Por Aldo Padilla
Una idea que en apariencia se plantea como simple puede conllevar infinitas capas dentro de su concepción: el montaje de varias películas incompletas y que nunca vieron la luz, un ejercicio que describe perfectamente el título del film, historias que son divisibles entre cero y que nos llevan a ese concepto de la inconmensurabilidad. Cerca de trece films que se perdieron parcialmente en medio de problemas de producción, demandas judiciales o simplemente problemas creativos, son revividos en La Película Infinita de Leandro Listorti.
La historia de cada film ya sea conocida o no, nos remite al destino de miles de obras de arte, las cuales tienen una vida propia en diferentes etapas, a pesar de haber vivido la intensa etapa de la concepción, la realización se ve cortada bruscamente, lo cual no permite la interacción con una mirada ajena. Listorti busca una recuperación para estos films perdidos y va muy acorde con su trabajo en el Museo del Cine de Buenos Aires, donde es curador.
Si bien la recuperación de films es un trabajo que se hace comúnmente, como es el caso de La Telenovela Errante de Raúl Ruiz, esta era una obra cuyo rodaje había estado terminado. El caso de los films que se ven en La Película Infinita se entiende que apenas habían sido rodados, por lo cual su recuperación individual no era posible por ser obras incompletas, mientras que la agrupación con otras obras con la misma naturaleza, le da un sentido más amplio.
Escenas que se repiten una y otra vez y que muestran lo complejo que iba siendo el rodaje, el desconcierto de ciertas imágenes, como la de un rehén que va luchando con sus ataduras al ritmo de un sonido que se asemeja a un ronroneo felino, las coloridas escenas de un film animado que pareciera arrancarnos de la realidad y llevar el infinito ya planteado a un nuevo plano. La película infinita es una continua evasión que se va extendiendo en la cabeza del espectador con la sencilla pregunta, ¿a dónde vamos con esto? Es probable que se busque una idea del proyecto completo con aquellos pequeños fragmentos o por el contrario buscar la unidad de la pieza audiovisual, hombres que continuamente van escapando por una extraña escalera circular y que al lograrlo lo único que quieren es pintar la jaula de un canario. El continuo camino entre los tonos oscuros desazonantes y la intemperie ficcionada con un tono de campiña, tienen un montaje tan equilibrado que genera esa unidad que parecía improbable.
El contexto es importante y será una interesante tarea para el cinéfilo ir recorriendo algunas de las historias de los proyectos inacabados, como por ejemplo el pequeño fragmento de Zama (1984) de Nicolas Sarquis, que no vio la luz por problemas y demandas con su protagonista.
Si bien a su manera cada obra de arte tiene su grado de infinitud, por todo lo que rodea a cada una, el caso del film de Listorti con apenas 55 minutos, nos lleva a valorar proyectos inacabados que se almacenan y avejentan sin que uno sepa. No solo proyectos incompletos, sino escenas que se rodaron pero que quedaron en algún cajón, recortados por las hábiles manos del montador, diálogos improvisados y que no fueron tomados en cuenta.
Es probable que todo lo perdido en algún momento pueda tener una segunda vida, desde las palabras que no se dijeron hasta las imágenes que no se rodaron, La Película Infinita es solo una muestra de esa videoteca de Babel que está oculta en algún lugar donde está todo cine perdido y hace falta más Listortis y Bill Morrisons que sepan mostrarlas ante nuestros ojos.
A history of shadows section IFFR
Director: Leandro Listorti
Productor: Leandro Listorti, Paula Zyngierman
Empresa productora: Maravilla Cine
Guion: Leandro Listorti
Editor: Felipe Guerrero
Diseño de producción: Paula Zyngierman, Leandro Listorti
Diseño de sonido: Roberta Ainstein
Argentina, 2018