OLHAR DE CINEMA 2015: BATTLES DE ISABELLE TOLLENAERE

OLHAR DE CINEMA 2015: BATTLES DE ISABELLE TOLLENAERE

Por Victor Guimarães

Battles parte de una premisa interesante (es importante retener esa palabra): filmar los vestigios y fantasmas de la guerra, en el presente de los paisajes y en el cotidiano de algunos territorios europeos afectados en el pasado por conflictos bélicos. La mirada es fundamentalmente observacional, no hay entrevistas ni voice over; los encuadres son precisos y bonitos, el montaje opera por asociaciones y rimas visuales, hay un rasgo benjaminiano en el trabajo materialista sobre las ruinas… En suma: una película perfecta para hacer carrera en numerosos labs y agradar a festivales por el mundo (y dentro de algunos años, para formar parte del corpus de alguna investigación inspirada por las tesis sobre el concepto de historia de Walter Benjamin).

No habría problema con eso, si el film no fuera exactamente lo que se espera de él cuando se lee su sinopsis. Dividido en cuatro capítulos (“una bomba”, “un soldado”, “un bunker” y “un tanque”), el film transcurre como un collage de elementos pintorescos: un tractor encuentra una bomba, un grupo de civiles se somete a un entrenamiento militar, una familia campesina cría el ganado dentro de un bunker, unas mujeres cosen tanques y aviones inflables para la parada militar del gobierno. Y si lo describo así – un grupo, una familia, unas mujeres – es porque al film no le interesa nada acerca de la singularidad de sus personajes. Los seres humanos de Battles ni siquiera podrían ser llamados personajes; son algunos paisajes más, enteramente disponibles para la cámara.

Lo que interesa es solamente aquello que pueda rellenar las casillas del concepto (que no es muy complicado y queda bastante claro desde el principio). La mirada es contemplativa y los encuadres son fijos porque no hay nada que ver: ya está todo pre-observado, pre-conceptuado, previsto. Todo lo que se filma forma parte de ese mismo esfuerzo de observación de fantasmas de la historia que persisten en la contemporaneidad y generan situaciones llamativas – en el mismo sentido que una pinta en una iglesia pequeña de un pueblo latinoamericano es llamativa a la mirada de cualquier turista.

La mirada en Battles es precisamente eso: el equivalente cinematográfico del turismo joven contemporáneo, encantado con las superposiciones entre pasado y presente que se observan en los rituales pueblerinos en la era digital o en las fachadas de los predios rellenas de pintas en las ciudades antiguas. Sus planos son como postales, pero de las que se venden en las tiendas alternativas administradas por gente joven y bien vestida.

Seguramente el film se distingue del mainstream documental, en sus encuadres bonitos, en su modo de evadir los talking heads y en su rechazo a presentar informaciones de carácter histórico. Cerca del final, la película llega a burlarse de la televisión al filmar los intentos de un periodista que hace un reportaje sobre la fábrica de tanques inflables (repitiendo su frase inicial mientras recolecta algunas imágenes bellas del entorno). Pero su mirada observacional y su montaje ensayístico también forman parte de un código, bastante frecuente en cualquier festival dedicado al cine independiente contemporáneo. Battles es seguramente una película interesante, pero quizás en este adjetivo esté el síntoma más claro de un vicio recurrente hoy. En este adjetivo y en el largo plano que observa el lento recorrido de una babosa sobre la superficie de una bomba.

Sección Novos Olhares

Dirección: Isabelle Tollenaere
Guión: Isabelle Tollenaere
Producción: Olivier Burlet
Dirección de Fotografía: Frederic Noirhomme
Montaje: Nico Leunen
Sonido: Kwinten Van Laethem, Michel Schöpping
Produtora: Michigan Films
País: Holanda, Bélgica
Años: 2015