Por Alberto Acuña Navarijo
A propósito de la presencia de la película mexicana Manto de gemas en la plataforma de streaming Mubi (tras haber ganado el Premio del Jurado en Berlín y el Premio a Mejor Dirección en Morelia el año pasado), compartimos la entrevista con la directora, guionista y editora Natalia López Gallardo, quien explicó sobre sus procesos de escritura y rodaje, sobre cómo el entrar en contacto con la gente del pueblo donde vive le ayudó a terminar de definir el tema de la película: el origen de una herida colectiva. Los matices y las ambivalencias que muestran los personajes sintetizan el discurso de la película.
El film describe una historia de vidas cruzadas: Una comandante de la policía que intenta alejar a su hijo de un entorno delincuencial, una trabajadora del hogar que busca a su hermana desaparecida y una mujer divorciada de clase privilegiada que se encuentra en un estado de adormecimiento, construyen la imagen de un país a la deriva, donde el límite entre las víctimas y los victimarios es difuso.
Desistfilm: ¿Cómo fue la escritura del guion de Manto de gemas?
Natalia López Gallardo: Creo que lo ambivalente, lo indeterminado, lo inasible son algunas de las características más claras de nuestra realidad como país. En México, las cosas nunca son lo que parecen ser, estas siempre tienen varias capas, las situaciones que ocurren tienen muchos significados posibles detrás y para mí, desde el inicio, era muy importante poder transmitir eso que veía y sentía a mí alrededor. Yo vivo con mi marido en Ocotitlán, Morelos desde hace diecisiete años y el lugar, así como sus habitantes, siguen siendo un misterio para mí: dentro de los cinco años que duró la creación de la película, pasé uno de ellos en el proceso de investigación, manejando por toda la región y hablando con la gente. Así, por ejemplo, conocí a una familia que, en el pasado, había secuestrado a un hombre y lo mantuvo en su propia casa. Sin embargo, al mismo tiempo, el padre se dedicaba a su trabajo como taxista, los niños seguían yendo a la escuela, la familia jugaba fútbol con gente de la comunidad y la vida continuaba su curso. Me llegaron a confesar que lo habían hecho porque necesitaban más dinero y en ese sentido estamos hablando de una tragedia compleja. Entonces, la escritura de los personajes no fue por medio de la ficción, sino que me acerqué a la realidad de una forma abierta y honesta. Pienso que cuando un personaje está totalmente delineado se vuelve predecible, cada vez que lo ves sabes lo que va a hacer, en cambio, si un personaje es humano, con sus contradicciones y ambigüedades, es como un monstruo que lo tienes que mirar atentamente porque va a reaccionar de una manera inesperada y eso para mí resulta más interesante.
Desistfilm: Previo a esa etapa de investigación, como habitante del lugar, ¿de qué manera fuiste experimentando la transformación del entorno? ¿Qué fuiste encontrando?
Natalia López Gallardo: Definitivamente, el lugar en el que vivo fue el que me impulsó a hacer esta película. Durante los últimos quince años lo que atestigüé fue la progresiva descomposición del tejido social, el desinterés por construir un futuro en común, cómo de manera más frecuente cada quien luchaba por su propio territorio y por un dominio mínimo; esa fue mi sensación y partí de ahí para, eventualmente, investigar y escribir el guion. Me ayudó mucho leer libros de análisis sociológicos y antropológicos sobre este fenómeno, pero fue justamente el contacto con la gente lo que me hizo darme cuenta de qué iba realmente la película: Manto de gemas no es en sí sobre el narcotráfico o los desaparecidos o un discurso político, sino una película sobre lo colectivo, sobre algo que compartimos todos y concluí que aquello es una herida espiritual tras años de acumular imágenes de tortura, mapas de fosas clandestinas y homicidios de hombres y mujeres por igual. Resulta muy difícil asir el dolor de una madre con un hijo desaparecido, de hecho cuando escuché un par de historias al respecto, me dio vergüenza, me conflictué mucho, dije “Yo nunca voy a poder transmitir ese dolor”, pero si empezamos a rascar, todos los mexicanos tenemos esa herida en otras dimensiones. De ahí el título de la película, el cual como suele suceder en el cine, llegó al final, porque a pesar de las certezas que pueda tener uno durante el proceso de hacerlas, las películas son actos de develación y confrontación; así recordé una idea budista que alguna vez leí que dice que la realidad es un manto de gemas donde cada gema se refleja en todas las demás y me pareció muy atinada porque siento que todos tratamos de reflejarnos e identificarnos con el
resto.
