Por Ernesto Baca
¿Cuántos arcoíris puede crear la luz para el ojo no tutelado? ¿Cuán consciente puede ser ese ojo de las variaciones en las ondas de calor de un espejismo? Imagina un mundo vivo y resplandeciente, con objetos incomprensibles, con una infinita variedad de movimientos y con innumerables gradaciones de color. Imagina un mundo anterior a “En el principio fue la palabra” – Stan Brakhage
1. Intentaré delimitar los procesos de producción del cine experimental en aquellos que estén sujetos en torno a la imagen fotoquímica, a la imagen desprendida del cinematógrafo, del film que busque o logre manufacturar un lenguaje propio.
2.También quiero despegarme de las cuestiones regionalistas de la producción de este cine, como el denominado cine experimental mexicano, que me parece que esta forma de nomenclatura aparta de por sí la génesis misma del cine experimental, que intenta siempre de crear un lenguaje autónomo y más bien crear una crítica en cuanto a la identidad de natalidad de un film (Nación). Es una problemática que abordó la curaduría de la muestra Ism Ism Ism, que abordaré más adelante. El muro al que se enfrenta estos cines emergentes, son los ojos normalizadores del poder que dice institucionalmente en sus discursos: estos cines no nos representan. Entonces, la mayoría de estas producciones del margen son netamente independientes, porque lo medios de producción no están solventados por el Estado. Por eso, recaen a la categoría de la producción “Underground”. Si bien justamente este es parte del problema, ya que el cine experimental casi siempre hace crítica en cuanto a la construcción o deconstrucción de una identidad nacional, se niega al etiquetado.
Si bien la región es México, no es necesariamente mexicano el cine experimental. Es la misma problemática con la que se encuentra supeditada la muestra Ismo Ismo Ismo, que conglomeró gran parte del cine experimental producido por “latinos”. Una gran muestra, que pone de relieve la gran masa crítica de producción de los últimos cincuenta años de cine experimental en la región y que intenta romper esta idea de nacionalización de las cinematografías. Un intento que reafirma también romper la idea de que el cine experimental es monopolio del mundo anglo o centro-europeo. Ellos nunca serían “Ismo”, porque somos nosotros los que miramos a los “anglos” o a los de “centroeuropa”, y hacemos que el experimantal”ismo” funcione. Lo que vuelve de nuevo a crear un circuito de poder entre el centro y la periferia, entre México y lo mexicano, entre el amo y el esclavo.
Filosóficamente Ismo Ismo Ismo pone en evidencia esta mecánica de la que “ideológicamente” el cine intenta escapar. Así que es muy difícil analizar estos fenómenos artísticos, descontextualizados de su entorno, y de su línea histórica de tiempo. Es muy difícil llegar a que los gobiernos apoyen estos tipos de cines, porque en la lógica capitalista de la recuperación de taquilla, es nula en porcentajes. Sucede que hasta con las cinematografías “de bandera” de toda Latinoamérica, ninguna recupera los costos de producción.
Entonces, sujeto al lenguaje y la categorización, intentaré describir algunas ventajas y desventajas de la realización de cine experimental en México. Podría decir que la mayor ventaja que tiene, es que muchos laboratorios de revelados de films están funcionando activamente. Podríamos nombrar a los Estudios Churubusco, Labo, Filmoteca Unam, Lec, Lab Tank, que son los que están empezando a entender el cambio de paradigma de la producción de films (algunos laboratorios ya lo ponen en práctica). Ya que muchos de ellos, intentaban tener activos los laboratorios para la recepción de materiales a gran escala y eso, por lo pronto, no está sucediendo. Si tuviéramos que evaluar la existencia de estos laboratorios desde el punto de vista comercial, hace rato que hubieran cerrado sus puertas. Muchos han tenido que pelear sus puestos de trabajo, y directamente en algunos casos los quisieron convertir en museo. Así que casi milagrosamente están activos, ya que hay una pequeña parte de la industria y las escuelas de cine que aún siguen usando el film como soporte de sus imágenes. El otro porcentaje mínimo que mantiene vivo estos laboratorios, es por la existencia de una escena artística bien definida de cineastas experimentales, que se inclinan por la producción de 16mm y en algunos casos 35mm.
También, tenemos a instituciones que colaboran solventando el trabajo de artistas, como la Filmoteca de la Unam. El ya conocido, Laboratorio Experimental de Cine (LEC) que aglutina a la mayoría de los artistas de la región y funciona como usina de producción, y es catalizador de artistas extranjeros que puedan dar intercambio de conocimiento en cursos y talleres.
Para la exhibición de materiales también existe una red de festivales, centros culturales, espacios underground y cinematecas, donde los artistas visuales tienen la oportunidad de crear nuevos públicos, para sus propuestas alternativas. Podemos mencionar a los festivales como Ultracinema, que ya hace más de una década se dedica a cristalizar nuevas audiencias. También hay un espacio de cine-experiencias en la Cinemateca Nacional: Arkino y Experiencias en archivo, que funcionan regularmente de una manera autónoma y con agendas propias. También podríamos mencionar a La Pulquería “Los Insurgentes”, que mantiene un espacio de exhibición abierto a propuestas de cine expandido, casi siempre los miércoles a la noche. En el sur de la ciudad, está el Cine de la Villa Olímpica, que se está insinuando como un espacio potencial para convocar a una “Cineteca Metropolitana”. Podríamos mencionar también al Museo Tamayo, donde muchos artistas extranjeros proyectan sus materiales, (no tanto así los locales). Como institución privada, podrían tener un programa de apoyo para artistas locales, en especial para los que se encuentran fuera del Centro de la Ciudad de México.
