Por Mónica Delgado
Luego de treinta años, Gonzalo García Pelayo vuelve a la dirección, y lo hace a través de una película híbrido, entre el documental, el musical y la comedia, un ensayo que busca, como señala el título del filme, dar con las claves del alma andaluza, así a gran escala, pero también remitirnos a parte de su anterior obra. El marco mayor de estas Alegrías de Cádiz es el carnaval, periodo de libertad y gozo, y que claramente en la película está asociado al verano, desde donde se desprende las características del alma gaditana, en su sabor, humor y juventud.
El contexto del carnaval permite a García Pelayo construir un relato de juegos, que comienza con el proceso de un casting en busca de “Pepa”, personaje protagónico de la película que vemos, que recae en la elección de cuatro mujeres distintas, morenas o pelirrojas, que van a dar, a partir de sus matices, deseos y performances, luz a un arquetipo, el de la mujer andaluza vivaz, exuberante y abrumadora. Estas cuatro Pepas irán apareciendo de acuerdo al tenor de las escenas y para motivar desde sus atractivos físicos el amor de Jerí Iglesias, quien a ritmo de estas alegrías, coplas de versos octosílabos, avivará un inusual erotismo.
Hay dos tópicos que se marcan al inicio de la película, en las secuencias del casting, el carnaval como evento de preservación de la memoria tanto histórica como personal, y el sentido de la actuación. Incluso el director señala en alguna parte que Alegrías de Cádiz es un filme sobre actrices, sobre su naturaleza y diversidad, y que deja en claro a lo largo del metraje, en el mimetismo de las cuatro mujeres encarnando un mismo papel, a la manera de la Conchita de Buñuel en Ese oscuro objeto del deseo, pero en la medida en que se complementan y configuran un todo.
Pero como señala el título, lo que más brilla de esta cinta de Gonzalo García Pelayo, es su enfoque de las costumbres del carnaval, con sus coros, el desfile, las reuniones en los bares, el humor satírico de la chirigota, la unión del espacio urbano con las coplas eróticas que no buscan precisamente despertar el deseo, sino acaparar una nueva intersección entre lo que se ve y lo que se oye. Un punto aparte son las canciones de Fernando Ardúan, que logra meternos de lleno en la celebración, pero también en el espíritu del romance.
Con Alegrías de Cádiz, García Pelayo hace un cine fresco, lleno de comicidad y pasión, incluso de escenas de carácter amateur que pretenden dar la ilusión de cine de antaño, de su ensayo o posibilidad, que muy pocos osan a cambio de la perfección sin novedad.
Director: Gonzalo García Pelayo
Guión: Ivan García Pelayo, Pablo García Canga
Música: Fernando Arduán, Pablo Cervantes
Fotografía: José Enrique Izquierdo Bouza
Reparto: Jeri Iglesias, Beatriz Torres, Marta Peregrina, Laura Espejo, Rosario Utrera.
Productora: Tablada
Año: 2013
Duración: 117 min.
País: España