Por Mónica Delgado
En Avanti Popolo (2012), la ficción de Michael Wahrmann, sobre la recuperación de diversos films en Super-8 que buscan reconstruir la memoria de un hermano e hijo desaparecido por la dictadura en Brasil, se incluye casi entera Recuerdos da República, trabajo del año 2002 de Marcos Bertoni, quien también aparece en el filme proyectando bajo el influjo del sonido del dispositivo en acción. Este inserto permite reconocer y afirmar una sensibilidad de lo artesanal y a la vez un mecanismo de diálogo crítico con la realidad desde lo político. Si el protagonista encarnado por André Gatti está a la búsqueda de esa recomposición física de una memoria desde el Super-8, Marcos Bertoni y su trabajo llegan como si fueran aquello que permanece, muta y configura un nuevo sentido.
Recuerdos da República es una de las primeras obras que Bertoni adhiere a lo que él mismo denomina como Dogma 2002, un movimiento en respuesta al Dogma 92 danés, y que cuenta con un manifiesto y con un solo miembro, él mismo: “Se prohíbe filmar. Se permite reciclar, montar, doblar. Siempre en Super-8″. Esta devoción por el reciclaje y el absolutismo libre del montaje y remontaje es recuperado como emblema de una voluntad de reconstruir con lo que ya hay, y que Michael Wahrmann utiliza como metáfora para la recomposición de una memoria que no necesita ser fundada de nuevo, sino hurgada y rearmada.
Pero Bertoni no vuelve a la vida del cine con esta inmersión dentro del universo de Avanti Popolo. Más bien su participación en el film es casi un homenaje a esa persistencia desde un fuera de campo eterno, de un soporte cuasi marginal, aquí subvertido de su usual fin íntimo a una dimensión social. El Super-8 para Bertoni es parte de una estética de apropiación y reinvención.
Los inicios de Bertoni en el cine datan de fines de los setenta, y no distan de lo que propusiera a inicios de los dosmil con su Dogma. A lo largo de los años, ha mantenido un mismo espíritu lúdico y subversivo, bajo un sentido del humor que en muchos casos rozan o abordan por completo el trash y lo camp. Pero no solo eso, hay una relación fuerte con un contexto de represión que su cine busca horadar.
Estuve con Marco Bertoni durante su visita en A Coruña, en España, en la sexta edición de la Mostra de Cinema Periférico, donde se presentaron seis trabajos que recorren más de treinta años de amor al Super-8: Cleopatra (1979), Cores (1985), A Revolução das Massas (1983), No Fundo do Poço (2005), la magnífica Cocô Preto (2003) y su más reciente trabajo Môr (2014). Esta muestra fue un estreno en España y el primero fuera de Brasil.
Desistfilm: ¿Cómo fue tu acercamiento al Super-8?
Marcos Bertoni: Mi amigo Sergio Massini me introdujo en el microcine, en 1974 o 1975. Me fascinaron aquellos equipos, cámaras pequeñas, una de las mejores cámaras después de la Bolex, donde podía intercambiar lentes. Con esta cámara empezamos a hacer pequeñas animaciones, puro experimentos. Antes de eso me gustaba el cine como un todo, como lenguaje. Este encuentro con el Super-8 fue una puerta, una gota de agua, como se dice en Brasil. Descubrí así una técnica, muy barata de hacer, que hasta los niños podían usarlo. Yo tenía 18 o 19 años y vi que era posible practicar el cine desde mi casa.
Desistfilm: Si ya te fascinaba el cine, ¿qué tipo de películas eran las que veías?
Marcos Bertoni: Veía todo tipo de cine, bastante cine clásico, Alfred Hichtcock, Luis Buñuel hasta Woody Allen. Veía bastante cine comercial, porque me gusta ver cómo se construyen las historias, hasta hoy. Lo que me gusta del cine es su poder para contar una historia, poder hacer materializar una ficción que imagino, que pude ver en la calle…
Desistfilm: Y es en ese contexto que surge hacer un filme como Cleopatra…
Marcos Bertoni: Sergio Massini, quien trabaja hasta la actualidad en animación, llegó con el argumento de Cleopatra, y me pareció divertido, ya que sería una película que parafraseaba la clásica película de la Century Fox, con Liz Taylor, pero aquí toda la producción estuvo a cargo de una pequeña productora que acabamos de fundar, Luma films, y que mostraría al mundo que para hacer un filme no se requiere la misma megaproducción que la Cleopatra original, sino más bien casi nada de dinero. En mi Cleopatra yo mismo dirigí, edité, y encarné a casi todos los personajes, pero porque implicaba economizar. Cleopatra nació impulsada por un festival que organizaba una tienda donde se compraba película. Empezamos a trabajar un mes o dos meses antes de que se vencieran las inscripciones y esto fue una gran motivación. Cleopatra estuvo luego en festivales internacionales, como el de Igualada en España. En Colombia ganó un premio también. En ese viaje se perdió una parte pequeña del inicio de la película de dos o tres minutos, y que luego realizamos de nuevo, y quedó igual.