Desistfilm: En un momento en el cual los cineastas continúan explorando maneras diversas de representar la violencia en México y su iconografía –de los pasajes poéticos en El guardián de la memoria (Marcela Arteaga, 2019) a las escenas de venganza como espectáculo en La civil (Teodora Mihai, 2021) pasando por los testimonios reales de mujeres buscadoras de sus desaparecidos insertados en Ruido (Natalia Beristain, 2022)– ¿de qué modo abordaste el hacer tu propia interpretación de este imaginario?
Natalia López Gallardo: Creo que la violencia es un concepto que se tiene que traducir y hay que escoger un lenguaje para hacerlo. Aunque ya había escrito un argumento, al darme cuenta de que el tema de la herida espiritual era muy abstracto, volví a escribir teniendo en mente aquello que considero la fuerza vital del cine, que es la forma; siento que a través de la forma nosotros transmitimos la visión. Un buen ejemplo es Vincent van Gogh: uno ve un cuadro suyo y es por medio del movimiento que hay, la luz, el color, el contraste, que uno deja de ver el campo, los girasoles o las nubes y empieza a ver el corazón del hombre. Le dediqué mucho tiempo al lenguaje de esta película porque creo que el cine tiene que ir mucho más allá de contar hechos o construir una historia, condición que se ha venido olvidando en la época conservadora en la que estamos viviendo donde se han estandarizado las manifestaciones audiovisuales y una serie le puede gustar a mi hijo de catorce años y a mi abuela que tiene ochenta y cinco.
Desistfilm: Considerando el papel tan importante que juega el aspecto formal en la película, ¿cómo fue la colaboración con tu fotógrafo Adrián Durazo?
Natalia López Gallardo: El mejor consejo que he recibido para poder dirigir vino de mi marido, Carlos Reygadas, quien me dijo “Imagina la película en todos sus detalles. Planéala, diséñala, siéntela” y lo hice exhaustivamente: imaginé las texturas, los colores, la hora del día que iba a filmar, etcétera. En ese sentido, Adrián Durazo fue uno de mis compañeros creativos más cercanos, el cual buscó todo el tiempo materializar mis inquietudes. Por ejemplo, yo quería que todos los personajes se fundieran con el entorno, sentía que el territorio era un personaje y que era fundamental que nos diéramos cuenta de que esto sucedía en ese lugar en específico, de ahí que se haya optado por el uso de una paleta monocromática, los espacios vacíos y el haber filmado durante marzo, en épocas de sequía donde el color de la tierra se confunde con el color de las pieles. Igualmente, me interesaba mucho construir atmósferas en medio de la oscuridad, porque me siento cómoda en esos momentos en los que la imaginación se despierta y debes de prender todos tus sentidos. En ese proceso de creación de atmósferas, otro gran colaborador creativo fue Thomas Becka, quien es un diseñador de sonido francés que radica en México y que se convirtió en un traductor de emociones. Para mí, el sonido es el elemento más poderoso del cine porque es el demiurgo de la realidad.
Desistfilm: Dentro de la película existe un breve plano secuencia que engloba el concepto de la herida colectiva, que es aquella del ministerio público, en la cual la cámara no deja de moverse mientras se va abriendo paso entre el caos de escritorios atestados de expedientes y las voces de los denunciantes se van confundiendo, convirtiéndose de alguna manera en una escena familiar. ¿Cómo se construyó esta secuencia en particular?
Natalia López Gallardo: Como parte del proceso de investigación que realicé, fui a muchas instituciones gubernamentales que están ligadas al tema de los desaparecidos, y en todos esos espacios, ya sean hospitales públicos, lugares de denuncia y municipalidades, me sentaba a observar y escuchar porque por lo general tenía que esperar mucho tiempo para poder hablar con alguien y para mí la experiencia en esos lugares fue totalmente sonora, entonces esa secuencia en particular la escribí a partir de lo que escuché. Y algo que escuché con insistencia fueron nombre y nombres y más nombres con los que muchas veces me tenía que salir porque decía “¿Quiénes son todas estás personas que están mencionando?”, y aquello era justamente la cacofonía que vivimos al enfrentarnos con esta tragedia, la cual ya tiene tantas capas, tantas aristas, está tan desbordada que ¿por dónde la agarras? O sea, vuelven a registrar el caso, vuelven a recabar toda la información y ¿qué hacen al final con eso? Todos los que estábamos ahí viendo cómo capturaban los nombres y hacían preguntas, sabíamos que ese documento no iba a llegar a ningún lado y muchas de las personas que estaban ahí, denunciando por segunda, tercera, doceava vez, de alguna manera lo que estaban haciendo era cubrir su dolor con una acción. Ahora que describes la secuencia, volvemos a la forma: en realidad no se está diciendo algo en concreto, pero por medio de una cámara que se mueve todo el tiempo y un diseño sonoro con un coro se empieza a construir una experiencia sensorial y un espacio emotivo porque creo que esa es la capacidad del cine.
