PANORAMA: THE CHALLENGE DE YURI ANCARANI

PANORAMA: THE CHALLENGE DE YURI ANCARANI

Por Aldo Padilla

El discurso del exceso y la extravagancia en el cine es un recurso que camina en una constante cuerda floja , ya que pequeños detalles pueden llevar a esas excentricidades al terreno de la vulgaridad, propia de un film que simplemente busca el impacto instantáneo. Aunque por otro lado el exceso manejado de una manera adecuada puede acentuar una realidad muchas veces oculta o generar en el espectador una apertura mental producto de situaciones que eran inimaginables.

La ostentación de la riqueza genera una reflexión sobre la relación que cada grupo de personas tiene con sus bienes, planteando la relativización de la importancia que tienen estos en nuestra forma de vida. Si la demostración se muestra como banal es difícil lograr una conexión con aquella gente que gasta grandes cantidades de dinero en temas superfluos a vista del espectador, pero si la película muestra de manera cercana y natural esa relación de la gente millonaria con sus pasiones es posible que lleguemos a una comprensión de sus motivaciones.

En The Challenge, el director italiano Yuri Ancarani documenta distintas aficiones de la alta sociedad catarí, capturada en medio del consumismo más salvaje, pero que se contrapone a las fuertes tradiciones que prevalecen, desde las más antiguas como la cacería con halcones hasta nuevas costumbres árabes, como la conducción en dunas. Precisamente el choque de tradición y modernidad se hace presente en estas competencias de cacería, en las cuales a pesar que los competidores ruegan a Dios que sus halcones logren su objetivo, se alcanza a ver un uso de tecnología avanzada mediante drones de última generación para su entrenamiento. Toda la película es un constante choque temporal, ya que mientras los hombres se alojan en carpas en pleno desierto se los ve consumiendo televisión satelital y videojuegos.

El director mantiene un sano equilibrio entre su mirada incisiva e irónica y la imagen que quieren dar los protagonistas. El autor no juzga, evita tajantemente voces en off y minimiza los diálogos, dejando que la cámara sea la protagonista, ya sea en el seguimiento de unas motocicletas de lujo a través de la carretera, en pruebas de potencia de autos todo terreno tratando de vencer a las dunas del desierto, o el reto mayor de incluir la visión de un halcón mediante una cámara adherida, que alcanza a percibir al instinto del ave, sus diferentes estados de alteración cuando está en cautiverio o el planeamiento que realiza cuando está en plena caza.

Llama la atención la ausencia total de la figura femenina en todo el documental, ya que ni siquiera se alcanza a ver una mujer en segundo plano en todo el metraje, es posible que durante el montaje se decidiera recortar toda imagen femenina para que lo invisible también este presente y que sea un reflejo del tercer plano que ocupa la mujer en las sociedades del medio oriente.

Pocas veces se ve a la cultura árabe de una manera tan íntima, más allá que tanto lujo pueda convertir en inverosímil ciertos tramos de la película (jets privados solo para halcones). El desierto cobra vida y el cineasta se dedica a mirar sin condescendencia o inferioridad a los habitantes, a la vez que invita al espectador a adquirir esa misma mirada desprejuiciada.

Dirección: Yuri Ancarani
Fotografía: Yuri Ancarani
Montaje: Yuri Ancarani
Música: Lorenzo Senni, Francesco Fantini
Productor: Christophe Gougeon, Tommaso Bertani, Fabrizio Polpettini, Pierre Malachin
Producción: La Bête, Ring Film, Atopic, ARTE France – La Lucarne
País: Italia, Francia, Suiza
Año: 2006