Desistfilm: En Cleopatra, en este juego actoral dentro del humor que propones, de que encarnas a diversos personajes de modo extravagante, me recuerda a esa necesidad de lo físico y lo polifacético que se puede encontrar en films de Jerry Lewis o en algunos papeles de Blake Edwards, donde los vemos ser hombres de mil caras.
Marcos Bertoni: Pensamos Cleopatra como una serie de situaciones bizarras, caricaturescas, ya que no se trataba de que yo encarnara cuatro o cinco personajes sino todos, hice de Cleopatra, de Marco Antonio, de los bebés gemelos, de los esclavos, y lo hice también motivado por el uso de gags. Un mismo actor haciendo varios personajes siempre será divertido porque se percibe como una broma más.
Desistfilm: ¿Qué películas hiciste antes de Cleopatra?
Marcos Bertoni: Antes de Cleopatra hice una película que se llamaba Bessio, un nombre de Brasil, y que se trató de un personaje pro ecología que vivía en un jardín, un ser mutante, para el cual usamos seres animados, en Super-8 también, y que se realizó en 1975. Pero este trabajo no se completó. Luego hicimos un segundo trabajo de ficción en 1978. Cleopatra fue el tercer trabajo.
Desistfilm: Ya que mencionas el tema ecológico, parece ser que este tema fue una motivación para estos trabajos iniciales, pero que parten desde algunos códigos de la ciencia ficción o el fantástico.
Marcos Bertoni: Tanto en Sangre de Tatu como en Cocô Preto hay un interés en mostrar el desequilibrio de nuestro planeta. La ecología no es una obsesión en mi trabajo pero si tengo varias películas que tratan de estos temas. Tengo entre 25 a 30 películas, muchas de ellas de diez minutos de duración. La mitad no trata de ecología, o de ficción científica, sino mas bien son historias ficcionales de amor o aventura. Cuando trabajo no me preocupo por un tema en sí al hacer una ficción, o pensar si será documental. El guión se altera muchas veces en el mismo proceso de montaje.
Desistfilm: En Cocô Preto ya hay claramente esta apuesta por el reciclaje y la reinvención.
Marcos Bertoni: Cocô Preto está hecho de retazos de fotogramas, pedazos pequeños que vienen de otras películas, que son versiones o reediciones del cine comercial para Súper 8 casero, que en los ochenta se alquilaban como pasó luego con el video, y yo me apropié de ellos para completar el guión.
Desistfilm: El Cleopatra hay un uso de “efectos especiales”, a través de la yuxtaposición de fotogramas, que dan la sensación de ese cartón piedra de los films históricos de Hollywood y que brindan efectivamente una cuota muy humorística.
Marcos Bertoni: Massini trabaja con animación digital ahora pero en los tiempos de Cleopatra él inventó un truco en Super-8, y debe ser el primer recurso de esta naturaleza para el formato, porque proporcionaba una serie de trucajes de cuadro a cuadro, de posición de escenas y lo hacía todo con la Truca, que era una cosa de plástico, hecho con legos, que en Brasil se llama montebras, a lo que añadió un motorcito, fotograma por fotograma, con un propulsor en la cámara y que se hacía en un proceso de posproducción.
Desistfilm: En Cleopatra también hay un uso especial de la música.
Marcos Bertoni: La música Cleopatra fue hecha por uno de los actores, Luis Nuñez Latrana, y que yo toqué a cuatro manos en el piano, como caricatura de una música de orquesta de superproducción de Hollywood.
Desistfilm: En Cores, un filme sobre una adolescente y su encuentro con un extraño, hay otro tratamiento visual, otro tipo de expresividad, de planos enfáticos, muy al cine soviético.
Marcos Bertoni: En Cores hay una cuestión contra el racismo y al mismo tiempo se habla de demonios, y trata sobre el mal, sobre su apariencia, y donde trabajo la inversión. Este aspecto fue difícil de trabajar porque era preciso crear una situación o expectativa y construir un personaje, la niña blanca, y en medio de la película lograr que los roles frente al hombre negro se inviertan sin decirlo todo. Considero a Cores como un boceto de un filme que puede ser mejor producido, ya que considero al guión interesante. Cores es una historia para un cortometraje de diez minutos pero que tiene significados múltiples, ya que es una historia de violencia, de racismo, de demonios y de posesión demoniaca.
Desistfilm: A Revolução das Massas es un film que recurre a la animación a lo Svanmajer. ¿Cómo te interesó este lado grotesco de la animación?