Desistfilm: Cada vez se ha vuelto más frecuente ver películas en cuyos elencos coinciden actores profesionales y personas sin alguna formación previa. En tu caso, ¿cómo fue el trabajo para conjuntar al elenco y dirigirlo?
Natalia López Gallardo: Nailea Norvind, quien interpreta a Isabel, la mujer privilegiada, es la única actriz profesional en la película y la busqué directamente porque pensé en ella para el personaje. A Juan Daniel García Treviño, que interpreta a Adán, el adolescente que se va involucrando en el mundo criminal mientras que quiere ser youtuber, lo descubrí viendo unas fotografías suyas en una agencia de casting y me interesó trabajar con él. Por su parte, a Antonia Olivares y a Aída Roa, quienes interpretan a María, la empleada doméstica, y a Roberta, la comandante de policía, respectivamente, las conocí en mi proceso de manejar por la región y platicar con la gente. A las dos las llamaría actrices naturales, porque no tienen experiencia en la actuación, pero tienen la capacidad de compartir su presencia plenamente. Como era novata en la dirección de actores y realmente no tenía herramientas, de alguna manera tuve que inventármelas; así comprobé que para
poder trabajar con actores naturales, hay que construir una relación de confianza; el casting no es un proceso para encontrar al mejor intérprete, sino a la persona con la que uno se siente cómodo para abrirse y cuando eso ocurre de manera natural, el vínculo puede crecer. Por lo mismo, no le di el guion a nadie, preferí hablar con los actores y así comunicarme con todo el cuerpo, los gestos y las sutilezas; yo no quería que representaran sentimientos descritos en el guion como la tristeza o el miedo, sino que transmitieran nuestra conexión.
Desistfilm: Al inicio mencionaste que transcurrieron cinco años en la creación de la película. Platícame del proceso de producción.
Natalia López Gallardo: Tuve dos colaboradores fundamentales que me acompañaron desde que Manto de gemas era solo una idea, que fueron Fernanda de la Peza y Joaquín del Paso, quienes son mis productores por medio de su compañía Cárcava Cine y entre los tres construimos la película a nivel producción. Tardamos bastante en financiarla, nos tomó tres intentos para poder conseguir el presupuesto y cuando finalmente lo obtuvimos, la producción tuvo dos etapas. La primera, con tan solo tres semanas de rodaje, terminó ese fatídico viernes 13 de marzo del 2020, en el cual vimos que estábamos frente a algo incierto y aceptamos que ya no había modo de continuar; todo el mundo estaba muy asustado porque nos encontrábamos filmando dentro de casas y había personas enfermas por todas partes. En su momento fue muy doloroso el parar porque además teníamos el dinero justo y sabíamos que detener la producción y volver eventualmente a arrancarla iba a implicar un esfuerzo económico fuerte, pero al final terminó siendo una bendición y tuve el primer año de la pandemia para poder editar la película en mi casa.
En la segunda etapa de rodaje nos replanteamos completamente las características de la producción. Nos dimos cuenta de que debíamos de tener un equipo mucho más pequeño y sobre todo, ser mucho más precisos. Digamos que la primera etapa fue increíble por ser mi ópera prima y por estar encarando algo absolutamente nuevo y la segunda fue mucho más exacta. El hacer Manto de gemas me confirmó que cuando uno le da sentido a los problemas, los cambios de rumbo, las situaciones que se antojan catastróficas, esas cosas cobran otra dimensión y al final terminan siendo muy provechosas.
Manto de gemas
Dirección: Natalia López Gallardo
Guión: Natalia López Gallardo
Producción: Fernanda de la Peza, Joaquín del Paso y Natalia López Gallardo
Fotografía: Adrián Durazo
Edición: Natalia López Gallardo, Miguel Schverdfinger y Omar Guzmán
Música: Santiago Pedroncini
Reparto: Nailea Norvind, Antonia Olivares, Aída Roa y Juan Daniel García Treviño
Compañias productoras: Cárcava Cine, Lobo en medio de Lobos y Rei Cine
País: México, Argentina, 2022, 118 min.