Por Aldo Padilla
La ganadora de Locarno A Land Imagined de Yeo Siew Hua plantea dos historias que discurren de forma paralela, con un migrante chino desaparecido y el investigador del caso. El relato tiene cierta similitud a las estructuras literarias de Murakami: con constantes preguntas sin respuestas, la sombra de una manic pixie dream girl, una especie de espejo entre los personajes de las dos historias y ciertos elementos que tienden a lo sobrenatural u onírico. Si bien en un inicio se lanzan ciertas pistas que tienden más a un cine social y de reivindicación de las duras condiciones de los trabajadores migrantes chinos y bangladesíes en Singapur, el film va mutando hacia un extraño hibrido donde personajes imaginarios empiezan a tomar el control de la mente del hombre desaparecido.
La extrañeza rodea constantemente al film, que a su vez es un reflejo de aquellos espacios virtuales donde el insomne protagonista busca refugio frente a las largas noches, plasmado en forma de shooters en los cuales parece buscar habitar como una forma de escape frente a una realidad que es cada vez más difusa y sin sentido. El detective que lo busca empieza a pasar por los mismos estados que el hombre que busca: el insomnio, la confusión y la búsqueda de algo que se va tornando en indefinido en cierto momento.
La fábula social presente en el film viene de parte de la amistad entre el protagonista chino y un hombre de Bangladés, quienes adquieren una relación solidaria que adquiere cierta catarsis durante una escena de baile, en la cual puede definirse al ritmo como un objeto de cohesión. La irrupción del joven Yeo Siew Hua refresca el limitado panorama de Singapur, ya que aparte de Eric Khoo y Anthony Chen, poco había llegado de un país cuyo modelo económico es admirado, pero del cual poco se conoce culturalmente.
La idea un tanto rancia de “En la actualidad las personas ya no leen” es algo que repiten una y otra vez los protagonistas de la última película de Olivier Assayas, aunque a la vez sea una idea que se van refutando entre ellos mismos desde diferentes posiciones del mundo literario, ya sea un escritor, un editor, una actriz y la indiferencia de una operadora política.
Assayas se aleja de la caricaturización de una generación de cuarentones enfrentándose a los nuevos retos del internet, ya que sus personajes se mueven con comodidad a través de la tecnología y los retos que enfrentan las distintas industrias culturales frente a los nuevos modelos de distribución, además de entender las nuevas formas de comunicación en una dimensión artística y no solo comunicativa. Todo esto, sin dejar de lado que la certeza que la industria tradicional no morirá y que más bien se complementa con la tecnología. Esto es parte de un guion didáctico, divertido y en momentos algo paródico sobre los cambios que enfrentan los personajes en sus vidas afectivas y profesionales, quienes tratan de recuperar cierto equilibrio en un constante vaivén, donde la cámara se mueve con libertad, metiéndose en pequeños espacios de bares y salas atiborradas.
Assayas recurre a la sofisticación a la hora de construir una especie de doblez entre los personajes, ya que estos se van camuflando entre la ficción literaria y lo que realmente quieren ser. Es un continuo cruce entre la obra y el personaje, que en el caso de Clouds of Sils Maria tendía a devorar casi completamente a la actriz de teatro y a su personaje real, y que en este nuevo film recurre a la literatura para seguir cuestionando los límites de la ficción y a aquel autor que constantemente busca transformar su vida en una ficción ideal. Si bien cierta erudición demasiada impostada en algunos diálogos puede ser un tanto repelente, es notable la constante búsqueda de Assayas a la hora de cuestionar la narración, tal como lo hace Hong Sang Soo y donde precisamente las ambiguas relaciones amorosas que rodean a los personajes de Non-fiction permiten entender la no linealidad de la literatura y del arte en general.
LIMELIGHT
A Land Imagined
Dirección y Guion: Yeo Siew Hua
Fotografía: Hideho Urata
Edición: Daniel Hui
Singapur, 2018, 95 minutos
Non-Fiction (Doubles Vies)
Dirección y Guion: Olivier Assayas
Edición: Simon Jacquet
Francia, 2018, 106 minutos