MUTA 2017: POTAMKIN DE STEPHEN BROOMER

MUTA 2017: POTAMKIN DE STEPHEN BROOMER

Por Ivonne Sheen

El cine experimental inquiere en el espíritu del cine. Su búsqueda se despliega a través de la experimentación con el medio y el lenguaje. El sentido común que el arte cinematográfico construyó de sí mismo, pierde sostenibilidad y se diluye ante su potencia poética. El cine de vanguardia surge como una contestación ante lo hegemónico, en el ámbito cinematográfico y social. Desde el surgimiento del surrealismo, hasta el cine underground neoyorkino, el contexto del cine experimental ha sido plataforma de nuevas ideas radicales que retan tanto a espectadores como a artistas.

Este modo de creación con la imagen cinematográfica, apela a un proceso creativo personal, de autor-artista que trabaja con la materialidad del cine. En el presente, el cine experimental se ha desarrollado de manera orgánica, con el surgimiento de distintos exponentes que despliegan su obra como legados individuales que conversan entre sí. Todos apelando a la experiencia kinestésica del cine desde su potencial poético.

Entre los jóvenes artistas del cine experimental, destaca Stephen Broomer (1984) quien creció en Canadá, donde se influenció del cine avant-garde desde muy joven. Este se educó en cine, y en la actualidad es cineasta y restaurador. La preocupación por la recuperación de archivo cinematográfico se evidencia en su obra, la cual propone un trabajo minucioso con la imagen, que también dialoga con la historicidad de estas.

Potamkin (Canadá, 2017) se presenta como una película biográfica del fallecido crítico de cine, Harry Alan Potamkin, quien creía en la potencia de la estructura cinematográfica a la luz de la ideología marxista. Los textos de Potamkin, el crítico, se construyeron como ensayos que reflexionaban sobre la evolución del lenguaje cinematográfico como estructura semántica, pero también sobre la poesía que toda película debía emanar. La intensa pasión con la que Potamkin creía en el cine y en el comunismo, se condensa en sus versos.

Broomer bebe de la pasión que Potamkin tuvo por el cine, para apropiarse de fragmentos de las películas que el fallecido crítico ruso catalogó como ejemplares para el devenir del cine como arte comprometido. A lo largo del film, nos confrontamos ante la desintegración y superposición de distintas escenas del Acorazado Potemkin (Sergei Eisenstein, 1929), Juana de Arco (Theodor Dreyer, 1928), y Metrópolis (Fritz Lang, 1927). En una entrevista, Stephen Broomer confiesa que el material de archivo con el que trabajó, lo obtuvo a partir de refrotografiar copias de VHS en 16 mm. Lo cual le permitió enfocarse en escenas que para él evocaban el sufrimiento y sacrificio que Potamkin vivió a lo largo de su vida. Además de partir del soporte con el cual él pudo ver y re-ver dichas películas cuando era más joven. Una apropiación de archivo, que parte desde la memoria personal sobre dichas imágenes.

La búsqueda por un espíritu espectral que espacios y personas dejan en este mundo, es un motivo constante en la obra de Broomer. En obras como Christ Church – Saint James (Canadá, 2011), y Brébeuf (Canadá, 2012), el autor interpreta la historia de los espacios y se aproxima a estos, para traspasarlos a través de la imagen cinematográfica. Se observan superposiciones, también utilizadas en Potamkin (Canadá, 2017), que evocan una vida interior de los espacios, un intersticio entre el ahora y el ayer, un espacio intermedio multiplicado y fragmentado. Broomer va más allá de la capacidad tácita que tiene el cine de aprehender en una nueva temporalidad, a otra pasada; para interpretar dicho pasado a partir del rastro que este deja en el presente. En el caso de Potamkin, su rastro se encuentra en su poesía y en su crítica cinematográfica. Sin embargo, Broomer con total sensibilidad, construye un nuevo poema visual y sonoro que nos acerca al espíritu de Potamkin, desde el cine. También, nos permite pensar sobre el sentimiento de un cine con compromiso social que ubica al crítico como intermediario entre la masa y las obras. Un tipo de crítica cinematográfica que logra una dialéctica con el cine mismo, de tal manera que este se ve transformado y afectado por las ideas que evoca a otros, al mismo tiempo que el crítico, al igual que cualquier espectador, sufre una transformación interior, casi esencial.

La interpretación física del espíritu de Potamkin se visualiza con el material fílmico desintegrado, contrastado, y superpuesto. La selección de escenas que se repiten constantemente, son sobretodo escenas de climax mortal, de un sufrimiento esencial en momentos cercanos a la muerte. El trabajo químico con el soporte muestra las imágenes en negativo, un blanco y negro profundo, altamente contrastado, que convierte a los personajes y espacios, en materia visiblemente sujeta al tiempo, víctimas de la vulnerabilidad del soporte. Una metáfora sobre el mismo Potamkin, a partir de la vitalidad mutable y orgánica del soporte fílmico. Broomer logra amalgamar distintas escenas, a través del recurso de la superposición, para otorgar mayor intensidad y condensación al sentimiento que Potamkin abraza sobre aquellas películas. El espíritu de Potamkin las traspasa, y las unifica. La película inicia con una cita del crítico: “tarde o temprano todas las cosas delicadas, son mariposas con las alas segadas”. Una imagen poética que lo representa a sí mismo, y su visión del mundo, con un destino trágico, como el de muchos de los personajes resucitados por Broomer, con la persistencia del rastro de su inevitable muerte. Víctimas de un mecanismo que oprime todo tipo de transformación y justicia social.

En Potamkin (Canadá, 2017), una masa de espectadores que reacciona de lado a lado, se convierte en un recordatorio del pasado de dichas imágenes, y del propósito de estas. Pensar el cine como dispositivo de cambio social, plantea preguntas sobre el rol del espectador, del cineasta y del crítico. El cine es un arte que borró las fronteras del acceso a este; por ello, su potencial ideológico lo convirtió en un arma peligrosa de dominación. Sin embargo, para los años de vida de Harry Potamkin, el cine se vio involucrado en los movimientos sociales vividos en Rusia, antes de la segunda guerra mundial. Este se involucró como crítico de cine, cuya función como intermediario entre los espectadores y las películas, iba de la mano con su compromiso social de bases marxistas. Pero, el valor del legado que Potamkin dejó -a pesar de su corta vida- reside en su aproximación poética al cine y al cambio social. Una persona que vivió con intensidad, exaltando todo sentimentalismo con la convicción de un mundo mejor. Así, Broomer logra un retrato del fallecido crítico, emancipado del sentido de un archivo exclusivamente histórico, para así convertirse en el nuevo intermediario -más como un medium- entre nosotros y el espíritu de Harry Alan Potamkin, en un rito de invocación cinematográfico.

 [1] Broomer estrenó Potamkin (2017) en la octava muestra de cine periferico S8 en la Coruña. Tuvo su estreno en Latinoamerica en MUTA_Muestra Internacional de cine de apropiación. La entrevista citada en el siguiente link.