PANORAMA: EL FUTURO DE LUIS LÓPEZ CARRASCO

PANORAMA: EL FUTURO DE LUIS LÓPEZ CARRASCO


Por Mónica Delgado

Noche de luna llena post Franco, una fiesta interminable que se extiende en una resaca de tres décadas, la movida española sin traducción más allá de su hedonismo, su individualidad o su liberación, a través de la sensibilidad de una cámara de 16mm que se detiene cercanamente en rostros y bailes. El cineastaLuis López Carrasco devela en El Futuro una doble intención: la simulación del material encontrado, bajo una estética de la home movie depurada, donde el invitado que filma juega un rol de entomólogo, detenido estrictamente en captar detalles de grupo, en cómo desarrollan sus conversaciones (porque apenas si se oye lo que los personajes dicen), en cómo se «comportan» en esa noche de amigos bajo el influjo del alcohol y las drogas, en cómo comparten la intimidad o la misma corporalidad reflejada en un poco de leche materna ofrecida como si fuera una santa hostia de hermandad; y en la abstracción de ese juego de la edición abrupta, acompañada de canciones de la época como voz sentimental y política total.

El futuro (España, 2013) comienza con una pantalla negra que sirve de fondo para escuchar el discurso de promesa y de invitación hacia la recuperación en este periodo de transición que el cineasta ubica en 1982, en palabras del político Felipe Gonzáles, tras cuarenta años de dictadura. Optimismo, deseo de reconstrucción desde lo político y social, con su aura de vigencia inclusive, para luego dar paso a la habitación de un personaje en un sofá, bebiendo, a la espera quizás del momento que confirme esta posibilidad de cambio. Luego López Carrasco va a mostrar los interiores de una fiesta, en un piso de Madrid, que estará gobernada por la música del lugar: Aviador Dro, Ciudad Jardín, Última emoción, Fanzine, entre otras bandas y que se intercala con temas de otros grupos europeos, pero cuyo uso dentro de la puesta en escena reclama una doble consideración: como premeditada revelación del espíritu cuestionador bajo la sombra de los personajes en celebración, o como simple música diegética dentro del tumulto del festejo.

Luis López Carrasco (Murcia, 1981), co fundador del colectivo Los Hijos, trabaja junto a Ion de Sosa en la fotografía en 16 mm para imitar la fidelidad del estilo de las películas de los ochentas grabadas en 16 mm y que reflejaron el espíritu desenfadado de la época, donde algunas escenas recuerdan momentos de Arrebato de Iván Zulueta o de los inicios del Almodóvar más camp. Pero El futuro no solo quiere encontrar similitudes con el cine español de la Movida en su puesta formal, sino también con claras referencias del underground newyorkino de Cassavetes, Pennebaker o Warhol, que también se llega a contagiar en el alma con esos encuentros furtivos de baile que retrató Rohmer en su Noches de Luna Llena.

El futuro se ubica en un piso madrileño del año 82, donde hay espacio para que un tema de Aviador Dro, Nuclear sí,  se detenga en fotografías de mediados del siglo que no pronosticaban precisamente ese futuro en el que se ubica la narración del filme. En el ejercicio del montaje, de propósito tosco, que transita en «recuperar» el material de inicios de los ochenta, también se dejará mostrar las imperfecciones, recortes negros sobre los rostros de los personajes, casi al final, denotando la supresión de la identidad, para dar luego a tomas actuales, en el fin de la resaca y en medio de una nueva crisis, de otro tipo, pero quizás con las mismas interrogantes.

Luis López Carrasco quiere una película de sonido sucio o incluso de silencios, donde el peso no está en las confidencias de los personajes, ni en sus extrañas reflexiones sobre el sexo, las drogas o el terrorismo vasco, ni en las exclamaciones ante el sabor de la leche materna recién probada ante una mujer que no teme colocar el pezón entre los labios de sus compañeros de fiesta, o en un psicodélico diálogo bajo una mesa. Importa el hecho de sus gestos, de sus insinuaciones, de sus accciones liberadas de la palabra, en estado puro de observación, delimitadas por la voz moral y controversial de las canciones que los gobierna como atmósfera de lo posible. Así, El futuro traza una galería de seres en vitrina, que cobran vida a través de una cámara que los rescata hacia el presente como si se tratara de un material de archivo, encontrado en algún desván o basurero, abiertos a la salvación del espectador, más de treinta años después.

El Futuro
Dirección: Luis López Carrasco
Guión: Brays Efe, Luis López Carrasco, Luis E. Parés
Producción: Ion de Sosa, Manuel Calvo, Roberto Butragueño, Luis Ferrón
Fotografía: Ion de Sosa
Actúan: Lucía Alonso, Queta Herrero, Rafael Ayuso, Sergio Jiménez, Marta Bassols
España, 2013