Por Mónica Delgado
En Scaffold, Kazik Radwanski se afirma como un cineasta interesado en trabajar con sumo cuidado el fuera de campo en relación a una radiografía social. Planos del fragmento para dar cuenta de la situación de los trabajadores migrantes en una Canadá de suburbios, donde más allá de la empatía entre los de “afuera” y los de “adentro”, se propone el ensamblaje de un dispositivo de planos muy cercanos de manos y sus acciones, para evitar rostros y gestos.
Radwanski propone desde la historia de dos hombres de origen balcánico, obreros que trabajan en andamios para realizar pequeñas labores de reparaciones, un protocolo de relación con los caseros y contratantes, de clase media, sobre todo con mujeres, que aparecen adentro de sus casas, asomándose a las ventanas, para dar indicaciones u ofrecer café. Así, este afuera/dentro se convierte en una analogía mayor de desarraigo, o de incompleta inserción en la cotidianeidad. A través de estos códigos sociales, el cineasta canadiense construye una sensibilidad en torno a “cómo mira un migrante”, y desde dónde mira, desde la inestabilidad, donde los comentarios puntuales sobre el día a día del vecindario ayudan a esbozar una tranquila jornada de trabajo.
En este mundo laboral, estable en la medida que lo permite el andamio que lo sostiene todo, incluso la observación del vecindario, las acciones de las manos dan sentido. Como en el cine de Bresson, definen a los personajes, lo que son y qué perciben desde estos movimientos, pero aquí solo desde el trabajo, en planos que jamás los colocan de cuerpo entero. Adivinamos sus rostros, sus gestos, sus miradas ante las preguntas o respuestas de las personas que lo contratan. Esta alma que aparece a través de las manos, ya no tiene la sublimación de antaño, como embajadoras de determinada espiritualidad (“el alma hace a la mano”, parafraseando a algún metafísico místico) sino que grafican estas formas de relación contenidas, programáticas, de mundos amables que no se mezclan, regidos por las normas del trabajo y sus convenciones.
Radwanski elabora en este cortometraje de quince minutos, un meticuloso estudio de la migración, desde sus formas y códigos, de su necesaria contención y diplomacia en un mundo nuevo. Los andamios vistos y sentidos como plataforma precaria y momenánea, inestable, que se vuelve metáfora del hogar que se hace desde uno mismo, que se eleva para poder permitir ver el entorno para lograr una pequeña posibilidad de igualdad.
Director: Kazik Radwanski
Guion: Kazik Radwanski
Productores: Daniel Montgomery, Nikolay Michaylov, Kazik Radwanski
Fotografía: Nikolay Michaylov
Sonido, Música, Edición: Ajla Odobasic
Reparto: Jasmin Geljo, igor Drijaca, Nicole Fairbairn
Canadá, 2017