De todas formas, la catedral de proyección de cine experimental está en “La Cueva”, en la Colonia de San Rafael, un espacio acondicionado especialmente para el pequeño formato; tiene un público cautivo y ávido de ver cosas nuevas. Ellos tienen proyecciones todos los fines de semana y están buscando tener una cartelera con películas de arte y de culto. Los que conducen el espacio vienen de la disciplina del cine, por eso tienen empatía con los artistas que allí exhiben.
Paralelamente, existe otro espacio dentro de los Estudios Churubusco llamado “Anarchivia”, que actualmente está mudando su sede dentro del edificio de los Laboratorios de Churubusco, en donde regularmente se hacen cursos y proyecciones de cine experimental. Ellos han logrado comprar mediante la colaboración de muchos artistas de la región, un proyector de 35mm, con la idea de empezar hacer proyecciones de materiales de ese gran formato. También cuentan con una amplia biblioteca de cine, un espacio para almacenar películas, una sala de edición de films, equipos de filmación en 35mm, proyectores de súper 8 y 16mm. Hay membresías con las que uno puede contar con los beneficios del espacio. Cabe mencionar que también que el LEC, está en un proyecto de armar algo dentro de Churubusco.
Hay otro espacio importante para el cultivo de nuevas cinematografías y ese lugar es el Panóptico, en el centro histórico de la Ciudad de México, en donde se hacen talleres de revelado y filmación “analógica” en super 8 y 16mm, y que ya hace varios años que funcionan para muchos como un pre-escolar de la disciplina. Allí dan sus cursos dos laboratorios artesanales: Lab Tank y Laboratorio Curioso.
Hasta aquí he nombrado los proyectos colectivos e instituciones relacionadas a la producción de cine experimental, y con apoyo de instituciones y de privados. También hay que mencionar los espacios virtuales en donde los artistas pueden evacuar, dudas de todo tipo, un chat llamado Mexperimental, parafraseando al libro de cine experimental de Rita González, que juega como un directorio de todos los “actores” que hacen este cine experimental. También sería importante mencionar el proyecto de Naomi Uman (la madre de este cine experimental de la región), que está desarrollando un proyecto de residencia para artistas que estén vinculados directamente con el cine experimental. Casi todos son proyectores personales y el desafío que se presenta en futuro próximo es la conformación de una asociación de todas la fuerza emergente para conseguir apoyos culturales. La desventaja es siempre la misma en este tipo de conglomerados de personas: artistas que siempre trabajaron en soledad y que les cuesta asumir dinámicas grupales, que les cuesta asumir una etiqueta necesaria para encontrar un espacio en la góndola del mercado audiovisual. Así que que se asumirá como “el otro cine mexicano”. ¿O no?
Los proyectos artísticos y de espacios son innumerables, podría nombrar algunos:
Estudio y laboratorio de Annalisa Quagliata (Cine la Cueva).
Colectivo “Los ingrávidos”
Los proyectos de Bruno Varela (Oaxaca)
Laboratorio Curioso de Andrés Pardo (Cuernavaca)
Colectivo “Malamakina”- de Daniel Valdez, Ernesto Baca, Martin Molina, Mariya Nikiforova
Proyectos de cine expandido de Jael Jacobo y Ezequiel Guido.
Elena Pardo y Morris Trujillo (LEC)
Michael Ramos Araizaga (Ultracinema, Arkino)
Tzutzu Matzin ( Experiencias en archivos)
Aaron Ruiz Zubieta (Doxa Films)
Gregorio Rocha, Juan Pablo Zárate, Antonio Bunt (Anarchivia).
Jose Antonio Cordero en la Pulquería “Los Insurgentes”
Hay más personas detrás de cada proyecto que injustamente no fueron nombrados por falta espacio. Son numerosas las personas que intervienen, participan e invierten en la creación de la escena de cine experimental, es por eso que elabore este panorama. Curiosamente, hubo una escena de cine experimental en los 70’s, que terminó por mutar al video arte, y que existe un puente de conexión con los artistas del presente. Pero a mi juicio, mantengo una firme sentencia: producir cine experimental en la actualidad es más difícil que en los 70’s ya que la materia escasea y uno depende si tienes un laboratorio donde procesar el material. En los 70’s tenías donde comprar film y procesarlo, sin demasiados problemas, era más fácil que ahora. Si no fuera por los artistas de ahora, el público vería al fílmico en videos o en museos.
Se ha filmado mucho en México, y curiosamente también se ha abierto el mercado del footage: material que compras muy barato en los mercados de barrio, y que escaneado en alta resolución, puedes vender a las productoras de publicidad por un precio más alto. Este es un ejemplo claro que hay una necesidad actual para este tipo de material.