Por Carlota Moseguí
El debut del cineasta indio Ivan Ayr se alzó con el premio a la mejor película en la segunda edición del Pingyao Crouching Tiger Hidden Dragon International Film Festival. Estrenado en la competición Orizzonti de la flamante edición del Festival de Venecia, Soni ofrece un retrato desolador del sistema patriarcal de la India desde los ojos de dos mujeres que pertenecen al cuerpo policial. Este estandarte feminista, construido a partir de una infinita colección de planos secuencia asfixiantes que evocan a la dirección de Kantemir Balagov en Tesnota, arranca con una larga toma en la que la protagonista, vestida de civil, sufre una tentativa de violación por parte de un desconocido que la persigue de camino a casa. Soni (Geetika Vidya Ohlyan) trabaja en el turno de noche de una operación para reducir las conductas de acoso y el número de agresiones sexuales a mujeres de Nueva Delhi. Sin embargo, el cineasta novel no ha querido revelar esa información durante la secuencia de apertura para que ésta tenga un mayor impacto en su audiencia.
Ese prólogo aterrador es el único instante de la película en que el espectador puede ver a la protagonista bajo la mirada de todos los violadores en potencia que intentarán agredirla a lo largo de la ficción. La joven solitaria que regresa a su apartamento a altas horas de la madrugada parece el blanco perfecto. Sin embargo, nadie imagina que es una agente de la ley, capaz de tumbar de un solo asalto a cualquier individuo del sexo opuesto. Soni se enfrenta a esas situaciones a diario. Y, para salir con vida de ellas, la chica se ve obligada a hacer uso de la violencia. Por ese motivo, ha acabado acumulando una extensa lista de pleitos por ataques contra civiles o abuso de la autoridad que hacen peligrar su puesto de trabajo. Su superior Kalpana (Saloni Batra) –la única mujer que ha alcanzado el rango de superintendente en la comisaria– será quien decida si Soni debe ser expulsada, o no, del cuerpo de policía.
En la India de Ivan Ayr, la mujer no tiene derechos como ser humano, ni si quiera cuando ésta encarna el rol de autoridad. La película pone en escena el castigo que recibirán las dos únicas mujeres que osan cuestionarse o rebelarse contra el sistema patriarcal de su país. Soni muestra la asimilación de ese rol de inferioridad de la población femenina mediante el uso del plano secuencia. El director transmite la sensación de ahogo de las mujeres indias a través de los movimientos de cámara, cada vez más herméticos, y sin margen de maniobra en los exteriores y espacios cerrados.
Sección: Crouching Tiger Competition
Dirección: Ivan Ayr
Guion: Ivan Ayr, Kislay Kislay
Fotografía: David Bolen
Reparto: Geetika Vidya Ohlyan, Saloni Batra, Vikas Shukla, Mohit Chauhan
Productora: Kartikeya Singh, Kimsi Singh
India, 2018, 97 minutos