Por Mónica Delgado
Tras su paso por el Festival de Karlovy Vary, A certain kind of silence es un thriller estilizado que recuerda a los temas usuales del cine de un inicial Yorgos Lanthimos o de un Ulrich Seidl, en la medida que se concentra en describir de manera fría intimidades atosigantes, que reflejan un estado social oprimido y totalitario. Dirigida por el debutante Michal Hogenauer, se trata de un film de contenciones, sobre la llegada de una joven niñera a una casa de formalidades, protocolos y ritos, con el fin de cuidar al niño de la familia. Poco a poco, ella se irá asimilando a este entorno viciado, donde prima la idea de comunidad sin voz ni voto.
El checo Hogenauer se adhiere fácilmente a algunos preceptos de estilo de los cineastas que menciono líneas arriba: traducir algunas taras sociales en metáforas, como la casa como una arcadia de grises y azules (en un logrado trabajo de Gregg Telussa), que inevitablemente refiere frialdad, gama que busca transmitir las atmósferas de un espacio limitado y opresivo. Como en Canino de Lanthimos, se abre paso la idea de un lugar de sometimientos y reglas donde nadie parece estar disconforme, y donde el padre controla toda la vida familiar. Pero más que climas, lo que el cineasta propone es un punto de vista, desde la mirada de Micha (Eliska Krenková), la joven migrante que llega de intercambio a esta ciudad que puede ser cualquier lugar europeo, para descubrir y asimilarse dentro de estos interiores -y sus personajes con alma de robots- de un sistema de control basado en parafilias o pulsiones leídas como aprendizajes y amor filial.
Quizás lo que más llama la atención de A certain kind of silence es su referente real, el de evocar acciones de la denominada Doce tribus, una secta que basa sus preceptos en normas para educar a niños como si aún estuviéramos en el siglo XIX: latigazos, que derivan en un masoquismo temprano, educación alternativa y un sistema jerárquico liderado por hombres (inevitable la relación con el mundo de la serie Handmaid’s tale). Pero el referente se cita al final, percibiéndose como el clásico aviso que va al inicio de los films, a modo de “basado en hechos reales”, lo que convierte todo lo visto en una advertencia o lección.
También el film, que compite en la sección Crouching tigers del festival de Pingyao, intercala algunos momentos de la historia de Micha en la casa, con escenas de un interrogatorio donde ella va afirmando o negando diversas situaciones que ponen en peligro la vida de los niños a cargo, ante autoridades de asistencia social. Quizás esta intromisión se vea como innecesaria, y en algunos momentos hasta enfática. De todas formas, se destaca en A certain kind of silence, el proceso de transformación del personaje de Micha, de extranjera que se convierte en un miembro más de la comunidad, que más como vía de aceptación, gana más viéndose como un aspecto sicológico proclive a la captación, donde su vulnerabilidad en un país desconocido la motiva a fiarse de esta nueva familia de terror.
Sección Crouching tigers
Director: Michal Hogenauer
Guionistas: Michal Hogenauer, Jakub Felcman
Productor: Petr Oukropec
Fotografía: Gregg Telussa
Editor: Michal Reich
Música: Filip Misek
Directora de arte: Laura Dislere
Productoras: Negativ, Circe Films, Tasse Film. Eliska Krenkova, Jacob Jutte, Monic Hendrickx, Roeland Fernhout
República Checa, Holanda, Latvia, 96 minutes