Por Mónica Delgado
En noviembre de 2020, junto a Ivonne Sheen, realizamos una muestra especial para Corrient.es con cortometrajes de Priscyla Bettim y Renato Coelho, dupla de cineastas experimentales de Sao Paulo. Constó de tres trabajos, realiados entre 2013 y 2020, en Super 8, en blanco y negro granulado, y que exploran desde diversas perspectivas, rítmicas y lúdicas, una ciudad desde un grupo de personajes: los escritores Roberto Piva y Claudio Willer, pero también desde figuras de la cultura local como la cantautora y actriz trans Verónica Valenttino. Trabajos que muestran cadencias y caos de cuerpos y voces, en una Sao Paulo voraz, impresionista, de tiempo vibrante e inclemente, constantes además de una serie más amplia de cortos. Este universo plasmado a lo largo de varios años aparece en forma de ficción en su primer largometraje A Cidade dos Abismos (The City of Abysses, Brasil, 2021), que se pudo ver en la sección Novos Olhares del reciente festival Olhar de Cinema de Curitiba.
Dentro de los terrenos de la ficción, Priscyla Bettim y Renato Coelho proponen el relato de una mujer que busca vengar la muerte de su amiga, asesinada en la noche de navidad. Conocemos a las las dos mujeres trans, Maya (Sofia Riccardi) y Gloria (Verónica Valenttino), subiendo un edificio de 16 pisos sin ascensor, para llegar donde un médico que hace operaciones de cirugía estética clandestinas. Tras una advertencia, se van del lugar para terminar la noche en un bar regentado por un migrante africano. Allí conocen a una joven restauradora de películas, Bia (Carolina Castanho), que también trata de ablandar los sinsabores del día con unos cuantos tragos. Es allí donde también sucede el crimen y donde Gloria (Verónica Valenttino) emprende una ruta con la ayuda de Bia para dar con los criminales que atacaron a su amiga. Estos primeros minutos son clave para afirmar los fines formales que gobernarán la lógica de la película: planos fijos para situaciones que van desarrollando la trama narrativa, con un énfasis en colores rojos y verdes que rompen con la utilidad doméstica de algunos lugares o un posible costumbrismo, escenas que suceden por la noche para aprovechar la textura del 16mm, el neón como elemento estético que rememora atmósferas de un tipo de cine setentero o ritmos y actuaciones que se acoplan a las evocaciones del cine underground. Pero siendo este un film de ficción de dos adeptos al cine experimental, A Cidade dos Abismos no podía escapar de algunas intenciones disruptivas en la narración, como el uso del blanco y negro como estallidos íntimos o confesionales, montajes rápidos a punta de yuxtaposiciones, y sobre todo en el uso de una banda sonora plena de canciones, ruidos, sonidos muchas veces imperceptibles en las narraciones más realistas.
Filmada en 16mm, Super 8 y con transfer a 35 mm, A Cidade dos Abismos es también un cine de referentes. No solo a través de la cita explítica que se hace de Límite de Mario Peixoto cuando uno de los personajes encarnado por Carolina Castanho (a quien vimos en la reciente A Máquina Infernal de Francis Vogner Dos Reis, quien también tiene un pequeño papel en este film) traduce su malestar amoroso con imágenes concretas de este film silente de 1929, sino también desde reminiscencias del espíritu irreverente o contracultural del cine brasileño marginal o de algunas obras de aquel a quien dedican el film: Luiz Rosemberg Filho. Tampoco pude evitar no asociar a estos personajes femeninos en su búsqueda y oscilaciones a escenas de films de Bette Gordon, Chantal Akerman o Maya Deren, en su fantasmalidad o en su materialidad desde la ensoñación o puesta en escena hiperrealista. Pero, también hay referencias del mismo imaginario Bettim-Coelho. La ciudad frenética y diversa que aparece en sus anterioires films, de la mano de poemas de Willer o Piva, aquí también citados y leídos, como parte de un mismo cosmos paulista, donde historias como la de Gloria atraviesan fronteras de espacio y tiempo. Imágenes de Visión 2013 para Roberto Piva (2013) o A Propósito de Willer (2016) asoman como disparadores de esta ciudad que tensiona, o como dice el título, que va llevando al abismo a cada uno de los personajes.
Y acorde al tono crítico de los trabajos de Rosemberg Filho o del cine marginal de finales de los sesenta, aquí hay un trasfondo social que va aflorando poco a poco a partir de la trama criminal. La problemática excluyente de las políticas sociales, de la invisibilización de las personas migrantes o trans en los discursos oficiales se va plasmando poco a poco de manera elíptica, sin un regodeo facilista, punto que se agradece. Tanto el destino de Gloria como el del dueño africano del bar (Guylain Mukendi) están sometidos a los patrones y mandatos de una cultura patriarcal y neoliberal, que como indica A Cidade dos Abismos está casi fuera de campo, pero sosteniendo las cuerdas del mundo.
Con este largo, Priscyla Bettim y Renato Coelho confirman ser unos cineastas que requieren de la exploración, de la experimentación visual y sonora (y aquí con una increíble participación de Arrigo Barnabé, a quien pudimos conocer a través de algunos films de Paula Gaitán) como vía de catarsis y de libertad. Con este film también se muestran interesados por expandir estas visiones críticas de una Sao Paulo que da escalofríos (como indica uno de los personajes a modo de conclusión por los días vividos), y que como todo film de venganza, siempre habrá un poco de justicia y de redención para los personajes marginales y desclasados.
Dirección: Priscyla Bettim y Renato Coelho
Guion: Priscyla Bettim
Fotografía: Rodrigo Pannacci
Sonido: Marina Bruno, Guile Martins
Edición: Caio Lazaneo
Música: Arrigo Barnabé, Vitor Kisil Miskalo
Dirección de arte: Bira Nogueira
Reparto: Carolina Castanho, Guylain Mukendi, Sofia Riccardi, Verónica Valenttino
Producción:Renata Jardim, Renato Coelho
Brasil, 2021, 96 min