Por Malena Martínez Cabrera*
¿Cuán lavados están nuestro cerebro y nuestro lenguaje cinematográfico por el male gaze?
El primer foro del evento Una nueva gramática femenina en el cine ha llenado la sala del Stadtkino de Viena. Un grupo de mujeres del cine europeo reflexionan en esta ciudad sobre esta peliaguda pregunta – que como las que valen la pena están hechas en primera persona (plural): How brainwashed we are?
Siguiendo la ruta y los desafíos que los movimientos feministas encuentran a su paso, la reflexión propuesta para estos encuentros se erige en base a la teoría que la cineasta Nina Menkes plantea en su film-ensayo-clasemaestra Brainwashed: Sex-Camera-Power (Cerebros lavados: sexo-cámara-poder). En su análisis del lenguaje cinematográfico (de)muestra cómo la mayoría del cine que se nos ha (im)puesto como referencia de obras maestras es un cine definido por una ‘mirada masculina’ (male gaze) específicamente en lo referido a la representación de los cuerpos femeninos. Más de una centena de filmes caen bajo su bisturí visual.
Ver la paja en la imagen ajena siempre será un ejercicio más fácil que buscarla en la propia, como sabemos. Por ello la pregunta a resolver es: ¿Cuánta resistencia cognitiva, independencia mental, o lealtad propia cuesta sobreponerse a este lenguaje para no reproducirlo a la hora de elaborar nuestro propio cine? En el contexto peruano y latinoamericano, no sumar “la mirada blanca” (white gaze) a nuestro análisis del “cine maestro” sería caer en la mera demagogia. Un feminismo no interseccional se puede hacer ‘algo tolerable’ en una ciudad europea como Viena, pero no en nuestros países mestizos.
A continuación algunas cápsulas empoderadoras surgidas de este panel entre Céline Sciamma (directora y guionista francesa), Christine A. Maier, directora de fotografía austriaco-alemana), So Mayer (historiadora de cine y activista inglesa), y el público.
¿Nuestro cerebro está lavado entonces?
“En el cine que hemos visto de niñas no hemos visto roles fuertes de mujeres. En Robin Hood, Marianne era el personaje aburrido, no nos ha quedado otra que identificarnos con el que queda: Robin”. “En mi trabajo con Jasmila Zbanic sobre la masacre de Srebrenica (Quo Vadis, Aida?, 2020) tuvimos largas conversaciones sobre cómo no reproducir la guerra ni la violencia como espectáculo”. “En mis primeros filmes me tuve que negar a hacer ciertas escenas sobre mujeres, en uno perdí mi trabajo”. (Christine Maier)
“¿Identificarnos con el esclavo, o identificarnos con ‘el señor’? ¿Dónde estoy yo, como espectador/a, cuando me identifico con ellos?”. “Sí, tenemos el cerebro lavado, es cierto, pero nuestro cerebro ha logrado a la vez hacer mucho más que eso” (So Mayer).
“No sólo es que nuestro cerebro haya sido lavado sino que se nos ha desconectado de las narrativas que sí nos hubieran aportado”. “Hay autoras de cine extraordinarias que no hemos podido conocer o hemos conocido ya muy tarde”.
“¿Cuál es el cine que hubiéramos querido ver de adolescentes? Lo que nos queda es hacer hoy el cine que hubiéramos necesitado encontrar entonces para afirmar nuestras identidades”. (Céline Sciamma)
“Todos y cada uno de nosotros conoce y domina la narrativa patriarcal” (Céline Sciamma)
“Desaprender esa narrativa y aprender a ser leal a la propia percepción o aproximación toma tiempo”. (So Mayer).
“Mucho tiempo perdido de las mujeres se va en dudar de sí mismas” (Christine Maier).
¿Y qué pasa con el cine de incontables escenas de sexo een esas obras maestras que en primera instancia nos sexualizan?
“El cine es el arte de la ilusión”. (Pero) “El placer del cine es sentir esa ilusión y saber también que detrás no se esconde la impunidad. Que cada cosa ha sido elegida voluntariamente”. “En el espacio norteamericano el único reducto de cine que queda en ese sentido es el de la animación, porque nos queda claro que todo allí ha sido elegido conscientemente”.
“Una escena sexual debería ser tan intelectualmente concebida, y tan pensada, como cualquier otra” (Céline Sciamma).
El evento Perspectivas feministas, incluye paneles, debates y proyecciones durante dos días. Ha sido organizado gracias a la colaboración de dos colectivos feministas del cine: Die Regiesseur*innen (asociación de directoras y directores de cine) y FC Gloria (asociación de mujeres del cine en Austria) así como de las curadoras del cine Stadtkino. Los paneles se llevan a cabo en inglés y cuando sean publicados en Internet les compartiremos los enlaces en desistfilm.
*Malena Martínez Cabrera, cineasta cusqueña especializada en cine de lo real, trabaja entre el Perú y Austria.