Por Mónica Delgado
Es con sus documentales que el director austriaco Ulrich Seidl difumina mejor las fronteras de los motivos que gobiernan sus ficciones. Los fanáticos religiosos, los obsesivos sexuales, los maniáticos de todo calibre, o simplemente el detenimiento en la lógica de algunos personajes sumergidos en la decadencia de Occidente: la alienación misma convertida en objeto de culto. Desde los frenéticos amigos de las mascotas en Animal Love (1994) , pasando por las mujeres piadosas entregadas a dios de Jesus, You Know (2003), en In The Basement (2014) propone una galería de seres disímiles empoderados a partir de alguna práctica singular: un admirador del nazismo, un pistolero frustrado, una mujer madura que mantiene oculto su amor por las “reborn dolls”, sadomasoquistas y masoquistas y amantes de muebles vintage. Como si la línea que los separa de los personajes de la trilogía Paradise, Dogs Days o Import/Export apenas se visibiliza. En la Austria de Siedl, las realidades no superan a las ficciones, sino que se mimetizan, se hermanan, se soportan entre sí.
In The Basement mantiene el mismo estilo de las películas de Seidl, los planos fijos distanciados, los retratos vivos de los personajes mirando a la cámara por segundos, los testimonios a modo de confesiones, los actos que se repiten para mostrar no la cotidianidad sino su rareza, anomalía o enfermedad. Aquí la galería de personajes está dispuesta a compartir con el mundo el orgullo del poder sobre su intimidad, en esos sótanos o garages donde se han creado propias leyes y estímulos. Si bien en este documental el objeto de la pasión de los retratados es diverso, a diferencia de la religión en Paradise: Faith o en Jesus, You Know, o del amor bizarro en Animal Love, por ejemplo, a Seidl le interesa captar aquello más allá del objeto mismo del deseo, lo que se disocia de las filias y parafilias, y que queda como evidencia de un trastorno social que se repite una y otra vez. Algo similar hay en la alemana El Incompleto (2013) de Jan Soldat, que narrada bajo el estilo Seidl, relaciona esta fijación de un masoquista con el pasado y daño nazi.
¿Cuál es la intención de aglutinar estos fanatismos diversos? ¿Sacar a flote algún trauma generacional? Es interesante cómo Seidl va acumulando estos fragmentos de vida de una serie de personas en una primera instancia de presentación, para luego ir insertando algunas subhistorias, o incluso solo algunos planos que parecen ajenos al eje común del documental, como la de los adolescentes en pleno ocio mirando a la cámara o la de las amas de casa que están esperando el lavado de ropa en un sótano anónimo, dónde quizás no hay tiempo para desarrollar alguna filia o fetichismo. El problema no está en los adolescentes ni en las amas de casa, pareciera decir Seidl (o quizás aún no es tiempo para explorar qué tipos de filias tienen), sino más bien explorar las obsesiones más relacionadas con hechos históricos culturales en sí, como el fascismo y nazismo (como el modo en que el cineasta explora la pasión nazi a punta de cenas y chistes sutiles) y sus consecuencias en el espacio de lo privado. El sótanos ya no es un asunto de cuatro paredes, sino un problema estructural grueso, tan difícil de solucionar, como el intento de la mujer masoquista por salir de una jaula que apenas la puede contener.
Director: Ulrich Seidl
Writers: Veronika Franz (idea & concept), Ulrich Seidl (idea & concept)
Stars: Fritz Lang, Alfreda Klebinger, Manfred Ellinger
Year: 2014
Country: Austria
Runtime: 81 minutes
Documentary