Por Mónica Delgado
La 5° edición de MUTA Festival Internacional de Apropiación Audiovisual incluye en su sección Identidades fílmicas dos cortometrajes del cineaste y artista estadounidense Fox Maxy, quien hace algunos meses recibió reconocimiento en Rotterdam por su film Maat Means Land que forma parte de esta muestra. Este par de trabajos son buen ejemplo del estilo y posición política que asume Maxy para construir sentido a las imágenes desde su identidad activista y desde la idea de territorio.
Fox Maxy es cineasta nativoamericana, perteneciente a las comunidades Ipai Kumeyaay y Payómkawichum. Vive en San Diego, California, donde lidera la productora Civic Films de cine experimental, videos perfiles de artistas y videoclips. A la fecha ha presentado sus trabajos, además del festival de Rotterdam en el Doc Fortnight del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA), en el Festival ImagineNative (Toronto), el reciente Prismatic Ground, entre otros. Ha dirigido los cortometrajes Petroleum Jelly (2020) y One Big Selfie (2020), y los perfiles para Lil Nas X (2019), California Girls (2018), Muzzles Off (2018) y Cheyenne Ziegler (2018). Los dos cortos que agrupo en este texto han sido registrados y editados en pandemia. En su video Muzzles Off conversa con la artista Jade Kalikolehuaokalani sobre la identidad de Two spirit (Dos espíritus) y que dentro de la cultura nativa americana refleja la identidad femenina y masculina en una misma persona. Fox Maxy también se identifica como Two Spirit.
En San Diego (2020), uno de los films incluidos en MUTA 2021, Fox Maxy va estableciendo un discurso visual a punta de material de archivo extraído de redes sociales, selfies, tomas de drones, de capturas de pantalla y de registros personales sobre el colonialismo en tiempos de pandemia. Al inicio del corto cobra sentido el título del film al centrarse en describir de qué está formado este San Diego entre chicano y nativo, un territorio pop inmersivo, donde confluyen yuxtaposiciones del mundo virtual, entre Instagram y Facebook Live, canciones de un rapero o un programa online de Dolly Parton. Sin embargo, Fox Maxy recurre a este sistema de apariencia “random”, de montaje diletante, como antesala al film de ensayo y de denuncia. Enfoca esta San Diego desde la precariedad ambiental en la que viven comunidades nativas del sur de EE.UU., debido a la depredación de empresas transnacionales, que los deja sin reservas de agua.
La ruta para obtener respuesta en este contexto de pandemia es trasladar estas formas de la protesta y denuncia. Aliados en streaming que hacen posible que estos gritos por justicia se desterritorialicen, que copen las redes, pero también que fluyan desde la omnipresencia de un dron o de una cámara cómplice ante una carretera cerrada por militares. Además, que la misma mirada de Fox Maxy propone un ordenamiento del mundo (o su desorden): montaje antojadizo, aleatorio, que también podría dar cuenta de la materialidad de una reflexión interior barroca, plena de superposiciones sonoras y visuales.
Maat Means Land (2021) es muy parecida a San Diego. Es más, forman un díptico o son films hermanos en la lógica atmosférica, lúdica y libre que propone la realizadora. Aquí también hay edición rebelde, plena apropiación, un estilo pop que mezcla escenas de videoclips, de videojuegos, y de redes sociales. Y en este sentido, más allá del subtitulaje al español, se trata de obras de exploraciones visuales y sonoras, que escapan a cualquier molde convencional de la narración cinematográfica. Pueden parecer ejercicios o antojos de dispersión visual, sin embargo, lo que enriquece estos trabajos es la posición política del cineaste.
Este corto de 30 minutos, Fox Maxy muestra un viaje sensible y fragmentario a través de diversas ideas en torno a la tierra como paisaje y territorio, y desde el paseo por algunos terrenos nativos afectados por el extractivismo, el desplazamiento y la colonización. En un pasaje aparece una activista declarando, en medio de un complejo de edificios modernos, sobre la transformación de sus territorios originarios, ahora convertidos en grandes cuidades. ¿Es esta la nueva tierra? ¿Quién dice que los nativos deben permanecer en un determinado territorio? Estas interrogantes que surgen en varios momentos del cortometraje para interpelar precisamente un modo de representación de lo originario y lo nativo, cuestionando ese encasillamiento cultural que modela las formsa en que nos relacionamos con el entorno. Y este trabajo de Fox Maxy apunta a eso, a crear y compartir otras construcciones de identidad desde lo visual, aquí plasmadas de oscilación, en un tipo de evasión de la transparencia.