Marcos Bertoni: Esta animación de horror y de monstruos surge con hechos que sucedieron en Sao Paulo, de una revuelta en el centro de la ciudad en pleno proceso de transición democrática y la gente estaba desconfiada. Todo empezó con esta revuelta de los motoboys, y yo estaba muy cerca de esa zona porque yo vivía en el centro. Saqué la cámara, la puse dentro de una radio y empecé a filmar los saqueos a las tiendas y la represión de la policía que cercó toda la ciudad: nadie podía sacar fotos o filmar. Y es así como nace A Revolução das Massas. Yo no tenía ni guión ni argumento para iniciar este corto. Ese mismo día regresé a casa, revelé las imágenes y tuve la idea de continuar este documental pero con un personaje de ficción, la de un policía que entra en su casa, prepara una masa en la cocina, y se ve como esta masa, analogía del pueblo, va cobrando vida. El guion fluyó de inmediato, ya que había imágenes muy fuertes qué recrear.
Desistfilm: ¿Y cómo surge Cocô Preto? ¿También trabajaste un guión?
Marcos Bertoni: Siempre tiene que haber un guion, ya que el cine se hace en papel. Pero la dificultad de hallar pedazos que me interesaban para el montaje al final terminaron cambiando lo que se plasmó en el guión. En Cocô Preto hay imágenes de Sangre de Tatu, una supuesta entrevista a un director, que dura 25 minutos, y que yo quería completar como largometraje. Tengo una obsesión en mi trabajo y tiene que ver cuando empiezo un documental, ya sea registro encargado, me da voluntad de hacer ficción, con aquello que he filmado. A Revolução das Massas, Sangre de Tatu y otros films más son así.
Desistfilm: Cuéntame sobre Recuerdos da República, el film que se inserta luego en Avanti Popolo.
Marcos Bertoni: Recuerdos da República es un material del año 86 que yo mismo registré de mi propia exposición de artes plásticas, que consistía en esculturas. Es un registro de imágenes en Super-8, observé el trabajo en ese museo y la guardé por veinte años, en un día que llovió mucho. Luego empecé a hurgar en sacos de basura de diversos sitios que botaban películas, y hallé pedazos de Super-8 que comencé a montar y luego a doblar. Así surge Dogma 2002. En un festival en Curitiba encontré al único seguidor de este movimiento, un cineasta de Argentina que dijo trabajar bajo estos preceptos pero no he visto sus trabajos. No sé más.
Desistfilm: Dogma 2002 es un movimiento insólito.
Marcos Bertoni: Dogma comenzó en el año 2002 y fue un regreso con el Super-8 mucho más intenso porque siento que tengo que cavar fondo para obtener un pedazo de película que me interesa y luego incluirla en un proceso de montaje. En mi film más reciente, Môr, por ejemplo, tuve que poner pantalla en negro o letreros genéricos, que entran como metáforas abstractas de una situación donde el sonido sí logra transmitir mi propuesta ante la carencia de imágenes que necesitaba según el guión.
Desistfilm: ¿Cómo es que apareces en Avanti Popolo? ¿Ya conocías a Michael Wahrmann?
Marcos Bertoni: Sí, leí el guión completo de Avanti Popolo, ya que Misha Wahrmann de Uruguay me explicó perfectamente, a pesar de que en el día del rodaje me puse a improvisar. Todo empezó con la idea de un corto pero el asunto fue creciendo, añadiendo temas importantes la nostalgia política, situaciones de prisión o de buscar alternativas para la política en Brasil. Sabíamos bastante sobre lo que quería hacer el director y al final se decidió añadir Recuerdos da República a la mitad del film.
Desistfilm: Tu cine es distinto. ¿Has pensado en obtener subvenciones estatales para seguir haciendo más películas?
Marcos Bertoni: No tengo una pretensión de conseguir fondos a través de políticas de incentivo o cosas similares, porque no tengo paciencia para pedir patrocinios. Creo que los patrocinadores de los gobiernos no se sienten muy seguros con alguien que trabaja como yo, con mucha ironía, libertad de creación. Puedo cambiar un guion cuando desee y no quisiera estar supeditado a una cuestión de patrocinio.
Desistfilm: El tema con tus films es que casi todos están en Super-8 y no están en su mayoría digitalizados. Se encuentran en redes incluso algunos. Más bien hay un goce también en proyectarlos como parte de un ritual. ¿Piensas digitalizarlos?
Marcos Bertoni: No soy purista, pero no encuentro que sean un producto final, cambian con cada proyección. El Super-8 cuando no se proyecta pierde mucho, y tengo dos o cuatro filmes que están digitalizados, pero las personas que asisten a la proyección de una película hecha en Super-8 en digital quizás no comprenda por qué está fuera de foco, si los colores lucen extraños. El Super-8 es es otra energía y no es místico sino real. Pero creo que lo tengo que hacer porque mientras más tiempo pase, menos proyectores funcionarán. Es preciso hacerlo. Por ahora quisiera hacer más films en Super-8, hacer trabajos con blanco y negro, como una ya que nunca pude hacer. El Super-8 fue para mí una cosa inmediata, de espontaneidad, sin mucho proyecto anterior de captación de dinero. Si tenía poco de dinero compraba dos o tres cartuchos de tres minutos. No sé si existe o estoy forzando una situación con el Super-8 pero pienso que no. Es un desafío transformar y crear algo.