países. Es una empresa mexicana, pero no ha lanzado a esa nación a invadir las pantallas del mundo sino que, como las demás cadenas, salvo en pocos países, exhibe principalmente cine de Hollywood.

No obstante, se trata de un video sobre invasiones. Está hecho principalmente con fragmentos intervenidos de Santo el Enmascarado de Plata vs “La invasión de los marcianos” (1967) y Mars Attacks! (1996), de Tim Burton. El contexto es el de la triple colonización que se ha dado en la historia de México, según Ximena Cuevas: la de los conquistadores españoles, la de los Estados Unidos y la de la televisión.

La pieza se basa en el humor y en crear un efecto de extrañamiento con respecto a las expresiones cotidianas de cómo las empresas estadounidenses tratan de integrar sus productos de consumo a lo que entienden por “cultura mexicana”. Son ejemplos la comida nacional adaptada al menú de los McDonald’s y una publicidad de hamburguesas con una estrella haciendo el papel de charro. Ocurre lo mismo con la integración de la televisión a la representación de la familia ideal. Pero estos lugares comunes son trascendidos por el motivo de la guerra en las películas de lado y lado.

Contra la ilusión de los mestizajes o “hibridaciones”, no parece haber aquí conquista que pueda ser pacífica. Pero, aunque el tono cómico no pareciera dejar margen para otra respuesta frente a eso que la risa, la perspectiva es otra si se considera el enfrentamiento de Ximena Cuevas con el melodrama que identifica lo latinoamericano y que difunden por el mundo las telenovelas. El humor es algo que se resiste aquí a una televisión que se presenta como vocera de los Estados Unidos.

Corazón sangrante, la otra pieza que integra el programa dedicado a la artista, puede ser considerada un videoclip de la cantante Astrid Hadad y se ajusta a las normas de ese género, cuya función es hacer publicidad de una canción y el álbum al que pertenece. Pero es una obra ocho años anterior al disco homónimo, y no por ser video musical deja de ser una respuesta aún más ácida al melodrama y a la colonización.

El aporte de Cuevas –y de la directora de arte, la chef feminista Martha Ortiz Chapa– consiste en acompañar las irónicas referencias a los sufrimientos del corazón, en la letra de la canción, con una ambientación y animación basadas en clichés gráficos que responden a estereotipos femeninos y a la iconografía católica del sufrimiento.

Hay una frase que canta Hadad y que podría haber sido dicha también, quizás, por María Félix, la mujer recia por antonomasia del cine mexicano: “Mi corazón sumergido en chile está”. Pero es una cita del emperador azteca Moctezuma, después de recibir la noticia de la llegada de los conquistadores españoles. Otros versos lo suficientemente explícitos la acompañan: “¿Dónde pondré mi corazón? / […] Conquistado, estrujado espinado / Quemado, desgarrado, maltratado”…

Podría responderse a esto con el argumento de que Moctezuma es un personaje al que se recuerda por su actitud vacilante frente a los conquistadores, no por haberlos enfrentado. Sin embargo, hay que considerar la fecha del video, 1993, con relación a la firma, el año anterior, del tratado de libre comercio con los Estados Unidos y Canadá. En este contexto, la cita podría hacer referencia a la resistencia que debió darse, pero no se dio, ni contra los españoles ni contra los vecinos del Norte.

Llama la atención, por otra parte, que en el texto de presentación del video en la página del festival se lee: “Hadad […] canta e interpreta una balada romántica chilena”. Se lo atribuye a la distribuidora, Video Data Bank, pero los programadores del Media City, en el que hay varias piezas sobre el colonialismo, lo reprodujeron sin darse cuenta de la confusión entre el picante y el país, de que una cosa es México y otra Chile, y demostrando ignorancia sobre la cita de Moctezuma, que no es irrelevante. La pregunta es, si así de confundidos están con respecto a las culturas del sur de su continente, ¿qué podrán saber del colonialismo en las lejanas África y Asia?

Artista en foco: Beatriz Santiago Muñoz

El cuervo, la yegua y la fosa

Realización: Beatriz Santiago Muñoz
Puerto Rico, 2021, 16 min.

La cabeza mató a todos

Realización: Beatriz Santiago Muñoz
Interpretación: Mapenzi Chibale Nonó
Puerto Rico, 2014, 8 min.

Artista en foco: Ximena Cuevas

Cinépolis, la capital del cine

Realización: Ximena Cuevas
México, 2003, 23 min.

Corazón sangrante

Dirección: Ximena Cuevas
Idea original: Ximena Cuevas, Astrid Hadad
Producción: Ximena Cuevas, Denise Camargo
Dirección de arte: Martha Ortiz Chapa
Animación: Jorge Pérez de Alba, Abril Alzaga
Fotografía: Guillermo Rosas
México, 1994, 4 min.